Vida Moderna
La dieta inversa que ayuda a aplanar el abdomen
Suele suceder que luego de iniciar un régimen alimenticio para reducir los kilos de más, muchos se estancan e intentan abandonarlo.
Uno de los objetivos que tienen muchas personas al comienzo de cada año es hacer dieta o alguna actividad física, incluyendo ir al gimnasio, tanto para reducir de peso como para mantenerse en buen estado de salud.
Si bien son buenos propósitos y en muchas ocasiones se logran esos objetivos, los especialistas advierten que una vez se reduce el peso, se llega a un periodo en el que, a pesar de seguir con esas actividades, especialmente con la dieta, se vuelve a ganar algunos kilos con el paso de los meses.
Suele suceder que luego de iniciar un régimen alimenticio para reducir los kilos de más, muchos se estancan e intentan abandonarlo.
Por eso, los nutricionistas han recomendado la dieta inversa que le permite a la persona mantener el peso que ha logrado luego de cambiar sus hábitos alimenticios.
Frente a este particular, el nutricionista Alberto Blanco explicó que la dieta inversa consiste en un ligero aumento de las calorías, con el fin de acelerar el metabolismo tras periodos de pérdida de peso y posterior estancamiento.
“De esta manera, se podrá continuar posteriormente con la pérdida de peso o establecer un mantenimiento del mismo”, indicó el especialista en el portal ABC Bienestar.
Añadió que “está dirigida a personas que hayan perdido mucho peso, se hayan estancado en esta pérdida y todavía estén en valores de sobrepeso y obesidad”.
Igualmente, aseguró que puede ser útil para aquellos que ya hayan conseguido su objetivo de perder peso, porque así podrían prevenir un posible efecto rebote, restableciendo el número de calorías que necesita el organismo.
De esta manera, se considera que es una dieta “de mantenimiento”, muy similar a la que venía cumpliendo cuando inició con el nuevo régimen alimenticio, es decir, que aunque una persona coma un poco más, el peso no cambia.
Los expertos han indicado que una persona ha perdido peso a través de una dieta restrictiva, se aumentan gradualmente gradual, especialmente la de los carbohidratos (un máximo de 100 calorías cada semana, engañando al cuerpo haciendo una especie de pull-up).
Cómo hacer la dieta inversa
Por ello, para mantener lo logrado, se puede recurrir a la dieta inversa, que consiste en agregar unos 20 gramos (100 calorías) de carbohidratos un día a la semana, por 6 semanas.
Luego de cumplir con ese procedimiento, ser recomienda volver a aumentar 20 gramos, un día cada siete, con lo cual después de unos meses, se alcanza una cantidad normal de calorías, sin embargo, el peso no aumenta.
Lo que si han advertido los expertos es que, se debe cumplir fielmente con ese proceso para que se vean reflejados los resultados, pero recomiendan que antes de hacerlo, se debe consultar a un nutricionista para que lo guie en el procedimiento.
Entre los beneficios de llevar esta dieta inversa se encuentran recuperar la masa muscular perdida con la dieta de adelgazamiento, pero sin afectar la grasa magra (se refiere exclusivamente a los lípidos que constituyen una reserva de energía para el cuerpo), ayuda a controlar el hambre y a dar una sensación de control de la apetencia y a diferencia de otras dietas, esta no es restrictiva.
Es importante tener en cuenta también que, en lo posible, esta debe estar supervisada por un dietista-nutricionista, para llevar el control calórico de la misma.
Para el nutricionista Alberto Blanco, la dieta inversa podría aplicarse por deportistas que hayan hecho una definición muscular, tras explicar que es un periodo en el que la ingesta calórica se suele limitar bastante en comparación con el gasto calórico que tienen.
Pero también advirtió que, llevar una dieta inversa podría ser contraproducente en personas sedentarias, situación que puede generar un aumento de peso y grasa corporal, ya que permanecen mucho tiempo sentado o acostado, haciendo poco o nada de ejercicio.
Finalmente, indicó que hay que tener en cuenta que este tipo de dieta se centra demasiado en el número de calorías, en lugar de fijarse en la calidad de las mismas.
Esto puede generar mayor ansiedad y estrés, especialmente en personas que en dichos episodios tiendan a estar picando (consumir permanente algunos productos).