Bicarbonato de sodio: ¿cómo utilizarlo para reducir el acné del rostro?
El acné es una afección que puede presentarse en personas que sufren de diabetes o altos niveles de glucosa en la sangre. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Vida Moderna

Glucosa alta: señales y síntomas que se manifiestan en la piel

La glucosa alta puede desencadenar en problemas como la diabetes, enfermedad que acarrea otros problemas al organismo, afectando incluso la visión.

28 de marzo de 2022

La diabetes es una enfermedad crónica. El alimento que se consume se transforma y es empleado por el cuerpo para obtener energía. Un azúcar llamado glucosa entra al organismo por medio del torrente sanguíneo hasta el músculo, la grasa y otras células, donde se almacena o se usa como fuente de energía.

Las personas que padecen esta enfermedad presentan niveles altos de azúcar en la sangre, debido a que su cuerpo no puede movilizar el azúcar desde la sangre hasta el músculo y a las células de grasa para quemarla o almacenarla como energía.

Esto se puede dar por diversos factores, como mala alimentación o hábitos de vida, herencia, enfermedades relacionadas, entre otros.

Existe diabetes tipo 1 y diabetes de tipo 2. De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS) la diabetes sacarina de tipo 2 se debe a que el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce, mientras que la de tipo 1 se caracteriza por una producción deficiente de insulina y requiere la administración diaria de esta hormona.

Los efectos de esta enfermedad también pueden verse evidenciados en la piel, de hecho, de acuerdo con la Secretaría de la Salud de México, las personas que sufren de diabetes tienen mayor riesgo de padecer problemas de la dermis. Estos problemas se ven representados en acné, urticaria, herpes labial, entre otras.

La piel empieza a perder el brillo, elasticidad e hidratación. Además, debido a que las células no funcionan de la misma manera, la piel también pierde su textura suave y tersa.

Otras afecciones de la diabetes

  • Enfermedad del ojo: Esto por cambios en los niveles de líquido, hinchazón de los tejidos y daño a los vasos sanguíneos de los ojos.
  • Problemas en los pies : Causados por daño a los nervios y un menor flujo sanguíneo a los pies.
  • Enfermedad de las encías y otros problemas dentales: Una gran cantidad de azúcar en la sangre en la saliva ayuda a que crezcan bacterias dañinas en la boca. Las bacterias se mezclan con los alimentos para formar una capa suave y pegajosa llamada placa. La placa también proviene de comer alimentos que tienen azúcares o almidones. Algunos tipos de placa causan enfermedad de las encías y mal aliento. Otros tipos causan caries.
  • Enfermedades cardíacas y accidente cerebrovascular: Causados por daños en los vasos sanguíneos y los nervios que controlan el corazón y los vasos sanguíneos.
  • Enfermedad renal: Ocurre por daños en los vasos sanguíneos de los riñones. Muchas personas con diabetes desarrollan presión arterial alta. Eso también puede dañar los riñones.
  • Problemas de los nervios (neuropatía diabética): Causados por daños en los nervios y los pequeños vasos sanguíneos que llevan oxígeno y nutrientes a los nervios.
  • Problemas sexuales y de la vejiga: Ocurren por daño a los nervios y reducción del flujo sanguíneo en los genitales y la vejiga.
  • Afecciones de la piel: Algunas son causadas por cambios en los vasos sanguíneos pequeños y una menor circulación. Las personas con diabetes también tienen más probabilidades de tener infecciones, incluyendo las que afectan a la piel.

Por otro lado, de acuerdo con Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, algunos de los signos y síntomas de la diabetes tipo 1 y tipo 2 son:

  • Aumento de la sed.
  • Micción frecuente.
  • Hambre extrema.
  • Pérdida de peso sin causa aparente.
  • Presencia de cetonas en la orina (las cetonas son un subproducto de la descomposición de músculo y grasa que ocurre cuando no hay suficiente insulina disponible).
  • Fatiga.
  • Irritabilidad.
  • Visión borrosa.
  • Llagas que tardan en cicatrizar.
  • Infecciones frecuentes, como infecciones en las encías o en la piel, e infecciones vaginales.