Vida Moderna
La ciencia revela cuánto se debe dormir al día para mantener la energía
Las siestas de más de 30 minutos suponen un mayor riesgo de aumento del índice de masa corporal.
Para la mayoría de las personas, las famosas “siestas” son solo para niños pequeños o adultos mayores. Sin embargo, aunque los seres humanos están acostumbrados a dormir durante las noches, normalmente entre 6 y 8 horas diarias, hay para quienes este descaso no es suficiente, por lo que tienen el hábito de hacer una o más siestas en las tardes.
Además, tomar siestas ofrece varios beneficios para los adultos sanos, tales como: menor fatiga, relajación, estado de alerta más intenso, mejor desempeño, con un tiempo de reacción más rápido, una memoria más aguda y mejor estado de ánimo, según los expertos de la Clínica Mayo.
La Fundación Española del Corazón (FEC) explica en su blog ‘Impulso vital’ que la siesta tiene un importante número de beneficios como contribuir a prevenir cardiopatías, reducir la tensión arterial, facilitar el aprendizaje, aumentar la concentración, estimular la creatividad, facilitar resolver problemas, mejorar los reflejos, favorecer la abstracción, fomentar la positividad y mejorar el estado de ánimo.
Sin embargo, no todas las siestas aportan los mismos beneficios. No es lo mismo dormir un período corto durante el día que hacerlo de forma más extensa, por lo que es muy importante saber cuál es el máximo de tiempo que debe durar una siesta, además de otros aspectos como el lugar o la hora.
De acuerdo con un reciente estudio realizado por investigadores de la Universidad de Murcia y del Brigham and Women’s Hospital, vinculado a la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, el cual se ha publicado en la revista científica Obesity, las siestas de más de 30 minutos suponen un mayor riesgo de aumento del índice de masa corporal (IMC).
El trabajo se realizó con poco menos de 3.300 personas y se encontró que los que dormían siestas largas (más de 30 minutos) tenían un IMC un 2 % más alto y el riesgo de obesidad aumentaba un 23 % en comparación con los que no las hacían.
En cambio, quienes realizaban siestas cortas (menos de 30 minutos) tenían un riesgo un 21 % más bajo de tener la presión arterial alta.
Asimismo, observaron que las personas que dormían más tiempo durante la siesta también tenían unos hábitos de vida menos saludables, relacionados con el sobrepeso y la obesidad, tales como menos horas de sueño nocturno, horarios de comida desequilibrados, peor alimentación y tabaquismo.
¿Cuántas siestas hay que hacer para notar sus beneficios?
Las siestas cortas son muy útiles para restablecer energía y, en este sentido, unos 20 minutos son suficientes. Además, un estudio publicado en la revista científica Heart, de la British Medical Journal (BMJ), descubrió que las personas que duermen siesta una o dos veces por semana tienen menos probabilidades de sufrir un ataque al corazón, en comparación con aquellas que no la realizan.
La investigación señala que esto podría ser una solución para disminuir el riesgo de aterosclerosis, la acumulación de placa en las arterias que en muchos casos está provocada por la falta de sueño. Por esta razón, se debería realizar un mínimo de dos siestas a la semana, las cuales no excedan los 30 minutos cada una.
Dónde y cuándo hay que realizar una siesta
Según la FEC, es muy importante encontrar un lugar cómodo, con una temperatura agradable, un ambiente tranquilo y poca luz. Además, siempre será mejor hacerla en un sofá o sillón que en la cama, sobre todo si se sufre reflujo gástrico u otros problemas digestivos.
Asimismo, recomienda descansar después de comer, entre las 13 y las 17 horas, ya que el periodo de más somnolencia está en esa franja horaria y los ritmos circadianos sufren una caída entre las 15 y las 17.