Vida moderna
La edad en la que es recomendable iniciar a usar tacones, según expertos
La edad adecuada para empezar a usar este calzado es a partir de los 16 años, momento en el que el pie deja de crecer y alcanza la madurez.
Sin duda, uno de los deseos más recurrentes de algunas de las niñas al crecer, (no todas), pero en su mayoría, es ponerse los tacones de la mamá o por lo menos pedir unos de cumpleaños, ya que sienten que están en la edad perfecta para usarlos. Sin embargo, su uso antes del desarrollo podría ser perjudicial.
Pero, ¿Existe alguna edad específica para ponerse zapatos de tacón? La Clínica Podológica de la Universidad de Extremadura (UEx) ha advertido de los peligros del empleo de zapatos de tacón, en la cual las mujeres deberían evitar, e incluso, no utilizar este tipo de calzado hasta el final del crecimiento del pie.
Con esto, la UEx ha considerado que es fundamental conocer cuál es el calzado adecuado para los pies y qué consecuencias tiene para la salud, ya que gran cantidad de mujeres utiliza los zapatos de tacón, sea por trabajo, por complejo de estatura o por estética, según informa en un comunicado la Universidad de Extremadura.
Ahora bien, la Clínica Podológica de la Universidad de Extremadura advirtió que la edad adecuada para empezar a usar este calzado es a partir de los 16 años, momento en el que el pie deja de crecer, alcanzando la madurez en el sexo femenino, ya que “son las mujeres las que sufren cuatro veces más lesiones en los pies que los hombres por un uso abusivo del zapato de tacón”.
“El 80 % de las visitas en mujeres adultas son por las consecuencias del uso de un calzado inadecuado, o bien por la existencia de tacones, o bien por otras características inadecuadas del calzado que utilizan”, señaló la profesora de Patología Podológica en el Grado de Podología de la UEx, Beatriz Gómez.
Por otro lado, la UEx destacó que “el uso de tacón conlleva un elevamiento del talón, el cual produce unos cambios visibles en la postura y en la dinámica diaria”, lo que prolongado en el tiempo en el caso de pacientes que los usan con regularidad produce una sobrecarga de estructuras tanto óseas como musculares, que potencian la aparición, no solo de dolores el pie y tobillo, sino de la predisposición a que aparezcan deformidades como fascitis, juanetes y deformidades de los dedos.
Además, el empleo de tacón altera la bipedestación normal, la postura y proporciona una mala redistribución de cargas a lo largo de todas las cadenas musculares del cuerpo, que a la larga acarrea una serie de alteraciones que “suelen dar la cara con la aparición de dolor localizado”.
¿Puede producir otras enfermedades?
“La mayoría de veces, el dolor es una llamada de atención del propio cuerpo que avisa de que algo no está del todo bien. Incluso, en muchos casos, la patología ya está muy avanzada y solo es posible un tratamiento paliativo”, señaló la profesora de Patología Podológica en el Grado de Podología de la UEx, Beatriz Gómez.
Por esta razón, las patologías más frecuentes con las que suelen acudir las mujeres a la Clínica Podológica de la UEx son lumbagias, ciáticas, varices, retención de líquidos, alteraciones en la columna vertebral o alteraciones del sistema linfático.
Gracias a estas conclusiones, dicha clínica ha propuesto una serie de recomendaciones:
- Usar los zapatos de tacón en intervalos cortos a lo largo del día de no más de 6 u 8 horas en ningún caso y nunca en etapa de crecimiento ni con alteraciones ya instauradas.
- Evitar el uso de tacones muy altos y muy estrechos, y si es posible elegir cuñas en vez de tacón.
- También, el tacón debe ser ancho para dar estabilidad al cuerpo al caminar y permanecer en pie y no superar los 2,5 o 3 centímetros de altura.
- Además de tener la puntera ancha que permita mover los dedos en el interior de la horma del mismo.
Asímismo, la Clínica Podológica de la UEx resaltó que sería recomendable alternar con otro zapato que varíe la altura del tacón, así como masajes relajantes que descarguen las zonas musculares sobrecargadas para los que se puede utilizar cualquier tipo de crema hidratante que conlleve emolientes o un contenido en urea entre el 20 % y el 30 %, que hará que la piel se mantenga con las condiciones óptimas de hidratación.