El ajo también ayuda a proteger la salud del corazón.
El ajo mejora la circulación, reduce el nivel de grasas en la sangre y disminuye los niveles de colesterol malo (LDL) y aumenta las defensas del organismo | Foto: Getty Images

Vida moderna

La especia que ayuda a purificar la sangre y fortalece el sistema inmune de forma natural

Mejora el sistema cardiovascular, ya que propicia que se dilaten los vasos sanguíneos, lo que hace que la sangre fluya con más facilidad disminuyendo la presión, y además previene la arteriosclerosis.

Redacción Semana
10 de agosto de 2023

Sin duda, el ajo podría catalogarse como uno de los alimentos más controversiales, ya que algunos lo aman y otros lo odian, sea por su intenso sabor, textura o fuerte olor. Sin embargo, durante años, se ha utilizado para condimentar los platos más populares que existen.

Además, pocas personas conocen sus grandes virtudes para la salud en general. De acuerdo con la información presentada por la Biblioteca Digital de la Medicina Tradicional Mexicana, el ajo cuenta con propiedades que ayudan a diagnosticar y curar enfermedades tradicionales.

Un estudio publicado en la revista Journal of Nutritional Biochemistry demostró, tras un experimento, que el ajo era capaz de bajar los niveles de colesterol, así como la presión arterial.

De hecho, al tener la función anticoagulante, mejora la circulación, reduce el nivel de grasas en la sangre y disminuye los niveles de colesterol malo (LDL) y aumenta las defensas del organismo en general, según el portal Salud180.

Un estudio realizado por investigadores del Instituto de Toxicología de la Universidad de Shandong (China), llevaron a cabo un metaanálisis que analizó 26 trabajos previos que evaluaban los efectos del ajo sobre los niveles de colesterol. En general, el ajo fue superior al placebo en la reducción de colesterol sérico total (CT) y triglicéridos (TG). Los resultados apuntan que los efectos del ajo fueron más marcados en personas con un tratamiento a largo plazo.

El té hecho con orégano regula la glucosa, la presión arterial y la inflamación intestinal.
El ajo podría reducir los niveles de colesterol total y triglicéridos, | Foto: Getty Images

El ajo en polvo y el extracto de ajo envejecido fueron más eficaces en la reducción de los niveles séricos de CT, mientras que el aceite de ajo resultó más efectivo en la reducción de los niveles séricos de TG. Sin embargo, el ajo pareció no producir efectos significativos en los niveles de lípidos, incluyendo el colesterol HDL y LDL.

Los autores del estudio concluyen que el ajo podría reducir los niveles de colesterol total y triglicéridos, y sostienen que una terapia con ajo podría ser beneficiosa en pacientes con riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares.

Una de las ventajas del ajo es que puede ser preparado de diferentes formas.
Para obtener todos sus beneficios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere estas pautas: una dosis diaria de 2 a 5 g de ajo fresco (aproximadamente un diente de ajo) | Foto: Getty Images/iStockphoto

Ahora bien, para obtener todos sus beneficios, la Organización Mundial de la Salud (OMS) sugiere estas pautas: una dosis diaria de 2 a 5 g de ajo fresco (aproximadamente un diente de ajo), de 0,4 a 1,2 g de ajo en polvo seco, de 2 a 5 mg de aceite de ajo, de 300 a 1.000 mg de extracto de ajo, u otras formulaciones equivalentes de entre 2 y 5 mg de alicina.

Té de ajo, limón y canela

Ingredientes:

  • 3 dientes de ajo machacado.
  • 2 astillas de canela.
  • 2 tazas de agua.
  • ½ limón.
  • Miel de agave (al gusto).

Preparación:

Té de ajo
Hervir el agua y agregar el ajo y la canela. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Ajo y jengibre

Ingredientes:

  • 4 dientes de ajo.
  • 2 litros de agua.
  • 3 centímetros de raíz de jengibre.
  • 124 ml de zumo de limón.
  • 100 gramos de miel. (opcional).

Preparación:

  • Lavar bien el ajo y el jengibre.
  • Meterlos con todos los ingredientes en la batidora.
  • Licuar hasta que quede una mezcla uniforme.
  • Colar el líquido.
  • Meterlo en una tapa hermética.
  • Dejarlo en reposo durante cinco días en la nevera.