VIDA MODERNA
Hígado graso: el ejercicio físico que ayuda a prevenirlo; así se puede realizar
Este órgano se encarga de eliminar las toxinas, digerir los alimentos y almacenar la energía.
Llevar malos hábitos a lo largo de la vida puede generar efectos irreversibles dentro del organismo. Por eso, los profesionales de la salud recomiendan comer de manera saludable a lo largo de la vida, evitando alimentos ultraprocesados y cargados de grasas saturadas y azúcar.
Además, es importante realizar actividad física con frecuencia de acuerdo con la edad y las condiciones de cada paciente y es indispensable dormir el número de horas adecuadas y evitar los episodios de estrés.
Uno de los órganos del cuerpo que más se ve afectado por los excesos en la alimentación es el hígado. Es que, según explica la biblioteca de salud y medicina de Estados Unidos, MedlinePlus, este órgano se encarga de eliminar las toxinas, digerir los alimentos y almacenar la energía que el organismo necesita.
A la enfermedad más común que se desarrolla dentro de este órgano se le conoce como hígado graso; esta se produce cuando hay demasiada grasa en las células hepáticas, que son las encargadas de brindarle una estructura al órgano mientras se absorben los nutrientes de los alimentos que se ingieren.
Tendencias
Esta patología es diagnosticada en los pacientes que han ingerido alcohol a lo largo de su vida de manera desproporcionada y también es muy frecuente en pacientes que padecen de obesidad y que llevan un estilo de vida poco saludable.
“Según el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, ciertas patologías de salud, como la obesidad, el síndrome metabólico y la diabetes tipo 2, aumentan la probabilidad de desarrollar hígado graso”.
La mayoría de pacientes no presentan síntomas cuando tienen esta enfermedad. Por eso, en la mayoría de los casos la patología se diagnostica cuando ya está muy avanzada.
Sin embargo, los pacientes que presentan síntomas padecen de afecciones en la piel y aseguran sentirse cansados, de manera constante y sin razón aparente.
Según datos revelados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), más del 90 % de las personas a nivel mundial que padecen de obesidad también tienen el hígado graso. De ahí que es importante mencionar que esta enfermedad puede ser diagnosticada en pacientes que no padecen de obesidad e incluso en aquellos individuos que tienen un peso acorde con su estatura.
La mejor forma para evitar esta condición de salud es llevando un plan de alimentación sano y equilibrado que contenga alimentos de todos los grupos (proteínas, carbohidratos en su estado natural, frutas, verduras y grasas saludables).
Igualmente, es relevante practicar actividad física y consultar con un profesional de la salud para saber si es viable consumir o no alcohol, pues algunos pacientes, debido a sus antecedentes médicos, son más propensos a desencadenar dicha enfermedad.
Un artículo publicado en el portal Runners World, sostiene que correr ayuda a mantener sano el hígado y evita enfermedades como el hígado graso no alcohólico.
Según explican los expertos de Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, la actividad física o el deporte que lleve a cabo cada persona tiene la capacidad de modificar la función mitocondrial y de esta manera se reducirá el riesgo de acumular grasa dentro de dicho órgano.
“Esta activación de la función mitocondrial ocurre en condiciones aeróbicas, por lo que realizar atletismo puede ser una buena opción para disminuir su aparición. También, es importante para disminuir el riesgo de aparición de hígado graso. Una dieta que sea rica en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables puede prevenir la enfermedad”, sostiene el portal.