MASCOTAS
Gatos: ¿por qué generan alergias y cuáles son las más comunes?
Las alergias no las genera el pelo del animal, sino unas proteínas que se encuentran en su saliva, en la descamación de la piel o en la orina.
Casi todos los animales de piel o plumas pueden producir alergia en las personas. Sin embargo, para desarrollar este tipo de afectación, además de la predisposición genética, es necesario convivir de forma prolongada con ellos para desarrollarla.
Por esta razón, los alérgenos más comunes son los que proceden de perros y gatos y se estima que afectan a cerca del 15 % de la población. En general los gatos son más alergénicos que los perros, según indica una publicación de Sanitas.es.
Y contrario a lo que se suele pensar, la alergia no la ocasiona el pelo del animal doméstico, sino unas proteínas que se encuentran en su saliva, en la descamación de la piel o en la orina.
Estas proteínas se desprenden de la piel o se secan y pueden acumularse en el pelo que pierde el animal o, en el caso de la saliva y la orina, pasar al aire y contaminar en forma de partículas de polvo muy pequeñas el interior de las casas e incluso de los edificios.
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Según Luz Stella Gallego, médico Veterinaria, líder de Comunicaciones Técnicas de Nestlé Purina Colombia, estas sustancias al ser reconocidas por el sistema inmune generan ciertos síntomas como estornudos, tos, irritación en los ojos y en la piel, entre otras.
Existen muchos alérgenos como el polvo, polen, látex, alimentos como el maní o la carne para algunas personas y la caspa o proteínas animales, entre muchos más. En línea con estas últimas, en el caso específico de los gatos, el Fel d1 es el nombre técnico del principal alérgeno presente en estas mascotas.
Gallego explica que todos los gatos, independientemente de su género o raza, producen y portan los alérgenos en sus glándulas salivales y sebáceas. Estos pasan a estar presentes en su pelo, piel y caspa en el momento en que se acicalan. Después, se propaga en el ambiente y superficie, debido a la muda natural de pelo del animal.
¿Cómo pueden estos alérgenos afectar a los humanos?
Una vez los alérgenos están presentes en el pelo y caspa de las mascotas, su difusión en los entornos del hogar se da muy fácil. Aunque existen muchos tipos de alérgenos, en el caso de los gatos el Fel d1, es causante del 90 % de las reacciones alérgicas en humanos. Cuando las alergias no son diagnosticadas y tratadas de manera adecuada, pueden derivar en enfermedades respiratorias como asma y rinitis alérgica.
De acuerdo con la experta, dentro de las complicaciones generadas por las alergias de los felinos en los humanos, se encuentran la inflamación de los conductos nasales, ocasionando estornudos; ojos llorosos o con picazón, congestión nasal, picazón de la nariz, paladar o garganta; dolor y presión nasal e inflamación de la piel, entre otros.
En el caso de personas asmáticas, la reacción alérgica puede ser más fuerte; en otros casos también se puede experimentar síntomas en la piel conocidos como dermatitis alérgica. Esta reacción, que causa inflamación de la piel, genera picazón en diferentes niveles de intensidad.
Recomendaciones para evitar las alergias en las personas
Mantener una limpieza adecuada en la casa. En este sentido, la recomendación es evitar barrer el suelo y, en cambio, hacer uso de aspiradoras o trapeadores para evitar levantar polvo o partículas que puedan contener el alérgeno.
En cuanto a tratamientos médicos, estas alergias se pueden tratar con diferentes medicamentos. No obstante, para una persona con reacciones alérgicas, el mejor amigo, después de su mascota, debe ser su médico especialista, así que es importante consultarle para instaurar un protocolo de manejo adecuado.
Por último, recientes investigaciones e innovaciones pueden redefinir el efecto de la nutrición de los gatos hacia este problema. Por ejemplo, en el Purina Institute desarrollaron el primer y único alimento para gatos que reduce en un 47 % los alérgenos presentes en el ambiente, incorporando una proteína derivada del huevo que se adhiere y neutraliza el Fel d1 en la saliva de los gatos, a partir de la tercera semana de consumo diario.
Los niveles de producción del Fel d1 pueden variar entre gatos, según si es macho o hembra y dependiendo de la época del año también se pueden dar variaciones en el volumen de producción.