ESTILO DE VIDA
Hoy se trabaja menos que en cualquier otro momento de la historia
Al contrario de lo que muchos creen, hoy los empleados laboran menos y se divierten más que en cualquier otra época. Los expertos que apoyan esta teoría explican por qué y si la tendencia se mantendrá en el futuro.
Es muy probable que en los próximos días, después de disfrutar las vacaciones, muchos empleados colombianos sientan el peso de sus obligaciones y, en medio del trayecto de su casa a la oficina, piensen en las muchas horas que pasan en su puesto de trabajo. Probablemente, se quejarán con sus colegas de que gran parte de sus vidas transcurre detrás de ese escritorio en vez de disfrutar de más tiempo libre. Aunque esa sensación parezca muy real, la verdad, según algunos expertos, es otra: la proporción de tiempo que un individuo pasa trabajando ha disminuido ostensiblemente. Según el columnista Matt Ridley, autor del libro El optimista racional, un trabajador inglés promedio gasta hoy menos tiempo de su vida en el trabajo, debido a la reducción de la semana laboral, a que goza de más tiempo libre por cuenta de los días festivos y las vacaciones, y a que pasará más tiempo retirado por cuenta del aumento de la expectativa de vida.
Ridley dice que la gente gasta menos de la tercera parte del tiempo de su vida en trabajar y sostiene ese argumento con estos cálculos: una persona se engancha en la fuerza laboral a los 23 años luego de graduarse de la universidad y se retira alrededor de los 65 años. Con la expectativa de vida en casi 80 años, su vida laboral queda reducida a 52 por ciento del total. De ese total, una persona en promedio trabaja entre 39 y 40 horas de 168 que tiene una semana, lo cual equivale a 12 por ciento. Pero si se cuentan los festivos y las vacaciones, la cifra es de apenas 10,8 por ciento. Al incluir días de incapacidad, calamidad doméstica y otros permisos, el porcentaje queda en 10 por ciento.
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Aunque para muchos esa cifra es muy baja, otros países confirman la tendencia a trabajar menos. En Estados Unidos los asalariados hoy trabajan menos que la generación anterior y gozan de más tiempo libre debido a que la semana laboral ha pasado de 38 a 34 horas, un bajonazo de 12 por ciento, según cifras del Bureau of Labor Statistics. Algunos expertos explican que el aumento del descanso se debe a que hay más empleos de medio tiempo. Además, existe la tendencia de los jóvenes a estudiar por más tiempo y muchos después de los 50 años están optando por reducir sus horas de trabajo a edades más tempranas que sus mayores.
Ese panorama es muy diferente al de principios de siglo XX, cuando los trabajadores tenían una semana laboral de 62 horas, según estableció en un estudio Robert Whaples, economista de Wake Forest University. Aún peor era la situación a comienzos del siglo XVII, cuando la cultura de trabajo obligaba a todos a ocuparse en sus faenas desde el amanecer hasta el atardecer, literalmente, de sol a sol, y de domingo a domingo.
Pero para no ir tan lejos, en 1952 los trabajadores en promedio hacían semanas de 48 horas, mientras que hoy un trabajo de tiempo completo no requiere más de 40 horas semanales. “En algunas empresas el sábado por la mañana, al menos, era un día normal de labores, y los obreros, las empleadas domésticas, los agricultores y los mineros trabajaban muchas horas comparado con hoy”, dice al diario The Times Ian Brinkley, economista de The Work Foundation, una organización inglesa que investiga sobre estos temas.
Frente al optimismo de los estudios anteriores, el informe realizado por Timo Boppart, economista del Instituto Internacional de Estudios Económicos de la Universidad de Estocolmo, señala que desde comienzos del siglo XIX, las horas de trabajo han disminuido aunque a un ritmo modesto de 0,5 por ciento cada año. Y la razón de ello es que los cambios tecnológicos han aumentado la productividad y ante eso “la gente ha preferido trabajar menos duro”, dicen los autores.
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Pero si bien la tecnología ha ayudado a reducir las horas de trabajo, también ha complicado las cosas porque estar disponible por medio de un teléfono celular móvil ha hecho que las horas de llegada y salida a la oficina se desdibujen, especialmente entre aquellos con empleos ejecutivos y de mayor rango salarial. Estas personas también tienen que responder muchas veces en vacaciones porque esos aparatos hacen disponibles a los empleados 24 horas del día, 7 horas a la semana. “La promesa de la tecnología es que nos ayudaría a trabajar menos”, dice Linda Barrington, de Cornell University. Y aunque eso en parte es cierto, “la tecnología está jugando un papel diferente en ciertos profesionales de distintos niveles salariales”, agrega. Aun así, muchos aseguran que la mayoría de los empleados trabaja menos.
En Colombia, según encuestas realizadas por la Organización Mundial del Trabajo (OMT) entre 2009 y 2016, el tiempo laboral en los últimos nueve años se redujo en promedio una hora. Y aunque en las encuestas los colombianos en promedio trabajan mucho más que los habitantes de países como Alemania, Noruega o Francia, también algunos estudios señalan que no son los más productivos. Algunos factores culturales estarían impidiendo que la gente trabaje menos horas. Según Clara Rojas, psicóloga fundadora de CRM Psicología Organizacional, “más del 70 por ciento de las organizaciones en Colombia mantienen una cultura organizacional antigua, en la que el desempeño del trabajador todavía se mide por las horas de trabajo en su sitio, más no por su desempeño”. Así, la gente prefiere permanecer más tiempo en su puesto por miedo a que su jefe piense que no hace nada y lo despida. Y pese a que los avances tecnológicos han logrado hacer el trabajo más fácilmente y en menos tiempo, “en Colombia la cultura de terminar las obligaciones e irse temprano está catalogada como una ofensa o falta de compromiso”, señala la psicóloga organizacional Milena Chavarro.
La gran pregunta es si la tendencia continuará. Según Boppart, el aumento de la automatización en lugar de hacer desaparecer los trabajos y generar desempleo, facilitará las cosas para los empleados en términos de productividad y esto ayudará a que la gente trabaje menos. Pero otros tienen motivos para creer que se avecinan tiempos duros. Según Brinkley, las pensiones bajas, la mayor edad para retirarse y el aumento de la expectativa de vida hará que las generaciones futuras trabajen hasta cumplir por lo menos 70 años. Además de esto, los contratos por prestación de servicios no exigen un número de horas de trabajo, sino cumplir con funciones y podrían llegar, según los entendidos, a explotar a las personas.
De hecho, ya hay informes que indican que los millennials trabajan más que sus padres. Un reporte hecho por ManPower Group con casi 20.000 jóvenes de 25 países reveló que este grupo no está disfrutando de la semana de 40 horas como la mayoría, sino que en países como Estados Unidos, Brasil y Noruega, laboran en promedio 45 horas a la semana. En India, esa cifra alcanza 52 horas.
John Maynard Keynes dijo alguna vez que sus nietos trabajarían apenas 15 horas a la semana porque serían más productivos. Si bien fue muy acertado en sus teorías económicas, en este tema aún está por verse si tuvo razón.