VIDA MODERNA
La falta de sueño al conducir es similar a tener un grado de alcohol en la sangre, ¿por qué?
La mayoría de personas no muestra responsabilidad a la hora de conducir sin haber dormido las horas necesarias.
El doctor Carlos Egea, miembro de la Sociedad Española de Sueño (SES), ha alertado de que la falta de sueño mientras se conduce es comparable a tener una tasa de alcoholemia en sangre de 0,10.
Desde el 1 de julio, todos los vehículos nuevos homologados en Europa (así como los nuevos que se vendan a partir de 2024) tendrán que llevar instalado el sistema ADAS, una evolución de los sistemas ABS y ESP que, entre otras funcionalidades, deberá incorporar un detector de sueño.
Mediante una cámara que enfoca a la cara del conductor, se identificarán síntomas de sueño y cansancio y, a través de señales de alarma visuales y sonoras, esta le avisará al conductor cuándo necesita detener su vehículo en un lugar apropiado y tomarse un descanso.
Esta nueva herramienta pretende acabar con uno de los principales motivos que se esconden tras los accidentes de tráfico. “Se estima que entre 20 y 30 % de los accidentes de tráfico pueden atribuirse a la somnolencia”, afirma el doctor Egea.
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Según datos de la Dirección General de Tráfico (DGT), de España, solo en 2020 más de 300 personas perdieron la vida en las carreteras de ese país por causa de las distracciones al volante, entre las que el sueño y la fatiga son “factores de riesgo desconocidos, pero que concurren en la accidentalidad vial”.
Esa sensación de desconocimiento sobre la importante del sueño para la conducción la menciona también el doctor Egea, para quien la sociedad muestra cada vez más conciencia sobre la importancia de no mirar el móvil mientras se conduce o de no beber alcohol si se va a coger el volante, pero, sin embargo, no muestra el mismo grado de responsabilidad en lo referente al descanso.
“Por regla general no somos conscientes de la importancia del descanso para la conducción y del riesgo que entraña conducir bajo los efectos de la somnolencia. Durmiendo las horas suficientes se podrían evitar muchos accidentes. La gente debería ser consciente de que la privación de sueño puede compararse al hecho de conducir con una tasa 0,10 g/l de alcohol en sangre”, argumentó.
Según explica el portavoz de la Sociedad Española de Sueño, el problema de la somnolencia al volante es generalizado entre toda la población española. “Cerca de un 25 % de la población española (cifra que aumenta hasta el 40 % en los días laborables), no cumple con la ventana terapéutica del sueño y, por lo tanto, no duerme entre 7 y 9 horas diarias, así que podemos decir que una gran parte de la sociedad vive y conduce privada de sueño”, explica Egea.
El doctor añade que a este factor se unen otros dos. Por un lado, que la acción de conducir, al ser una tarea monótona, incrementa los efectos de esa falta de sueño y genera más somnolencia. Por otro, que la gran mayoría de los conductores no cumplen tampoco con la recomendación de parar cada dos horas de viaje para descansar.
Según los resultados del estudio ‘Influencia de la somnolencia en los accidentes de tráfico en España (2011-2015)’, realizado por la Fundación Línea Directa en colaboración con la Fundación Española para la Seguridad Vial (FESVIAL), 13 millones de automovilistas no siguen las recomendaciones de la DGT sobre descanso y más de 8 millones confiesan haber tenido microsueños (“cabezadas”) al volante.
“Está más que demostrada la relación entre somnolencia y accidentes de tráfico, pero muchas veces, desgraciadamente, a pesar de que uno se siente fatigado o cansado, no para, con el fin de evitar el riesgo de accidente”, lamentó Egea.
A finales de los años noventa, un grupo de investigadores de la Sociedad Española del Sueño publicaron un estudio en la revista científica The New England Journal of Medicine en el que por primera vez se demostraba que existía “una fuerte asociación entre la apnea del sueño, medida por el índice de apnea-hipopnea, y el riesgo de accidentes de tráfico”.
El problema, sin embargo, son los pacientes sin diagnóstico. En el caso concreto de la apnea, por ejemplo, se estima que más de un 10 % de la población mundial sufre de este trastorno del sueño, aunque el 90 % de esa población, afectada, se encuentra sin diagnosticar.
*Con información de Europa Press.