SALUD
Hipertensión: así puede afectar esta enfermedad la salud de los riñones
La presión arterial alta puede causar insuficiencia cardíaca, infartos y problemas de circulación en las piernas.
La presión arterial es una medición de la fuerza que ejerce la sangre contra las paredes de las arterias a medida que el corazón la bombea. Cuando estos niveles se incrementan se presenta la hipertensión, una enfermedad que con el paso del tiempo puede causar problemas graves de salud.
Información del instituto de investigación clínica Mayo Clinic indica que la presión arterial está determinada tanto por la cantidad de sangre que el corazón bombea como por el grado de resistencia al flujo de la misma en las arterias. Así, cuanta más sangre bombee y entre más estrechas estén las arterias, mayor será la presión arterial.
Uno de los mayores peligros de la hipertensión arterial es que se trata de una enfermedad silenciosa que no presenta síntomas. Por esta razón, hasta un tercio de las personas afectadas desconocen que sus niveles de tensión son altos y el riesgo que esto implica.
De cuerdo con información del portal especializado en temas de salud Cinfasalud, de España, cuando la hipertensión arterial no se diagnostica a tiempo y no se trata, puede a medio y largo plazo causar enfermedades renales, insuficiencia cardíaca, angina e incluso infarto, problemas de circulación en las piernas, alteraciones de la visión e incluso ictus (accidente cerebrovascular).
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Además, no es frecuente, pero la tensión alta puede desembocar en problemas relacionados con el oído. Por todo ello, es importante una detección precoz y tratar este padecimiento, aseguran los especialistas.
En el caso específico de los riñones, el Instituto Nacional de Diabetes y Enfermedades Digestivas y Renales de Estados Unidos, asegura que dado que la presión arterial alta hace que el corazón trabaje más duro, con el tiempo puede dañar y debilitar los vasos sanguíneos de todo el cuerpo, incluyendo los de los riñones. Cuando esto sucede se puede afectar el funcionamiento de estos órganos.
Cuando los riñones no funcionan correctamente, puede llevar a un exceso de líquido y una acumulación de residuos en el torrente sanguíneo. Esto, a su vez, puede generar que la presión siga aumentando, lo que provoca un mayor daño a los riñones, generando un ciclo muy peligroso para la salud. Si la situación se agrava, la persona puede desarrollar insuficiencia renal, generando que estos órganos no funcionan bien.
Los riesgos se incrementan cuando las personas son mayores, no llevan un estilo de vida saludable, son hombres, sufren de diabetes y existen antecedentes familiares de insuficiencia renal, una enfermedad puede ser tanto la causa como el resultado de la presión arterial alta.
Consejos para prevenir la hipertensión
Controlar la tensión y llevar a cabo una serie de rutinas pueden ayudar a evitar mayores complicaciones de salud. La Sociedad Española de Hipertensión recomienda seguir una serie de consejos para garantizar un estilo de vida más saludable:
1. Controlar el peso. En algunos casos, una reducción de peso controlada es beneficiosa para equilibrar los niveles de tensión.
2. Realizar ejercicio físico moderado y regular. Es importante evitar el sedentarismo, por ejemplo, caminando entre media hora y una hora diaria o ejecutando otro tipo de actividades aeróbicas como el baile.
3. Controlar el estrés. El aumento de la ansiedad y la tensión emocional resultan peligrosos para el corazón, ya que incrementa los niveles de tensión.
4. Evitar el tabaco. Se debe eliminar el cigarrillo y evitar ser fumador pasivo.
5. Reducir la sal en las comidas. Esta incrementa la tensión, por lo que no hay que abusar de ella.
6. Evitar las grasas de origen animal. Mejor incorporar alimentos de origen vegetal.
7. Cocinar más sano. Prestar especial atención al modo de preparar la comida, ya que es preferible cocinar los alimentos al vapor, al horno o a la plancha y evitar las frituras y las salsas.
8. Seguir una dieta rica en potasio, magnesio y calcio. El consumo de alimentos que contienen estos minerales regula los niveles de tensión.
9. Consultar sobre soluciones nutricionales. Cuando la dieta no garantice el aporte necesario de los anteriores nutrientes, puede ser que sea necesario reforzarla mediante complementos alimenticios que contengan potasio y péptidos lácteos.
10. Vigilar los niveles de tensión y seguir las recomendaciones médicas. Los controles periódicos de tensión son fundamentales en adultos mayores de 40 años, sobre todo si se tienen antecedentes familiares de hipertensión.