Vida Moderna

Hiperplasia o agrandamiento de próstata: ¿cuáles son sus síntomas?

Todos los hombres pueden presentar el agrandamiento de esta glándula que forma parte del aparato reproductor.

8 de agosto de 2022
¿Cuáles son los síntomas de la próstata inflamada?
El agrandamiento de la próstata se le conoce como hiperplasia prostática benigna. | Foto: Getty Images/iStockphoto

La próstata es una parte importante del aparato reproductor masculino y es una glándula que produce parte del líquido que transporta los espermatozoides en el proceso de eyaculación. Asimismo, la próstata rodea la uretra, la cual es el conducto por donde la orina sale del cuerpo del hombre.

Sin embargo, con el paso de los años se puede producir un agrandamiento de esta glándula y se le conoce como hiperplasia prostática benigna; no obstante, este no aumenta el riego de padecer cáncer de próstata.

Asimismo, la hiperplasia se da por los cambios en las células de los testículos, así como los niveles de testosterona. Además, los hombres que extirpan los testículos con la próstata inflamada pueden llegar a disminuir su tamaño, pero no es un tratamiento recomendado por los especialistas de la salud.

Según el portal especializado MedlinePlus, estos son algunos datos de la hiperplasia prostática benigna.

  • Todos los hombres pueden presentar el agrandamiento de esta glándula.
  • La edad en la que se puede presentar el agrandamiento de la próstata es a los 40 años.
  • El 90 % de los hombres mayores de 80 años sufren de hiperplasia.
  • No se ha identificado con claridad los factores de riesgo de esta afección.
Remedios naturales para desinflamar la próstata
La próstata es parte del aparato reproductor masculino. | Foto: Getty Images

Remedios caseros para la próstata inflamada

Jugo de tomate

Uno de los remedios naturales a los que se puede recurrir para cuidar la salud de la próstata es al tomate. Este producto es rico en vitamina C, ácido fólico, hierro y otros minerales. Además, este fruto es buena fuente de licopeno que ayuda a combatir la inflamación, según información del portal de bienestar y salud Tua Saúde. Para preparar esta bebida se requiere de dos a tres tomates maduros y un vaso de agua. Se mezclan los ingredientes en la licuadora y se consume un vaso al día.

Semillas de calabaza

Las semillas de calabaza también son una opción natural para el cuidado de esta glándula, gracias a que contienen sustancias antiinflamatorias y antioxidantes. Según información del portal Salud Mapfre, de España, la Agencia Europea del Medicamento (EMA) aprueba el uso tradicional de estas semillas para tratar las molestias a la hora de orinar asociadas a la hiperplasia benigna de próstata y a la vejiga inestable.

Ortiga mayor

Se emplea la raíz, que contiene polisacáridos, ácidos grasos y compuestos lipofílicos de tipo esteroide. Según la citada fuente, entre los ácidos grasos, el ácido 9, Hidroxi octadecadienoico, ha demostrado inhibir la actividad de la enzima aromatasa, que cumple un papel muy importante en la síntesis de los estrógenos. Dentro de sus bondades se dice que ayuda a inhibir el crecimiento de la próstata y tiene efecto antiinflamatorio. Se puede consumir en infusión.

Té de semillas de sandía

En la cultura popular se dice que el té de estas semillas contribuye a eliminar los desechos y mejora los problemas de la vejiga y del riñón. El portal Mejor con Salud cita un estudio publicado en European Journal of Medicinal Plants, elaborado con ratas, el cual encontró que este ingrediente mejora los niveles de antígeno prostático específico (PSA) y los síntomas del agrandamiento de la próstata.

Por ahora no existe evidencia suficiente, se cree que estas semillas podrían causar un efecto similar en los hombres; por eso, si una persona desea hacer uso de las mismas debe molerlas y agregarlas a una taza de agua caliente. Se deja reposar y se puede consumir dos veces al día.

Si bien se trata de productos naturales, siempre es importante y recomendable consultar con el médico de preferencia antes de hacer uso regular de los mismos, pues pueden interferir con algunos tratamientos o no generar los efectos esperados.