VIDA MODERNA
Hormonas femeninas: estos son los cinco mejores trucos para equilibrarlas
Las hormonas regulan varios procesos vitales del cuerpo.
Las hormonas son mensajeros químicos que son producidas por las glándulas endocrinas; estas regulan varios procesos vitales del cuerpo como el metabolismo, el crecimiento, el desarrollo, el estado de ánimo, la función sexual y la reproducción, según lo explicó el portal Paleo Foundation. Estos componentes trabajan juntos y se interconectan por medio de un sistema; si una de ellas deja de funcionar o se impone sobre otra puede poner en peligro el funcionamiento de todo el sistema.
Las principales hormonas femeninas son el estrógeno y la progesterona; estas son producidas por los ovarios y empiezan a tener actividad en la etapa de la adolescencia. Además, sufren variaciones constantes durante el día a día.
El desequilibrio hormonal puede traer síntomas que se verán reflejados en la salud del cuerpo:
- Cambios de humor.
- Síndrome Premenstrual (SPM).
- Aumento de peso.
- Fatiga.
- Acné y otros problemas de la piel.
- Dolores de cabeza (migrañas).
- Síndrome de Ovario Poliquístico (SOP).
- Infertilidad.
- Baja del libido.
- Insomnio.
- Cambios bruscos de humor
- Depresión.
- Ansiedad.
- Enfermedad de la tiroides.
- Resistencia a la insulina.
- Síndrome Metabólico.
- Diabetes tipo 2.
El portal brinda unas recomendaciones que pueden ayudar a que las hormonas se estabilicen y funcionen de manera óptima. Antes de seguir estos consejos es importante consultar con un médico especialista que valore los síntomas y brinda las recomendaciones pertinentes.
Tendencias
- Comer comida real: las hormonas están compuestas por aminoácidos, lípidos y colesterol. Estos componentes se adquieren por medio de lo que se come. Para que el cuerpo pueda producir hormonas sanas es indispensable llevar una dieta equilibrada que incluya verduras y frutas de todos los colores, proteínas, carbohidratos liposolubles y grasas saludables.
- Entre las proteínas se encuentra la carne, el pollo, los pescados azules y el huevo. Se recomienda consumir carnes magras que son aquellas a las que se les ha quitado el exceso de grasa y se les ha dejado la proteína como tal. Las grasas saludables están presentes en el aguacate, en el salmón y se recomienda cocinar con aceite de oliva extravirgen.
- Evitar el azúcar: se recomienda eliminar de la dieta todas las bebidas con un alto contenido de azúcar y aditivos, así mismo los productos empaquetados que por lo general debido a su contenido de químicos generan una carga alta, que el cuerpo no puede asimilar de forma correcta y esto puede elevar los niveles de azúcar en la sangre.
- Los carbohidratos malos o simples se encuentran generalmente en alimentos procesados y refinados, carecen de valor nutricional y fibra, y aportan muchas calorías. Algunos de estos alimentos son: productos procesados como galletas, pasteles, dulces, papas fritas, pan blanco, bebidas con un alto contenido de azúcar y alcohol.
- Consumir frutas y verduras: las frutas y vegetales aportan las vitaminas y minerales que el cuerpo necesita. Estos componentes son indispensable para la producción de hormonas. Se sugiere comer las frutas en su estado natural y evitar todo tipo de jugos, incluso los de frutas; ya que al modificar el estado natural de la misma se pierde toda su fibra y se deja solo el azúcar de la misma por lo que consumirla en jugo puede aumentar el riesgo de padecer triglicéridos.
- Evitar alimentos fitoestrógenos: estos son compuestos estrogénicos de origen natural que se encuentran, por o general, en alimentos de origen vegetal como las legumbres, las nueces y semillas. Estos compuestos imitan el estrógeno y pueden ser perjudiciales para las mujeres que tienen dominación del estrógeno o quienes tienen muy poco estrógeno.
- Estos alimentos pueden generar una sobre regulación hormonal en el caso de las mujeres que producen mucho estrógeno o un baja regulación en aquellas que producen bajos niveles de esta hormona. Según el portal de medicina y salud Medline Plus, “los estrógenos son un grupo de hormonas que juegan un papel clave en el desarrollo de las características físicas y las funciones reproductivas femeninas, incluyendo el crecimiento de los senos y el útero y la regulación del ciclo menstrual”.