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Hollywood se la juega con los desnudos
Bradley Cooper y Benedict Cumberbatch son apenas dos de los actores que este año protagonizan escenas tal y como Dios los trajo al mundo.
Desde 1980, cuando se vio a Richard Gere al natural en la película American Gigolo, no sucedía que Hollywood arriesgara tanto para mostrar desnudos frontales de hombres. Eso, que en las actrices ya es paisaje, ha sido noticia precisamente por lo poco común. Además, en 2021 no lo hicieron actores desconocidos, sino estrellas como Benedict Cumberbatch, quien en la última película de Jane Campion,
El poder del perro, es un vaquero que tiene un momento de placer personal mientras se baña en un lago. O como Bradley Cooper, quien para su desnudo en NightmareAlley, en una bañera debió permanecer sin ropa en el set por seis horas. En la lista de hombres que lo mostraron todo también están Sebastian Stan, quien aparece ligero de ropas en la serie Pam & Tommy, que relata el drama de Pamela Anderson y Tommy Lee con un video sexual que fue dado a conocer sin su permiso en los años noventa.
La escena de Stan ha causado tanta expectativa que algunos consideran su pene como un personaje más de la serie. Josh O’Connor (el príncipe Carlos en The Crown) no mostró todas las joyas de la corona, pero sí quedó en calzoncillos en Mothering Sunday.
Algo parecido sucedió con Dev Patel en El caballero verde, quien no mostró del todo sus atributos con el personaje de sir Gawain, pero las secuelas de su breve encuentro sexual en la película han sido tema de conversación en las redes sociales. Actores menos conocidos también han caído en esta tendencia. Pero no por menos conocidos sus nombres han sido menos impactantes sus desnudos.
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Amos James pasará a la historia por su escena en la ducha en Sex Life. Y está Red Rocket, en la que Simon Rex corre completamente desnudo por una carretera de Texas al ritmo de Bye Bye Bye, de NSYNC. Steve Zahn también mostró hasta los testículos en la sátira veraniega The White Lotus, de Mike White. Y Oscar Isaac se desnudó por completo en el episodio cuatro de la miniserie Escenas de un matrimonio, de Hagai Levi.
La pregunta que todos se hacen es cuál es el motor de esta tendencia de bajarles los pantalones a los actores. Una de las razones es ajustar cuentas con las mujeres, que han sido las que cargan con ese peso en las películas mientras a ellos se les permite taparse.
No es un secreto que Hollywood no es un lugar equilibrado y no solo en este tema, sino en muchos otros como el pago a sus estrellas. Muchas actrices han levantado su voz de protesta porque no tienen un sueldo igual al de sus colegas hombres y coprotagonistas. Además, ellas pasan menos tiempo frente a la pantalla que los hombres y tienen menos líneas de diálogo a medida que envejecen.
Del mismo modo, es enorme el desequilibro en la desnudez en pantalla. Otra razón es que, por ser un bien tan escaso, el desnudo masculino genera la morbosidad suficiente para llamar la atención, algo que todo director en Hollywood necesita hoy ante tanta competencia. Fue evidente en el caso de Bradley Cooper, cuyo desnudo le generó a la película publicidad gratuita porque las imágenes se volvieron virales en las redes sociales. Ansel Pierce, quien recientemente apareció viringo en un baño en la serie Euphoria, rápidamente se popularizó en las redes sociales como “el tipo del baño”.
Pierce aprovechó la notoriedad para aclarar que todo era natural y poco después consiguió un pequeño papel en una comedia romántica para la que no tendrá que desnudarse. La tendencia también es eso, una moda. Así como en los años sesenta los directores echaron al traste el códigoHays, que restringía desde 1934 los desnudos en las películas, hoy ellos quieren explorar la desnudez masculina en sus películas. Judd Apatow afirmó hace un tiempo que quería impulsar la agenda más allá y prometió mostrar un pene en cada película que hiciera. “Estados Unidos le teme al pene y eso es algo que los ayudaré a superar”, dijo en su momento.
Y funcionó, pues ya en 2016, después de varias escenas en las que las actrices de Game of Thrones mostraban todas sus partes ante la cámara, y después de mucha insistencia de los fanáticos, la serie finalmente dejó que los espectadores vieran el pene de uno de los personajes masculinos. Tell Me You Love Me, un drama erótico de HBO, también sorprendió al público con escenas de sexo explícito.
Sea la razón que fuere, la desnudez masculina en la pantalla grande y chica ha develado muchos mitos. Y tal vez el más importante es que los hombres sienten una gran presión cuando se despojan de sus pantalones. Los agentes de Timothée Chalamet y Armie Hammer insistieron en no dejar que sus clientes posaran desnudos de frente. Muchas de sus preocupaciones están relacionadas con su imagen corporal, pues sienten miedo a los ángulos de cámara que poco los favorecen, según le dijo al diario The Wall Street Journal Juliet Williams, profesora de estudios de género en la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA). Además, a muchos actores les molesta ser cosificados.
El otro gran mito es que los penes son naturales. Por el contrario, la industria de prótesis sexuales está en su máximo apogeo, según afirma el diario neoyorquino. Para las partes privadas de Stan en Pam & Tommy los productores usaron una prótesis, lo mismo que para Simon Rex en Red Rocket y para Alfie Allen en Game of Thrones. Gracias a los efectos de posproducción la desnudez parece cada vez más real.
Las escenas de desnudos deben ser habladas con prioridad entre los actores y directores para asegurarse de que todos estén de acuerdo en temas que van desde la temperatura del set hasta la destrucción del material que no se usó. Hay una regla tácita: que quienes están en la escena den la espalda mientras rueda la cámara. Pero aquí también hay desigualdades. Mientras los hombres a menudo ganan elogios por estas escenas, se considera rutinario que las mujeres se despojen de su indumentaria.
También sucede que los actores ganen un bono extra cuando deben hacer un desnudo frontal. Aun así, muchos ven con buenos ojos la tendencia. No tanto porque quieran escenas de sexo, sino porque al menos hay más conciencia de la necesidad de equilibrar la balanza en el tema.