Vida Moderna
Hipotensión: una enfermedad oculta que hay que prevenir con anterioridad
Esta condición médica ocurre cuando la presión arterial está baja y se exterioriza con síntomas leves, pero que en realidad están avisando que el funcionamiento cardiaco está en riesgo.
La hipotensión es una condición médica que ocurre cuando la presión arterial es considerablemente más baja de lo normal, lo cual implica que el corazón, cerebro y otros órganos vitales del organismo no reciban la suficiente cantidad de sangre para su funcionamiento correcto.
Algunas personas creen que tener la presión arterial baja es sinónimo de buena salud, debido a que están lejos de tener el riesgo de tener hipertensión. Esta premisa es verídica hasta cierto punto. Si bien es cierto que es recomendable tener la presión arterial baja que alta, no hay que cantar victoria, debido a que puede tratarse de una hipotensión: la contraparte de la hipertensión.
El psicólogo clínico del Centro de Salud de Los Ángeles Darío Fernández Delgado explica que no hay que preocuparse de tener la tensión baja si no hay complicaciones. Sin embargo, cuando aparecen dificultades leves, hay que acudir donde un especialista para prevenir complicaciones para el futuro. Adicionalmente, la Clínica Mayo explica que la presión arterial baja puede ser un detonante para problemas ocultos, acompañados de mareo, vértigo, fatiga, entre otros síntomas que pueden parecer normales, pero que en realidad están avisando el arribo de una complicación cardíaca.
Los números promedio de la presión arterial oscilan entre 90/60 mmHg (milímetros de mercurio) y 120/80 mmHg. Para los pacientes que tienen hipotensión, la presión cae hasta 20 mmHg.
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Por un lado, la hipotensión grave es causada por la pérdida súbita de sangre (shock), una infección compleja en los vasos sanguíneos, un ataque al corazón sufrido recientemente y una reacción alérgica intensa, entre otras situaciones. La otra categoría de esta condición es la hipotensión ortostática, la cual es más leve que la anterior. Ocurre cuando la presión arterial baja usualmente durante algunos minutos, especialmente después de comer o al cambiar de acostado a parado.
A nivel general, la hipotensión afecta a los adultos mayores, principalmente a quienes también sufren de una tensión alta, debido a que experimenta una especie de montaña rusa, en la que sube y baja sin aviso. También afecta a los pacientes con Parkinson. Sin embargo, hay un tipo de esta condición que complica la salud de los jóvenes y niños; se trata de la hipotensión mediada neuralmente (HMN), la cual ocurre cuando se está de pie mucho tiempo y sin descanso frecuentemente.
Por otro lado, cuando los adultos mayores sufren una fractura o herida de gravedad en la cadera y columna vertebral, pueden repercutir en complicaciones cardiovasculares, debido a que la imposibilidad de moverse con normalidad, afecta los niveles de la presión arterial, dado que empiezan a carecer de oxígeno.
Los síntomas de esta condición son: visión borrosa, confusión, vértigo, desmayos, mareo, náuseas, vómito, somnolencia y debilidad. Si una persona experimenta estos efectos con frecuencia, se recomienda acudir a un especialista, quien hará las respectivas preguntas y estudios para confirmar si presenta esta condición. Los exámenes que detectan la hipotensión son: Pruebas analíticas del metabolismo básico, hemocultivos, conteo sanguíneo completo (CSC), electrocardiograma (ECG), análisis de orina, radiografía del abdomen y radiografía de tórax.
El tratamiento depende de la causa que disminuyó la presión arterial. En los casos cuando ocurre por shock, las entidades médicas se encargan de realizar estos procedimientos: ingreso de sangre por vía intravenosa, suministro de medicamentos que aumenten la presión arterial y mejoren la fuerza cardíaca; y antibióticos. Adicionalmente, los médicos regularán las dosis de los medicamentos, acorde a la manera en la cual estos están tratando la enfermedad; sugieren que el consumo de líquido aumente y le pondrán al paciente medias de compresión, para que la sangre no se acumule en las piernas, lo cual puede generar trombosis y sería contraproducente para la presión arterial.
La hipotensión desencadena en otras enfermedades. Según el estudio de Mediagrpahic titulado Hipotensión arterial sistémica “esencial”, esta puede desembocar en astenia, tuberculosis, fiebre tifoidea, paludismo, sífilis, anemia perniciosa, estenosis mitral, estenosis aórtica, estenosis pulmonar, mixoma auricular, pericarditis constrictiva, tetralogía de Fallout, síndrome de Eisenmenger, miocardiopatía y fistulas arteriovenosas.