Realeza
Hace 60 años: El día que el príncipe Felipe se convirtió en el primer miembro de la familia real en dar una entrevista
Fue en el programa Panorama, el programa de la BBC en el cual Lady Di dijo sus famosas frases: “éramos una multitud en este matrimonio”.
Por estos días está muy candente el escándalo de los engaños con que Diana de Gales fue manipulada para dar sus célebres declaraciones en 1995, que hicieron tambalear a la monarquía. Aquella bomba se dio en el programa Panorama, que es justamente el espacio en el que el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, había roto, en 1961, la tradición de la realeza británica de no hablar para la prensa.
Aquel 29 de mayo de 1961, el popular esposo de Isabel II acudió al set del programa para charlar con el conocido periodista Richard Dimbleby. Este último, para completar las coincidencias, fue el mismo a quien el príncipe Carlos, esposo de Diana, le confesó su romance adúltero con Camilla Parker Bowles, en 1994.
Pero las respuestas del consorte real en 1961 no fueron para nada polémicas, como las que luego habrían de dar su hijo y su nuera. Entre las centenares de organizaciones que apadrinó Felipe, se encontraba la Commonwealth Technical Training Week, una iniciativa dedicada al entrenamiento de trabajadores para la fuerza laboral moderna, una de las grandes inquietudes de la época.
De todas maneras, se trató de un momento notable en cuanto al cubrimiento de la familia real, pues Felipe, fallecido el pasado 9 de abril, solo aparecía acompañando a la reina en sus deberes ceremoniales y casi no se sabía de sus labores.
El artífice de este vuelco fue el propio marido de la reina, dentro del plan que se trazó de modernizar la monarquía. Aunque hoy eso parece muy normal, en ese momento la aparición de Felipe hablando ante las cámaras marcó todo un vuelco, pues la tradición fijaba que la realeza debía guardar el máximo hermetismo, para mantener intacto su halo de misterio.
Pero el duque creía que había que acercar la corona al público y, en 1968, fue el gran promotor del documental Royal Family (Familia real), un programa sin precedentes, cuyas cámaras tuvieron acceso a la vida de la reina y su familia durante un año.
En él, Isabel era seguida en su día a día en sus funciones, pero los súbditos también pudieron verla, como nunca antes había pasado con un monarca, en su tiempo libre junto con su esposo e hijos, ya fuera dentro de los muros de sus palacios o en sus actividades al aire libre.
El programa se estrenó en 1969 y se volvió a emitir en otras ocasiones, hasta que la reina decidió que no se exhibiera más. Ese mismo año Felipe volvió a sentarse en un programa de televisión, esta vez Today, con la periodista estadounidense Barbara Walters.
En esa ocasión las declaraciones fueron más sustanciosas.
En ese momento, además, corría el chisme de que Isabel abdicaría pronto, para que su heredero, el príncipe Carlos, pudiera reinar en su juventud y no viejo, como en efecto sucederá.
Felipe contestó: “Hasta donde sé, es un rumor”. Y explicó que el príncipe no necesitaba ser rey para hacer grandes contribuciones al Reino Unido. De todos modos, dar entrevistas no se convirtió en el pan de cada día de la realeza, pero en años posteriores, las pocas veces que eso se dio, se desataron escándalos.
En 1994, Carlos sorprendió con la admisión de su infidelidad en su charla con Dimbleby. Al año siguiente, su esposa, Diana, con quien tenía una publicitada disputa marital, accedió a hablar en Panorama, con Martin Bashir. Es considerada una de las mayores primicias periodísticas de todos los tiempos y en ella la princesa de Gales también confesó su adulterio con James Hewitt.
Otra entrevista que muchos consideran que nunca debió suceder fue la que Andrés, duque de York y tercer hijo de Isabel, dio en Newsnight, también de la BBC, en 2019. El plan era aclarar todo lo relacionado con su amistad con el pedófilo Jeffrey Epstein. Pero el duque estuvo muy torpe en sus justificaciones y no solo fue blanco de recriminaciones y burlas, sino que su desprestigio fue tal, que la reina se vio obligada de retirar a su hijo preferido de sus funciones.
En 2019 también, Meghan Markle, esposa del príncipe Harry, duque de Sussex, estelarizó otro momento controversial, cuando expresó por primera vez sus quejas luego de su reciente incorporación a la familia real. Durante un documental sobre la gira de la pareja por África, la duquesa de Sussex habló de lo duro que estaba siendo el incesante escrutinio de la prensa, algo que resultaba abrumador para una mujer embarazada, como ella lo estaba en ese momento.
Acto seguido, dijo, con los ojos llorosos: “Y gracias por preguntar, porque no mucha gente me ha interrogado sobre si estoy bien”, señaló, en una aclaración a su nueva familia política. Por último, vendría la entrevista que los duques de Sussex le dieron a Oprah Winfrey en marzo pasado, en la cual contaron que ella tuvo pensamientos suicidas y que hubo comentarios racistas por parte de un miembro de la familia real, entre otras afirmaciones incendiarias.
El escándalo continúa, pues Harry ha seguido ventilando su resentimiento con la familia real, a la cual él y su esposa se le rebelaron el año pasado.
En conclusión, mucho ha cambiado desde que Felipe abrió aquella puerta hace 60 años y no precisamente con el objetivo de airear los trapos sucios de la familia de manera tan abierta y frecuente, como está sucediendo hoy.