VIDA MODERNA

Hongo “Candida auris”: ¿cómo se transmite y cuáles son los síntomas?

Muchas compañías están empezando a desarrollar drogas y desinfectantes para combatir las nuevas infecciones causadas por este hongo. Existe la posibilidad de que el “C. auris” encuentre mecanismos de defensa.

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9 de diciembre de 2020
Candida Auris hongo | Foto: BBC

En el año 2015, Johanna Rhodes, especialista en enfermedades infecciosas del Imperial College London, recibió una llamada de emergencia de un hospital a las afueras de Londres. En una breve conversación le informaron sobre la existencia de una infección que parecía resistente a los medicamentos y que, por lo tanto, se estaba extendiendo por el hospital sin que se pudiera explicar la razón.

Según le comentó la especialista a BBC Mundo, “en aquel entonces la comunidad científica prácticamente no había oído hablar del Candida auris” y recordó que “en el hospital había un par de pacientes infectados con este germen, pero no había parecido algo muy serio hasta que se dieron cuenta de que se había extendido por las paredes, por los muebles, por toda la superficie del hospital”.

Rhodes explicó, además, que resultaba muy difícil de identificar porque nadie sabía realmente lo que estaban buscando” y que por esa razón la llamaron para que les ayudase a averiguar cómo y por qué se estaba expandiendo esta infección.

El Candida auris (palabra latina que significa “oreja”) es una especie de hongo que crece como levadura y fue identificado por primera vez hace un poco más de una década. Aunque no se sabe cuál es su origen, “fue descrito por primera vez en 2009 tras ser aislado del canal auditivo de un paciente de Corea del Sur”, señala la experta.

Enfermedades e infecciones | Foto: foto: iStock

Este hongo de rápida expansión, años después de su descubrimiento, apareció en Japón y países como India, Sudáfrica, Venezuela, Estados Unidos, Reino Unido y España, según señala Rhodes, lo que conllevó la existencia de brotes a nivel mundial.

Al respecto, Janiel Nett, profesora asistente en el Departamento de Medicina y Microbiología Médica e Inmunología de la Universidad de Wisconsin, le comentó a ese mismo medio que versiones diferentes del hongo comenzaron a aparecer en cuatro continentes al mismo tiempo, un hecho que para Johanna Rhodes no tiene precedentes.

Uno de los factores con respecto a ese hongo que más preocupa a la comunidad médica es que todas estas versiones simultáneas han mostrado una fuerte resistencia a los medicamentos.

Ejemplo de ello fue el caso del hospital de Londres, que aunque logró la erradicación del hongo de manera eventual, no fue una tarea fácil debido que el “Candida auris” es capaz de persistir en el medioambiente y puede sobrevivir en superficies inanimadas, sumado esto a que muchos de los desinfectantes que utilizan los servicios de salud no resultan efectivos contra este germen, por lo que en este caso en particular “varias salas tuvieron que permanecer cerradas durante meses y ser descontaminadas con enérgicamente”, señaló Rhodes.

Ante esta realidad, al igual que los expertos en salud pública llevan décadas advirtiendo que el uso masivo de antibióticos está disminuyendo su eficacia, la aparición del “Candida auris” demuestra que los hongos también se están volviendo cada vez más resistentes a los medicamentos.

Los antibióticos y antimicóticos sirven para combatir infecciones en las personas, pero este no es su único uso. En el caso de los antibióticos, estos se emplean también para prevenir enfermedades en animales de granja, y los antimicóticos se utilizan también como fungicida en la agricultura.

Es así como para algunos científicos este uso, cada vez mayor de herbicidas y fungicidas, contribuye a la aparición de hongos resistentes a los medicamentos entre las personas que consumen estos cultivos.

Al respecto, la profesora Janiel Nett explicó a BBC Mundo, que más del 90 % de las infecciones causadas por el “Candida auris” son resistentes al menos a un medicamento, mientras que el 30 % son resistentes a dos o más fármacos.

Según explica Luis Ostrosky, profesor de Enfermedades Infecciosas de la Escuela McGovern de Medicina de la Universidad de Texas, en Houston, “la gente puede ser portadora o estar colonizada por este hongo, como por todas las especies de Candida, sin que cause infecciones”, lo que señala que el “Candida auris” puede vivir en la piel de una persona durante meses sin causarle problemas.

Es así como quienes porten la infección pueden dejar el hongo en el ambiente, aumentando así la oportunidad de propagación del mismo, siendo así los centros médicos uno de los lugares donde más se puede adquirir y más aun cuando –según señalan los expertos– las personas con mayor riesgo de sufrir una infección por “C. auris” son las que tienen el sistema inmunológico comprometido por algún otro problema de salud, ya sea porque “han pasado por una cirugía recientemente, han estado conectados a algún catéter venoso o tubo de respiración o alimentación, o que han recibido antimicóticos o antibióticos de amplio espectro previamente”.

Los síntomas de una infección por "Candida auris" son poco específicos: generalmente causa fiebre, como cualquier otra invasión de microorganismos.

La presencia de este hongo genera síntomas poco específicos. Por lo general los pacientes presentan fiebre como consecuencia de la infección que este puede causar en heridas, en las orejas y en la sangre, según señalan los Centros de Control y Prevención de Enfermedades de Estados Unidos.

Hasta junio de 2019 se detectó un total de 755 casos de infecciones causadas por “Candida auris” en Estados Unidos.

También se han registrado casos en Australia, Canadá, China, Colombia, Francia, Alemania, India, Israel, Japón, Kenia, Kuwait, Omán, Pakistán, Panamá, Rusia, Arabia Saudita, Singapur, Sudáfrica, Corea del Sur, España, Reino Unido y Venezuela.

En Colombia su presencia fue identificada por primera vez en 2015, cuando se individualizaron tres casos en un hospital de Bogotá, el primero de ellos en un paciente de 74 años ingresado en noviembre de 2013.

Otros 17 casos fueron reportados en 2017, en un hospital de Valledupar.

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