Vida Moderna
Glucosa alta: la semilla que ayuda a reducir el azúcar en la sangre
La hiperglucemia no provoca síntomas hasta que la concentración de glucosa es muy elevada.
La glucosa es un tipo de azúcar y es la principal fuente de energía del cuerpo humano. Para que pueda ingresar en las células es necesaria la insulina, una hormona producida por el páncreas. Según explica MedlinePlus, sitio web de la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, cuando hay una cantidad elevada o insuficiente de glucosa en el torrente sanguíneo se pueden desarrollar enfermedades como la diabetes.
La hiperglucemia no provoca síntomas hasta que la concentración de glucosa es muy elevada, generalmente, cuando está por encima de los 180 a 200 miligramos por decilitro (mg/dl) o de los 10 a 11,1 milimoles por litro (mmol/l).
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), la actividad física y la alimentación equilibrada son esenciales para gozar de una vida saludable. En este caso no es la excepción, por lo cual el ejercicio es clave para evitar que los niveles de azúcar en la sangre se disparen.
Tendencias
“La práctica habitual de ejercicio físico es uno de los mejores hábitos para reducir los niveles de glucosa. De hecho, contribuye a la pérdida de peso e incrementa la sensibilidad a la insulina. Cuando esto ocurre, las células consiguen aprovechar los azúcares disponibles en el torrente sanguíneo”, precisa Mejor con Salud.
Adicionalmente, existen alimentos que pueden ser un complemento en el objetivo de mantener controlados los niveles de glucosa en la sangre. Uno de ellos es la semilla de chía, cuyo nombre botánico es ‘Salvia hispánica L’.
Un estudio dirigido Rafaela da Silva Marineli del Departamento de Alimentación y Nutrición, Facultad de Ingeniería de Alimentos, Universidad de Campinas, Campinas (São Paulo, Brasil), encontró que la ingesta de semillas de chía ayudó a disminuir la resistencia a la insulina y mejoró la tolerancia a la glucosa.
La publicación alojada en Elsevier señala que en el estudio realizado en ratas, un grupo fue alimentado con una dieta alta en grasas y fructosa (GF) y otro grupo fue alimentado con una dieta rica en grasas, fructosa combinada con semillas y aceite de chía (GFSA). Las ratas del primer grupo desarrollaron intolerancia a la glucosa, resistencia a la insulina y estrés oxidativo, mientras que el segundo grupo no los desarrolló. Los investigadores evidenciaron que gracias a la ingesta de semillas de chía, las ratas del segundo grupo lograron restaurar el sistema antioxidante en sus cuerpos y mejoraron la tolerancia a la glucosa/insulina.
Del mismo modo, el ensayo de control aleatorio titulado “La suplementación de la terapia convencional con el nuevo grano Salba (Salvia hispanica L.) mejora los factores de riesgo cardiovascular principales y emergentes en la diabetes tipo 2″, publicado en la Asociación Americana de Diabetes, encontró nuevos beneficios en esta semilla, los cuales se asocian con la diabetes tipo 2 y el aparato cardiovascular.
El ensayo en mención evaluó dos grupos de personas con diabetes tipo 2, a quienes se les administraron 37 gramos de salvado de trigo y de semilla de chía, cada uno, a modo de suplemento dietético durante 12 semanas. Entre los hallazgos, los investigadores evidenciaron que el grupo que tomó las semillas de chía tuvo una reducción de 6,3 mmHg en la presión arterial sistólica, una reducción del 40 % en la PCR-h (molécula inflamatoria que se observa con frecuencia en la enfermedad cardíaca) y disminuciones significativas en la A1C (hemoglobina glicosilada).
Lo anterior da cuenta de las propiedades que puede aportar la chía para un paciente con diabetes. En ese sentido, un artículo publicado por el portal de gastronomía y nutrición, Gastrolab, reseña que es prudente consumir 15 gramos de semillas de chía al día para mantener controlados los niveles de azúcar en la sangre. Advierte que si bien se trata de un alimento benéfico para el ser humano, no se debe exceder en su consumo, pues una dosis alta puede provocar diarrea, inflamación, estreñimiento o flatulencias.
Síntomas a los que debe prestar atención
Para conocer los niveles de glucosa se debe realizar un examen de sangre. Para ello, se debe acudir a un centro médico para recibir la atención correcta. A continuación, algunos de los signos que pueden indicar que hay niveles elevados de azúcar:
- Aumento de la sed y orinar con más frecuencia.
- Visión borrosa.
- Cansancio.
- Heridas que no sanan.
- Pérdida de peso cuando no está tratando de perder peso.
- Entumecimiento u hormigueo en los pies o las manos.
Los síntomas de niveles bajos de glucosa también se deben tener en cuenta:
- Sentirse tembloroso o nervioso.
- Hambre.
- Cansancio.
- Sentir mareos, confusión o irritabilidad.
- Dolor de cabeza.
- Latidos cardíacos rápidos o arritmia (un problema con la frecuencia o ritmo del corazón).
- Problemas para ver o hablar claramente.
- Desmayos o convulsiones.