Vida Moderna
Infusión de manzanilla, jengibre y canela: beneficios y cómo prepararla
Algunas hierbas pueden interactuar con otros medicamentos o ser tóxicas en dosis altas.
Las infusiones se obtienen de una mezcla de hojas, raíces, frutas o hiervas y por lo general las personas las usan para ayudar a prevenir o curar una enfermedad. También sirven para aliviar síntomas, incrementar la energía, relajarse o perder peso.
Sin embargo, las hierbas no son reguladas ni probadas como los medicamentos, de acuerdo con MedlinePlus, web de la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos.
De todos modos, el periódico Publimetro reveló que la infusión de manzanilla, jengibre y canela tiene varios beneficios, por ejemplo, fortalecería el sistema inmunológico.
Para prepararla se debe hervir una taza de agua y cuando esté en su punto de ebullición se agrega una cucharada de manzanilla, una cucharada de jengibre molido, una canela en rama y una cucharada de miel de cúrcuma. Posteriormente, se mezclan los ingredientes, esperan cinco minutos, se cuela la bebida y se consume.
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De todos modos, antes de consumir alguna infusión lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, ya que algunas hierbas pueden interactuar con otros medicamentos o ser tóxicas en dosis altas. También pueden causar efectos secundarios, porque “natural” no quiere decir seguro.
Propiedades de los ingredientes
La manzanilla es un sedante y tranquilizante natural, capaz de producir sueño natural y reparador, y calmar los nervios, gracias a que contiene apigenina, un suplemento natural. No obstante, el uso de la manzanilla puede provocar reacciones alérgicas en algunas personas que son sensibles a la familia de plantas que incluye a la manzanilla.
Por su parte, según los portales Healthline y Psicología y Mente, el jengibre tiene diferentes beneficios, como por ejemplo, es conocido por aumentar las defensas en las personas, así que evita que los resfriados o gripas se desarrollen. Además, el jengibre, al contener componentes antioxidantes, podría mejorar la función cerebral de manera directa, lo cual ayudaría contra el alzhéimer. De igual manera, la planta ayuda a disminuir la disfunción cerebral relacionada con la edad.
Adicional, las sustancias del jengibre ayudan a bloquear los efectos de la prostaglandina, la sustancia que inflama los vasos sanguíneos del cerebro y provoca dolores de cabeza, mejora la circulación en el cuerpo e incrementa los niveles de oxígeno en todo el organismo.
Sobre la misma línea, la canela tiene varias propiedades como, por ejemplo, es antiinflamatorio, ya que es rica en antioxidantes, según un estudio de la Universidad del Oeste de Sídney (Australia).
Asimismo, la canela es excelente para reducir el colesterol malo, de acuerdo con un estudio de la Universidad de Agricultura de Peshawar, Paquistán. Además, al reducir el colesterol se previenen enfermedades cardíacas.
También se ha demostrado que la canela alivia los factores asociados con la enfermedad de Alzheimer al bloquear y revertir la formación de tau in vitro y en el accidente cerebrovascular isquémico al bloquear la inflamación celular, según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.
La biblioteca adicional destaca que los estudios también muestran que los componentes de la canela controlan la angiogénesis asociada con la proliferación de células cancerosas.
Además, el consumo de canela ayuda a disminuir la fatiga, combatir los triglicéridos por la presencia de antioxidantes e infecciones de las vías respiratorias debido a que es un expectorante natural; disminuir la presión arterial gracias a sus propiedades antiinflamatorias y antioxidantes que ayudan a relajar los vasos sanguíneos y, debido a que también es rica en fibras, la canela ayuda a disminuir el apetito, lo que indica que también puede ser usada para perder algunos kilos.
Sin embargo, es importante aclarar que su consumo en exceso de canela puede ser perjudicial, pudiendo causar alergias e irritación en la piel, hipoglucemia y daño hepático en personas con enfermedades graves del hígado, motivo por el que su consumo debe ser ocasional y siempre en cantidades mínimas.