Vida moderna
Hígado graso: las señales y síntomas que pueden alertar sobre la enfermedad
El hígado es el órgano de mayor tamaño del interior del organismo: se encarga de digerir los alimentos, almacenar la energía y eliminar las toxinas.
La enfermedad por hígado graso consiste en la acumulación de grasas (triglicéridos) en el interior de las células hepáticas.
Según el portal americano Mayo Clinic, en Estados Unidos, esta enfermedad es la forma más común de enfermedad hepática crónica y afecta aproximadamente a una cuarta parte de la población.
La Asociación Catalana de Pacientes Hepáticos, por su parte, sostiene que la enfermedad hepática crónica afecta a más de 30 millones de personas en todo el mundo, cifras que aumentan significativamente a causa de la obesidad.
La persona afectada puede experimentar diferentes molestias, algunas de ellas tan comunes que pueden confundirse con otros problemas de salud.
Tendencias
Como suele ser asintomática, para que el paciente detecte esta enfermedad debe realizarse estudios como un análisis de sangre, ecografías hepáticas o una biopsia del hígado. Después de ser diagnosticado, debe iniciar un tratamiento de inmediato para controlar los síntomas y evitar que el problema se extienda a otras partes del cuerpo.
¿Cuáles son las señales de hígado graso?
Dolor abdominal
Los pacientes afirman que el dolor está ubicado en el centro del abdomen o parte superior derecha del abdomen. Suele aparecer después de comer porque el estómago se expande y presiona sobre el hígado, agrandando su tamaño.
Hinchazón abdominal (ascitis)
Consiste en la acumulación de líquido en la cavidad abdominal. Además de la hinchazón, puede haber dolor de abdomen, dificultad para respirar, digestión pesada, náuseas y vómito.
Fatiga
Puede estar acompañada de problemas de concentración y confusión. La falta de energía se debe a que el hígado no puede funcionar correctamente, lo que hace que el metabolismo se vuelva más lento y se experimente un cansancio inexplicable.
Orina oscura
El color de la orina puede alertar sobre diferentes complicaciones de salud. Este líquido transporta toxinas y desechos y, en el caso de padecer hígado graso, la orina se puede tornar de un color más oscuro de lo habitual.
Cambios en la piel
Otra de las señales que puede alertar de problemas con el hígado se perciben en la piel. El cambio más significativo y visible cuando un paciente tiene esta enfermedad es la coloración amarilla en la piel, las membranas mucosas o los ojos (ictericia).
Esto se debe al aumento en los niveles de bilirrubina. Esta, se forma cuando la hemoglobina (glóbulos rojos que transportan el oxígeno) se descompone y se transporta por el torrente sanguíneo hasta llegar al hígado.
Otros cambios en la piel pueden ser:
-Fragilidad capilar.
-Cuello y axilas descoloridas.
-Palmas de las manos enrojecidas.
-Manchas blancas debajo de las uñas.
En ese sentido, el British Liver Trust, una reconocida organización con sede en el Reino Unido, y que se centra en la salud del hígado, recomienda que un paciente diagnosticado con hígado graso lleve una dieta sana y equilibrada así:
-Consumir carbohidratos integrales (pan, arroz y pasta) que sean altos en fibra.
-Evitar alimentos y bebidas con alto contenido de azúcar.
- Comer gran cantidad de verduras y frutas.
-No consumir grasas saturadas.
-Controlar el tamaño de sus porciones para evitar el exceso de peso.
-Realizar actividad física con regularidad.