CÁNCER

“En cáncer, Colombia tiene un mejor desempeño del que se esperaría"

The Economist presentó un informe sobre las fortalezas y debilidades del control del cáncer en América Latina. Colombia, aunque tiene mucho por mejorar, muestra avances significativos en el tratamiento de la enfermedad.

5 de julio de 2017
En los años noventa, en promedio, el cáncer representaba el 15 por ciento de todas las muertes en la región. Ahora, es el 19 por ciento. | Foto: © Simon Jarratt/Corbis

El cáncer es la segunda causa de muerte en América Latina, una de las regiones del mundo más golpeadas por esta enfermedad. Aunque cada vez el tema se habla con más fuerza y es un punto frecuente de discusión en las agendas públicas, aún es todo un desafío para los gobiernos manejar esta problemática e implementar programas efectivos para garantizar el acceso a medicamentos con presupuestos limitados.

Estos aspectos fueron evaluados por un equipo de The Economist Intelligence, que realizó el estudio “Control de cáncer, acceso e inequidad en América Latina”, para evaluar cómo los países de la región están dando la lucha contra esta enfermedad. Irene Mia, directora editorial de reflexión de liderazgo en The Economist y líder del informe, habló con Semana.com sobre los principales desafíos que tienen los gobiernos para mejorar el tratamiento del cáncer y el panorama de Colombia frente al control de la enfermedad.

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SEMANA: El informe recoge las luces y las sombras del control del cáncer en la región. En síntesis, ¿con qué se encontraron?

Irene Mia: El objetivo del informe fue mirar a nivel de cada país cómo estaban trabajando para tratar la enfermedad. Vemos que el cáncer se ha vuelto mucho más importante porque en los años noventa, en promedio, representaba el 15 por ciento de todas las muertes en la región; ahora, es el 19 por ciento. Además, estamos en una transición en la que está cambiando mucho el perfil demográfico en la mayoría de los países, entonces ya vamos hacia un perfil más parecido al de los países desarrollados: tenemos una población más vieja, mujeres que tienen menos hijos y más tarde, el impacto que tienen los tipos de cáncer que se van a desarrollar y también tenemos un problema de obesidad que antes no era tan determinante.

SEMANA: Teniendo en cuenta el perfil de los países de la región, ¿cuáles son los principales desafíos a enfrentar?

I.M: Hay muchos, pero, principalmente, tenemos el tema de los recursos. Estamos en una región con presupuesto limitado. En los países hay muchas prioridades y lo que se gasta en salud es bastante bajo con respecto a otras regiones del mundo; en promedio, el gasto es de un 4,6 por ciento. Entonces, como hay muchas prioridades, se debe decidir dónde poner los recursos y es difícil porque estamos en una situación de transición, donde por un lado tenemos que las enfermedades transmisibles ya se están quedando menos importantes, pero todavía están. Y por otro, no solamente hay diferencias entre países, sino entre las mismas ciudades y las zonas rurales dentro de los territorios.

SEMANA: ¿De cuáles prioridades estamos hablando?

I.M: Tenemos que el cáncer de mama se está volviendo muy prevalente en las ciudades en Colombia, pero no en el campo y esto está asociado con la tasa de fertilidad de las mujeres que es mucho más baja en la ciudad, donde se tienen hijos más tarde. Ese tratamiento es una prioridad. Por otro lado, con la urbanización cambian también los hábitos de vida: hay menos ejercicio, la alimentación es distinta, menos saludable, entonces es también pensar qué hacemos con esto. Pienso que el desafío para los gobiernos y para la gente que tiene que administrar los recursos es pensar cómo enfocarlos y decidir realmente cuáles son las prioridades porque hay muchas cosas al mismo tiempo y muchos tipos de cáncer distintos que requieren diferentes respuestas.

SEMANA: ¿Cuáles fueron los aspectos sobresalientes que pudieron identificar en cuanto a los planes de acción para tratar la enfermedad?

I.M: Hay mucho más entendimiento; hace 20 años no había realmente una concientización del cáncer como prioridad de salud en la región. Hoy en día hay planes nacionales de control del cáncer que realmente son importantes porque, en primer lugar, permiten enfocar los esfuerzos y recursos alrededor del tema. También, hacen posible identificar las prioridades y así se puede organizar la acción y programas alrededor de estas. En términos de planes de cáncer, hace 20 años ningún país tenía uno, ahora en nuestra medición vimos que cinco países tienen un plan de cáncer actualizado y los demás están trabajando en eso. Perú, por ejemplo, con su ‘Plan Esperanza’ que fue tan exitoso, aunque acabó el año pasado, ya está validando los resultados para poder adaptar otro. Colombia también tiene el suyo. Todos los países saben de la importancia de tener un plan y están trabajado en eso con organizaciones internacionales y basándose en las mejores prácticas.

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SEMANA: ¿En qué otros aspectos se está avanzando en la región?

I.M: El otro elemento en donde se ha hecho mucho progreso es en la parte del monitoreo, de los registros. Es importante tener los datos correctos a la hora de decidir las políticas y qué vamos a hacer contra el cáncer. En el informe vimos que en Uruguay hay más casos de cáncer, pero es posible que tengamos tantos casos porque ellos lo están midiendo de la mejor manera, de una forma más correcta que otros países y eso es algo que todos los gobiernos o tomadores de decisiones deben tener en cuenta. Sin embargo, todavía hay mucho por hacer porque los registros no están cubriendo una población relevante. Todavía la cobertura es muy baja, de un siete por ciento. Lo interesante es que hay un interés por mejorar esto.

SEMANA: ¿Cuáles son los aspectos en los que encontraron la mayor debilidad?

I.M.: Las sombras tienen que ver con los recursos y con la infraestructura para el tratamiento de cáncer. Es bastante impactante cuando ves el bajo número de oncólogos y radiologistas o si miras cuál es el porcentaje de pacientes que necesitan radioterapia y cuántos son los que realmente tienen acceso. Hay muy pocos países donde todos los que necesitan, tienen radioterapia. Entonces, hay un problema de infraestructura que es muy grande. De recursos humanos también y este es uno de los elementos en los que habría que poner más esfuerzo y priorización porque es una problemática que va a empeorar, pues los casos van a aumentar. Por otro lado, lo que tiene que ver con la fragmentación en cuanto a los que son los tomadores de decisiones en el cáncer y una fragmentación a nivel de disparidades socioeconómicas en cada país.

SEMANA: Es decir que la financiación es principal es el centro de las falencias en cuanto al tratamiento del cáncer en la región…

I.M: Es un asunto, pero no creo que sea lo más importante. Es obvio que si hay más recursos hay más posibilidad de cambiar las cosas, pero también si miramos, por ejemplo, Colombia y Perú tienen un desempeño que es mucho mejor del que se podría esperar solamente basándose en su nivel de ingreso per cápita y eso se logra porque hay una visión.

SEMANA: ¿Cómo fue la participación de Colombia en el estudio y qué puede decir del país en cuanto a sus planes para combatir el cáncer?

I.M: Los cuadros comparativos del reporte lo hicieron los analistas recolectando datos duros, pero también para algunos indicadores que creamos nosotros, como indicadores de políticas consultamos con expertos en diferentes países. En el caso de Colombia, como parte del proceso para escribir el informe contamos con la participación del Ministro de Salud, que fue el único ministro con el que hablamos y eso ya nos dice qué tan importante es el tema en Colombia. Por otro lado, nos encontramos con que es uno de los países más interesantes porque tiene un desempeño mejor al que uno esperaría. Los recursos son pocos en Colombia, pero se están utilizando bastante bien y hay una visión para poder seguir adelante. El país tiene un desempeño muy parecido a Panamá y Argentina que tienen un ingreso per cápita casi del doble y esto es muy interesante como dato.

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SEMANA: ¿En qué aspectos puede mejorar el país?

I.M: Lo que para Colombia destaca es la falta de disponibilidad de radioterapia y la disponibilidad de medicamentos. En este punto miramos tres clases de tratamientos: los más antiguos, los un poco más modernos y los innovadores. Esta es una de las categorías donde, en general, la región tiene un desempeño muy débil porque, por ejemplo, en medicamentos tradicionales todos los países garantizan el acceso, pero para los medicamentos más modernos, el único que tiene acceso es Chile. Además, se presenta otro asunto y es que puede que los medicamentos estén aprobados, pero no están incluídos en el plan de aseguramiento y ahí hay un problema porque entonces, muchas veces los pacientes tienen que ir a la justicia para tener acceso. Para Colombia esta una de las áreas con más debilidad. Pero, en general, es uno de los casos más exitosos de cómo hay que enfocar el asunto y cómo hay que centralizar todos los esfuerzos alrededor de un plan.

SEMANA: ¿Qué esperan que suceda con el informe?

I.M: Creo que los resultados del informe van a ser una herramienta que puede ayudar a enfocar el debate y dar unos datos que luego van a servir. Es un punto de partida. Nuestros indicadores son muy generales porque tienen que cubrir 12 países al mismo tiempo. Por eso, los países tienen que mirar indicadores que sean más precisos y propios. Este tipo de ejercicio puede resultar interesante para que los gobiernos puedan compararse con otros países y ver dónde se puede mejorar.