Vida Moderna
Hígado: ¿cómo repararlo naturalmente desde casa?
Antes de recurrir a estos consejos se debe consultar a un especialista de la salud.
El hígado es el órgano más grande dentro del cuerpo y es clave para ayudar al cuerpo a eliminar toxinas. También, ayuda a digerir los alimentos y almacenar energía, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
Los problemas hepáticos pueden ser causados por una variedad de factores que dañan el hígado, como los virus, el consumo de alcohol y la obesidad. Si se experimentan alteraciones en la piel, falta de energía y metabolismo lento podría ser que este órgano esté enviando señales de no estar trabajando correctamente.
Actualmente, existen muchos tipos de enfermedades hepáticas: enfermedades causadas por virus, como la hepatitis A, la hepatitis B y la hepatitis C; enfermedades causadas por drogas, venenos o toxinas, o por ingerir demasiado alcohol.
Para evitar lo anterior, y a pesar de que es capaz de limpiarse a sí mismo, es fundamental mantener una dieta saludable que mantenga el hígado en buen estado y hábitos que lo refuercen.
Existen múltiples formas de cuidar este órgano. La principal de ellas es consultar con un especialista lo necesario para cada persona, de este modo, no se verá afectada otra función del cuerpo o se agravará la patología que se tenga.
Además, es posible ayudar, bajo supervisión médica, a reparar el hígado con elementos naturales. Por ejemplo, la revista UnCOMO, publicada a través del portal Mundodeportivo, dio algunos consejos con los que es posible ayudar a cumplir este objetivo:
1. Alimentos regeneradores: aunque estos no ayudan a reparar el tejido por completo, si contribuyen a su desintoxicación y depuración. Entre estos están la cúrcuma, el aceite de oliva y el ajo. Los anteriores, también tienen propiedades antibióticas y antioxidantes.
2. Comer fruta: una alimentación balanceada es fundamental para tener un hígado en perfectas condiciones de salud. Las frutas son algunas de las que deben incluirse en la dieta. Estas contienen gran cantidad de agua y nutrientes necesarios para el cuerpo.
3. Controlar el consumo de sal: el consumo en exceso de sal puede aumentar la presión arterial, al mismo tiempo que se puede tener un hígado graso. También se debe tener en cuenta la cantidad de sodio que poseen los productos.
4. Hacer uso de plantas medicinales: existen algunas hierbas que pueden tener influencias positivas sobre una variedad de enfermedades hepáticas, pues tienen capacidades depurativas y desintoxicantes. Entre ellas se encuentran el diente de león, el cardo mariano y la hierbabuena.
5. Eliminar el alcohol: este es el causante principal de las afecciones que padece el hígado, ya que su consumo aumenta las toxinas. Además, el organismo necesita un sobreesfuerzo para metabolizarlo, lo que a largo plazo se traduce en enfermedades hepáticas.
6. Beber agua: esto ayuda a desintoxicar al organismo en general, a mantener la hidratación necesaria y adicionalmente facilita la filtración de las toxinas. Además del hígado, el agua ayuda a otros órganos del cuerpo.
Además de las recomendaciones anterior, existen algunos alimentos que es mejor evitar para cuidar el hígado. La revista Vidae, del portal Mundodeportivo listó algunos:
- Azúcar: cuando se consume este producto con regularidad alta, se producirán grasas que se depositarán en el hígado y causarán inflamación.
- Carne roja: las grasas saturadas que contiene la carne favorecen al desarrollo de hígado graso. Se recomienda el consumo moderado y la priorización de carne blanca como pollo o pescado.
- Lácteos: ciertos productos lácteos, como los quesos muy madurados, llevan una alta cantidad de sodio, algo que no beneficia a cuidar el hígado en absoluto. Se recomienda que, si se consumen estos productos, sean 0 % grasa, es decir, que no sean derivados de leche entera.
- Embutidos: son restos de carnes rojas junto con grasa, que por lo general están mezclados con los desperdicios de la industria cárnica. El exceso en el consumo de estos alimentos puede causar problemas al sistema digestivo y en el hígado.