Vida Moderna

Glucosa alta: la proteína que eleva el azúcar de manera natural

Los niveles elevados de azúcar en el torrente sanguíneo pueden ocasionar daños.

25 de junio de 2022
Las personas con diabetes deben hacerse monitoreos constantes de los niveles de glucosa. Foto: Getty images.
Las personas con diabetes deben hacerse monitoreos constantes de los niveles de glucosa. Foto: Getty images. | Foto: Foto: Getty images.

La glucosa es un tipo de azúcar y es la principal fuente de energía del cuerpo, pero una cantidad excesiva o insuficiente de glucosa en la sangre podría ser un signo de un problema médico serio, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Es por ello que la bibliotecas explicó que los niveles altos de glucosa en la sangre (hiperglucemia) pueden ser un signo de diabetes, una enfermedad que causa enfermedad del corazón, ceguera, insuficiencia renal y otras complicaciones.

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la diabetes es una enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce.

El verdadero problema del azúcar | Educando ConCiencia, con el Dr. Carlos Jaramillo

Además, reveló que existen varios tipos de diabetes: la diabetes sacarina de tipo 2 se debe a que el organismo no usa eficazmente la insulina que produce; mientras que la diabetes sacarina de tipo 1 se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona.

Por ello, para saber si una persona es diabética, esta debe tener algunos síntomas y adicionalmente sus niveles de glucosa deben estar elevados. Para saberlo, lo recomendable es que la glucemia se mida al levantarse por la mañana y antes del desayuno, y se considera normal si los niveles de glucosa se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas y en menos de 140 mg/dl dos horas después de cada comida, de acuerdo con el Grupo Sanitas de España.

La voz de alarma debe saltar cuando los niveles de glucosa en la sangre, estando en ayunas, se sitúan entre 100 y 125 mg/dl y después de comer entre los 140 y los 199 mg/dl.

Así las cosas, una investigación de la Universidad de Santiago de Compostela (USC) en el Centro de Investigación en Medicina Molecular y Enfermedades Crónicas (CiMUS) reveló que la proteína p53 es una de las principales hormonas que estimulan la producción de glucosa y es determinante en la aparición de la diabetes tipo 2.

Por tal razón, si se padece la enfermedad se ha demostrado que existen algunas medidas simples relacionadas con los hábitos que previenen eficazmente o que retrasan la aparición de la diabetes de tipo 2 y para ayudar a prevenir este tipo de diabetes y sus complicaciones se deben seguir estas conductas, según la Organización Mundial de la Salud:

  • Realizar al menos 30 minutos de actividad física de intensidad moderada la mayoría de los días. Sin embargo, no se debe realizar ejercicio si se hallaron cetonas en la orina, ya que esto puede hacer que el nivel de glucosa en la sangre aumente aún más.
  • Tomar una alimentación saludable, sin azúcar ni grasas saturadas; y las personas que tienen altos los niveles de azúcar, deben tener en cuenta que algunos alimentos que suben la insulina en la sangre son: chocolates, caramelos, mermeladas, miel, helados, gaseosas, alcohol, galletas dulces, comida rápida, harina de trigo refinada, cereales azucarados, entre otros.
  • No consumir tabaco, puesto que fumar aumenta el riesgo de sufrir diabetes y enfermedades cardiovasculares.

Adicional, es importante beber agua, pues menos agua en el cuerpo significa que hay una mayor concentración de azúcar en la sangre y el líquido ayuda con la eliminación de desechos. No obstante, el consumo diario de agua es diferente para los hombres y para las mujeres, ya que existen diferencias entre la ingesta, pero por lo general la mayoría de los hombres necesita aproximadamente 13 tazas de líquido al día y la mayoría de las mujeres necesita aproximadamente nueve.

Síntomas de diabetes

  • Aumento de la sed.
  • Micción frecuente.
  • Hambre extrema.
  • Pérdida de peso sin causa aparente.
  • Presencia de cetonas en la orina (las cetonas son un subproducto de la descomposición de músculo y grasa que ocurre cuando no hay suficiente insulina disponible).
  • Fatiga.
  • Irritabilidad.
  • Visión borrosa.
  • Llagas que tardan en cicatrizar.
  • Infecciones frecuentes, como infecciones en las encías o en la piel, e infecciones vaginales.

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