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Gota: estos son los alimentos que se deben consumir si padece de esta enfermedad
Algunos alimentos aumentan el nivel de ácido úrico en el cuerpo y causan la artritis gotosa. En efecto, es necesario conocer qué comidas son recomendadas y, por otro lado, cuáles son poco beneficiosas para el organismo.
Una de las formas más notorias que se padecen por causa de la artritis es la gota, caracterizada por el enrojecimiento e hinchazón de las articulaciones. La gota puede afectar a cualquier persona y lo más común es que se manifieste a través del dedo gordo del pie.
Esta enfermedad se da cuando el nivel de ácido úrico se presenta a mayor nivel en la sangre por lo que el organismo no puede eliminarlo mediante los riñones. De acuerdo con el portal web 65 Y MÁS, una de las consecuencias de la gota es la formación de minúsculos cristales de ácido úrico (urato de sodio) que se depositan en los tejidos y, sobre todo, en las articulaciones.
Como se ha mencionado, la principal manifestación de esta enfermedad se da en el dedo gordo del pie, sin embargo, puede aparecer en cualquier parte del cuerpo como los tobillos, rodillas y dedos de la mano.
En efecto, la cantidad de ácido úrico que el organismo tiene puede ser por la predisposición genética, alteraciones hormonales, la ingesta de determinados medicamentos y la existencia de otras enfermedades. No obstante, la alimentación también desempeña un papel importante para la mitigación, cuidado y prevención de la gota.
Tendencias
La alimentación es un factor crucial para el cuidado y mantenimiento del cuerpo, es por ello que, según expertos, los alimentos con un alto contenido en purinas son los más perjudiciales ya que estas sustancias se descomponen y generan mayor cantidad de ácido úrico.
Por otro lado, hidratar el cuerpo constantemente permite eliminar parte del ácido úrico por la orina. La Sociedad Española de Nutrición junto al colegio de Farmacéuticos de la Provincia de Alicante, dan a conocer aquellos alimentos que contribuyen a la mejora y cuidado de la gota, como también aquellos que deberían dejar de consumirse.
Alimentos que se deben consumir
- Frutas: principalmente frutos rojos como fresas, arándanos o cerezas. Por otro lado, frutas con un fuerte sabor cítrico como limón, naranja, mandarina o pomelos, todos con un alto poder alcalinizante, favorable a la reducción del ácido úrico. En este grupo, las uvas, manzanas y plátanos también son una excelente opción para combatir la artritis gotosa.
- Leche y derivados lácteos: primordialmente con bajo contenido graso.
- Frutos secos: nueces, almendras o avellanas.
- Verduras y hortalizas: apio, coliflor, papas o patatas y nabos.
Alimentos que se deben consumir moderadamente
- Carnes rojas y vísceras: contienen un alto nivel en purinas.
- Mariscos, crustáceos y moluscos: gambas, cigalas, almejas, ostras, cangrejos de mar o de río.
- Pescado azul: sardinas, anchoas y atún, pues a pesar de que son muy beneficiosos y contienen omega 3, posiblemente elevan la cantidad de ácido úrico en el organismo.
- Bebidas estimulantes y alcohólicas: café, energizantes, cerveza o cualquier bebida que contenga alcohol ya que su contenido de planta de lúpulo las hace poco recomendables.
- Espárragos, setas y algunas verduras: espinacas y acelgas.
- Cereales: deben ser controlados a pesar de ser considerado como un superalimento.
Otra de las prácticas que pueden contribuir a la mejora de la artritis gotosa tiene que ver con la actividad física, es necesario realizar actividades de bajo impacto y movimiento, pero eso no quiere decir que su empleabilidad y funcionalidad sea poca. En ese sentido, se recomienda caminar, nadar, montar bicicleta, trotar; actividades que no son tan complejas, pero sí aportan significativamente al cuerpo.
Es importante mencionar que al momento de realizar un ejercicio determinado, la seguridad debe primar. Así que las personas que tienen artritis gotosa pueden seguir recomendaciones y consejos como: empezar con pocas rutinas o intervalos de tiempo e ir aumentando paulatinamente; si aumenta el dolor al llevar a cabo la actividad física, cambiar la manera de ejecución del ejercicio, estar en lugares seguros y tranquilos y, por último, pero no menos importante, consultar con especialistas en actividad física.