VIDA MODERNA
Cómo logró Jimmy Carter estar en la posesión de Trump
Con 92 años, el expresidente fue el más viejo en asistir a una posesión presidencial. Hace dos años fue diagnosticado con un melanoma avanzado y gracias a un novedoso tratamiento, se le vio con un excelente estado de salud.
Jimmy Carter siempre supo el cáncer podía llegar cualquier día. Después de todo su familia ha estado marcada por la enfermedad: sus hermanas, su hermano y su padre murieron por un carcinoma en el páncreas, mientras que su madre falleció a causa de un tumor en el seno. Cuando su diagnóstico llegó, en agosto de 2015, tenía un melanoma que se había extendido al hígado y al cerebro. Le dieron pocas semanas de vida.
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Por eso sorprendió verlo radiante el 20 de enero junto a su esposa Rosalynn en el palco destinado para los ex presidentes al lado de Bill Clinton y George Bush, varias décadas más jóvenes que él. Desde su diagnóstico ha pasado más de un año y sus médicos declararon que el cáncer está en remisión, es decir, no hay rastros aparentes de él en su cuerpo. De hecho en diciembre del 2015, el nobel de paz, anunció que estaba libre del cáncer. En marzo de 2016, Carter le contó al mundo que había superado su enfermedad en seis meses, gracias a un nuevo concepto en el tratamiento del cáncer conocido como inmunoterapia a través de medicamentos que están dirigidos a estimular la fuerza del sistema inmune. De esta forma el propio cuerpo se encarga de atacar el cáncer frenando la propagación de células malignas por el cuerpo o deteniendo el crecimiento de tumores.
La inmunoterapia es el tratamiento que dirigirá la lucha contra el cáncer en los años por venir. Los expertos le están apostando a esta terapia que ha mostrado buenos resultados, incluso en algunos casos hasta la curación total. Esto se ha visto especialmente en melanoma y cáncer de pulmón, enfermedades que antes no tenían un buen arsenal de ataque. También hay esperanza de que sirva para los tumores de vejiga y riñón. Además, como tratamiento complementario con otras terapias oncológicas ha arrojado resultados esperanzadores.
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Sumado a su tratamiento, Carter le atribuye su larga vida y buen estado de salud a la suerte, “y a que Rosalynn y yo tenemos una vida muy cuidadosa, basada en una dieta adecuada y mucho ejercicio", aseguró para una entrevista en PBS en 2015, poco antes de ser diagnosticado de cáncer en la piel. El expresidente también contó que nunca ha fumado un cigarrillo.
Sea suerte o un cuidadoso estilo de vida, a sus 92 años, Jimmy Carter mostró su envidiable estado de salud, pues a diferencia de contemporáneos suyos no dio rastros de ningún vestigio de debilidad frente a las bajas temperaturas durante la ceremonia de investidura del nuevo presidente de Estados Unidos; incluso, fue el primer expresidente en confirmar la asistencia a la posesión de Trump.
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Gerald Ford, a sus 91 años, no asistió a la investidura de George W. Bush en 2005, argumentando problemas de salud. Este año, el presidente George HW Bush, de 92 años, apenas unos meses mayor de Carter, no fue a la ceremonia del nuevo presidente republicano debido a que fue hospitalizado por problemas respiratorios relacionados con una neumonía.
De esa manera, Jimmy Carter, se convirtió en el expresidente con más edad en asistir a una ceremonia de posesión de un gobernante. El exmandatario mantiene una vida activa. Viaja por el mundo como conferencista invitado para hablar de temas como educación, salud, trabajo, mediación de conflictos internacionales, derechos humanos, así como veedor de procesos electorales y políticos en diferentes latitudes.