Vida Moderna
Glucosa elevada: los frutos secos que controlan los niveles en la sangre
Los niveles elevados de azúcar en el torrente sanguíneo pueden ocasionar daños.
Los azúcares que se ingieren con los alimentos son transformados por el metabolismo en glucosa y esta se desplaza a través del torrente sanguíneo hasta alcanzar las células de diferentes tipos de tejido proporcionando la energía que necesitan para funcionar, de acuerdo con el Grupo Sanitas de España.
“Los niveles de glucosa en sangre, a los que clínicamente se denomina glucemia, varían a lo largo del día, oscilando entre concentraciones de 70 y 145 miligramos por decilitro de sangre. Por la mañana, en ayunas son más bajos y se elevan después de cada comida (glucemia postpandrial) y vuelven a descender dos horas después”, señaló el Grupo.
No obstante, cuando la glucosa se sube es porque el cuerpo no produce suficiente insulina (una hormona que ayuda a que la glucosa entre en las células), no puede usarla tan bien como debería, o ambas cosas a la vez.
Ahora bien, para conocer los niveles de glucosa, lo recomendable es tomarse la glucemia y esta debe medirse al levantarse por la mañana y antes del desayuno, y se considera normal si los niveles de glucosa se sitúan entre los 70 y 100 mg/dl en ayunas y en menos de 140 mg/dl dos horas después de cada comida, de acuerdo con la entidad de salud.
Sin embargo, si esta está elevada es importante realizar cambios en los hábitos y el primero es en la alimentación.
Por ello, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, señaló que las investigaciones han demostrado que comer frutos secos como nueces, pistachos, avellanas, almendras, de manera frecuente disminuye los niveles de inflamación relacionada con la enfermedad cardíaca y la diabetes.
Respecto a las cantidades, el portal el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde, puntualizó que “la cantidad recomendada de frutos secos al día es de aproximadamente 30 gramos, lo que equivale a 1/3 de taza o 1 puñado. No obstante, la cantidad puede variar según el fruto seco, es decir, pueden ser 30 almendras, 10 nueces de Brasil, 15 anacardos, 20 avellanas, 15 macadamias, 15 pecanas, 2 cucharadas de piñones, 30 pistachos, 10 nueces enteras o 20 mitades de nuez, por ejemplo”.
De otro lado, hay que señalar que, según la entidad sin ánimo de lucro, la mayoría de los frutos secos contienen, al menos, algunas de estas sustancias saludables para el corazón:
- Grasas insaturadas. No está del todo claro por qué, pero se cree que las grasas “buenas” de los frutos secos (tanto las monoinsaturadas como las poliinsaturadas) reducen los niveles de colesterol malo.
- Ácidos grasos omega-3. Muchos frutos secos son ricos en ácidos grasos omega-3. Los ácidos grasos omega-3 son saludables y pueden reducir el riesgo de tener un ataque cardíaco o un accidente cerebrovascular.
- Fibra. Todos los frutos secos contienen fibra, que ayuda a reducir el colesterol. La fibra también hace que la persona se sienta llena, y así come meno.
- Esteroles vegetales. Algunos frutos secos contienen esteroles vegetales, una sustancia que puede ayudar a reducir el colesterol. Los esteroles vegetales con frecuencia se añaden a productos tales como la margarina y el jugo de naranja para obtener beneficios de salud adicionales, pero se encuentran en los frutos secos de forma natural.
- L-arginina. Los frutos secos también son una buena fuente de L-arginina. Algunas investigaciones señalan que la L-arginina puede reducir la presión arterial, y mejorar el colesterol y la salud general de los vasos sanguíneos.
De todos modos, al igual que con cualquier alimento o suplemento que se quiera incluir en la dieta diaria, es importante consultar al médico tratante o a un nutricionista sobre cuál es la mejor manera de consumir, y si las condiciones médicas ya existentes no son un impedimento para beneficiarse de las propiedades del alimento ya nombrado, pues la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.