Vida moderna
Insuficiencia renal crónica: síntomas a los que se deben prestar atención
La hipertensión arterial se encuentra en el 80 % de los pacientes con insuficiencia renal crónica terminal.
Los riñones sanos limpian la sangre eliminando el exceso de líquido, desechos y minerales. También producen hormonas que mantienen sus huesos fuertes y su sangre sana.
Ahora bien, si los riñones están lesionados, no funcionan correctamente. Además, pueden acumularse desechos peligrosos en el organismo y puede elevarse la presión arterial. Esto quiere decir que el cuerpo puede retener el exceso de líquidos y no producir suficientes glóbulos rojos. A esto se le llama insuficiencia renal, según el portal MedlinePlus.
Anna Malkina, médica de University of California, San Francisco, señala que la insuficiencia renal tiene muchas posibles causas; algunas de ellas provocan una disminución rápida de la funcionalidad renal (lesión renal aguda) y otras conllevan un deterioro gradual de dicha funcionalidad (insuficiencia renal crónica).
En concreto, la insuficiencia renal crónica evoluciona en el curso de muchos años, puede ser provocada por afecciones como la presión arterial alta o la diabetes, y no se puede curar. Incluso, puede llevar a una insuficiencia renal total y duradera que se llama enfermedad renal en estadio terminal (ERET), según el Instituto Nacional del Cáncer.
Tendencias
Si el daño es severo, los riñones pueden dejar de funcionar. A esta situación se la llama falla renal y significa que la persona necesita recibir diálisis o un trasplante renal.
Se habla de falla renal o de enfermedad renal terminal (ERT) cuando los riñones han dejado de funcionar hasta el punto en que la persona no sobreviviría dichos tratamientos. El daño renal es irreversible, según el American Kidney Fund.
Hay otros problemas renales capaces de provocar ERC, como por ejemplo:
- La nefritis lúpica.
- El cáncer de riñón.
- La glomerulonefritis.
- La poliquistosis renal.
No obstante, si los médicos detectan la ERC en sus inicios, hay formas de evitar que empeore, como por ejemplo, tomar ciertos medicamentos, respetar un plan de alimentación nefrosaludable y hacer ejercicio.
Síntomas de la insuficiencia renal crónica
La insuficiencia renal crónica consiste en el deterioro progresivo e irreversible de la función renal. Aquí los síntomas clave para detectarla, según la la Clínica Universidad de Navarra.
- Alteraciones osteomusculares: (osteodistrofia renal): se manifiesta por dolores óseos, deformidades (reabsorción de falanges distales en dedos), fracturas y retraso del crecimiento en niños.
- Alteraciones dermatológicas: el signo característico es el color pajizo de la piel, producido por la anemia y por el acúmulo de urocromos. El prurito (picor) es también muy frecuente y muy molesto.
- Alteraciones hormonales: en el hombre provoca fundamentalmente impotencia y oligospermia (disminución en la producción de espermatozoides). En la mujer provoca alteraciones en ciclo menstrual y frecuentemente amenorrea.
- Alteraciones electrolíticas: se producen anomalías en los niveles de diferentes electrolitos como el potasio y el bicarbonato.
- Manifestaciones cardiovasculares: hipertensión arterial, que se encuentra en el 80 % de los pacientes con insuficiencia renal crónica terminal.
- Alteraciones gastrointestinales: anorexia, náuseas y vómitos.
- Alteraciones hematológicas: un signo precoz en la evolución de una insuficiencia renal crónica es la anemia.
- Alteraciones neurológicas: es típica la aparición de la encefalopatía urémica, que se manifiesta como una alteración cognitiva que va desde una dificultad para concentrarse hasta el coma profundo.
¿Quiénes tienen más riesgo de presentar ERC?
- Personas de más de 60 años.
- Ascendencia afroamericana, hispana, nativa americana o asiática.
- Los que sufren de diabetes, presión arterial alta o insuficiencia cardiaca
- Personas con familiares cercanos que tienen enfermedad renal.
Otros síntomas:
- Hinchazón de las piernas, los tobillos y los pies.
- Orinar (hacer pis) más o menos de lo normal.
- Dificultad para respirar.
- Dificultad para dormir o permanecer dormido.
- Calambres musculares.
- Debilidad y cansancio.
- Sensación de estómago revuelto o vómitos.
- Menos apetito de lo normal.