salud

Kristina Lilley y su lucha contra el cáncer: un testimonio de esperanza

La reconocida actriz Kristina Lilley se ha dedicado a documentar en sus redes sociales cómo sobrelleva el cáncer, una enfermedad que ha tocado a su puerta ya tres veces. Testimonio de vida y esperanza.

11 de febrero de 2023
Kristina Lilley es una de las actrices más queridas en América latina.
Kristina Lilley es una de las actrices más queridas de la televisión colombiana. | Foto: tomada de la cuenta de Instagram @kristililley

En la Navidad de 2010, Kristina Lilley se encontraba en el rodaje de la telenovela Chepe Fortuna. Su personaje de entonces se llamaba Malvina, una villana que era la madre de la protagonista y que se la pasaba en bikini todo el tiempo. Pocos, sin embargo, sabían que la actriz, que lucía una envidiable figura en traje de baño en cada escena, vivía una condición de salud que le producía molestos y permanentes sangrados que se prologaban hasta por diez días.

La actriz se sentía cansada con frecuencia; también estaba muy delgada. Su ginecólogo entonces le recomendó una citología. Tres días después, le dio un diagnóstico que cambió la vida de Kristina para siempre: cáncer de cuello uterino. Por fortuna, había sido detectado a tiempo, en una fase muy temprana en la que no había hecho metástasis y pudo ser retirado con una cirugía.

Tres años más tarde, ya recuperada, se encontraba haciendo una campaña de sensibilización para el cáncer de seno. Invitaba a mujeres y hombres por igual a hacerse el autoexamen, a conocer sus cuerpos. Y un día, ella misma quiso aplicar ese método de detección de la enfermedad. Gracias a eso, se topó con una pequeña masa en el seno izquierdo.

Para entonces, ya se sentía delgada, demacrada, débil. Síntomas que se le hicieron familiares. En esa ocasión, su mastólogo, por medio de una mamografía, le confirmó que el cáncer tocaba, una vez más, a las puertas de su vida.

De nuevo, una cirugía, acompañada esta vez de radioterapia, “un proceso difícil porque te cansas mucho, tu cuerpo tiene que trabajar mucho. Coincidió con un momento en el que estaba colaborando con varios proyectos. Y con el hecho de que hacía poco a mi mamá, recién llegada de Estados Unidos a Colombia, le habían diagnosticado alzhéimer; entonces sentí que se me juntaba todo”, asegura la recordada actriz que dio vida a Gabriela de Elizondo en Pasión de gavilanes.

Pero con la tranquilidad y entereza que la han caracterizado siempre, le hizo frente al cáncer y salió al otro lado. “También fue una detección temprana, fui afortunada. Me hicieron la cirugía, me quitaron el tumorcito y tuve unas 16 sesiones de radioterapia”.

Kristina Lilley, actriz de "Pasión de Gavialnes 2".
Kristina Lilley, actriz de "Pasión de Gavialnes". | Foto: Telemundo

No niega que sintió miedo. “Lloré mis ojos. Emocionalmente, me sentía frágil, busqué ayuda profesional, por la situación de mi mamá y el reto de criar a una hija adolescente. Y un día me dije: no me voy a dejar vencer con esto. Yo puedo, yo soy lo que el universo quiera que sea. Mi hija me repetía: ‘¡mamá, tienes que hacer lo que tienes que hacer! ¿Qué estás esperando?’”.

El cáncer por tercera vez

Y así estaba su mundo hasta que en noviembre de 2022, y con 59 años, una vez más su cuerpo comenzó a darle señales de que algo no estaba bien: el cáncer de mama había reaparecido por segunda vez.

“Rápidamente tuve todos los exámenes, la cita con la cirujana, me hicieron mastectomía doble” detalló en ese momento.

Entonces decidió compartir con los demás su experiencia, para que otras personas con la misma enfermedad encontraran herramientas para sobrellevar de la mejor manera posible el diagnóstico y el tratamiento propios del cáncer.

En su cuenta de Instagram, la actriz les va narrando a sus seguidores el día a día de su cáncer: sus temores, sus rutinas, el dolor. Con testimonios francos, construye una suerte de diario de una guerrera que ha mirado ya de frente a la muerte y que, en medio de todo, ha encontrado razones para espantar el llanto y hablar de esperanza.

“Definitivamente, en la vida hay cosas que uno puede cambiar y otras cosas que no. Y el cáncer es una de esas cosas en que uno no puede cambiar. Pero entonces no se trata de lo que uno puede cambiar, sino de cómo enfrenta las situaciones. Y eso sí es lo que uno puede cambiar en la vida”, se le escucha decir.

Lilley asegura que una de las mayores lecciones que esta enfermedad trajo a su vida es que “nosotros no somos ni fuertes, ni guerreras, somos mujeres que aceptamos nuestra vulnerabilidad, aceptamos nuestras emociones y eso es lo que nos hace fuertes”.

Y reitera la importancia de hacerse los chequeos pertinentes, así por momentos la rutina diaria y la carga laboral parezcan no dejar tiempo: “También aprendí que es importante hacerse el autoexamen, cuidarse y estar pendiente de uno mismo”.

La actriz mostró el proceso de su rapada y sus sentimientos frente al paso que dio. Fotos: Instagram @kristililley.
La actriz mostró el proceso de su rapada y sus sentimientos frente al paso que dio. Fotos: Instagram @kristililley. | Foto: Fotos: Instagram @kristililley.

“Estamos muy pendientes de lo intelectual. De que cada día tenemos que hacer más, producir más, no importa el costo. Y no nos damos cuenta de que también nuestro cuerpo es importante y forma parte de nuestro desarrollo espiritual. Entonces, una de las cosas que debemos aprender es escuchar nuestro cuerpo, porque él nos da todas las señales que necesitamos para poder detectar enfermedades a tiempo”, reflexiona la artista.

En uno de los videos que compartió desde que recibió su tercer diagnóstico de cáncer, aparece contando entre lágrimas cómo tuvo que raparse el cabello para someterse a las quimioterapias: “Mi yerno me pasó la máquina. Verme es doloroso, pero me miré, lloré y he llorado. Pero estoy viendo en mi mirada algo diferente: valentía”.

Esa mirada positiva ante la adversidad es lo que hace la diferencia, está segura la actriz estadounidense, nacionalizada colombiana.

“Lo que pasa con el cáncer es que no le importa si tienes un Ph. D., si eres multimillonario, o si eres una de las personas que de manera generosa limpia nuestras calles”, dice.

Lo único cierto, agrega enseguida, “es que si detectas el cáncer en etapas tempranas tiene tratamiento. Claro, le tenemos miedo a lo desconocido. Pero cuando uno tiene miedo, hay que mirar ese miedo de frente y preguntarse por qué lo tenemos realmente. Yo comencé a hacerme el autoexamen porque estaba en medio de una campaña de prevención de cáncer de seno y rodeada de mujeres que pasaban por quimioterapia. De haber tenido miedo, no estaría contando mi historia. El cáncer te pone a prueba, pero al final saca lo mejor de nosotros”.

Cómo apoyar a un paciente con cáncer

  • Permita que la persona que vive el cáncer hable de su enfermedad en el momento en que lo crea conveniente. Evite las preguntas inoportunas.
  • Cuando le hable, mantenga contacto visual para que el paciente sienta que de verdad le interesa su historia, su dolor, sus miedos. Las miradas y gestos de complicidad resultan de gran ayuda emocional en estos casos.
  • Entender los cambios de humor de los pacientes. Cuando se tiene cáncer hay días más complicados que otros, especialmente después de sesiones de quimioterapias y radioterapias.
  • Comparta con la persona planes y rutinas que la saquen del ambiente de la enfermedad y los tratamientos médicos: una buena cena, una buena película o juegos de mesa pueden ser buenas alternativas.
  • Motive a la persona con cáncer a no descuidar su imagen, por más dura que sea la enfermedad. En estos pacientes conviene tener la autoestima en alto para evitar que se afecten las defensas y, por ende, empeore la condición de salud.