LA FAMILIA DEL AÑO 2000

"Habrá futuro", es la conclusión de los expertos reunidos en Medellín para fijar las tendencias de lo que será la familia del fin de siglo.

23 de mayo de 1994

SI LOS AMIGOS DE SU HIJO SE EXTRAñan de que tenga una mamá que no trabaja, es porque usted hace parte de un tipo de familia que ya poco se ve: padre trabajador, madre en oficios domésticos e hijos cuyo factor principal de socialización es el hogar. Pero no es necesario sentirse como un dinosaurio superviviente. Esto sólo indica que las transformaciones culturales, sociales y económicas de fin de siglo hacen ver extraño ese núcleo familiar tradicional en el que se educó a las generaciones que hoy tienen más de 30 años.
Si se pide una definición de familia a cualquier adolescente de la década de los 90, es posible que haya tantas respuestas como encuestados. Separaciones y divorcios, madresolterismo, uniones libres, y segundas o terceras nupcias han precipitado la aparición de padrastros y madrastras, hermanos separados por la convivencia con el padre o la madre, resurgimiento de los abuelos y tíos como figuras paternas y, en fin, toda una gama de posibilidades que, según los pesimistas, tienen a la familia moderna en crisis. Claro que hablar de una "generación perdida", es una exageracion, dice la antropóloga Virginia Gutiérrez de Pineda.
"Lo que ocurre actualmente, como ha ocurrido durante siglos, es que la institución familiar está sufriendo los acomodos necesarios para adecuarse a los cambios que se viven", dijo en su ponencia La familia finisecular colombiana', expuesta durante el Congreso Latinoamericano de Familia, la semana pasada en Medellín.
La presencia de la mujer en la vida social y productiva prácticamente ha extinguido a la figura tradicional ama de casa, pilar de la familia patriarcal. Y esa institución ha sufrido transformaciones: los padres, antes fuente suprema de autoridad y sustento, hoy desempeñan un papel de igualdad con las madres. Asimismo, cuando ellas salieron a trabajar, se desplazó la socialización de los niños hacia los abuelos, las guarderías, los amigos o la misma televisión. "No es para que haya un escándalo. Hay que tener en cuenta que antes los niños no eran necesariamente socializados por sus madres. En muchos casos las que mandaban en la crianza eran las sirvientas", dice Virginia Gutiérrez. También el rol de los hijos ha cambiado; en la actualidad, ellos son los que jalonan los procesos familiares. Pero esto no significa que sean dictadores. "Simplemente hay que adaptar la noción de autoridad de los padres, que si antes se ejercía con violencia, hoy se fundamenta en el ejemplo y en la aplicación de estímulos de una manera racional".
Según los expertos, el tipo de familias del final del siglo XX viene marcado por la calidad de las relaciones y por los valores ejercidos y reproducidos por los padres. De manera que si es necesaria la ruptura del núcleo y se presentan oportunidades con otras parejas, una actitud madura de concertación entre los miembros puede rebajarle el nivel de trauma a la nueva manera de vivir en familia."Relaciones eventuales, matrimonios de corta duración y reiteración en las composiciones familiares serían el escenario de la vida familiar en las primeras décadas del siglo XXI", dice la socióloga Ligia Echeverri de Ferrufino.
Como consecuencia del temor a los problemas que afectan hoy al núcleo familiar, se incrementará la edad del matrimonio -30 años para las mujeres y 35 para los hombres-. Eso sí, con actividad sexual activa cada vez más explícita. "Sería el florecimiento del Síndrome de Peter Pan -agrega-: los hijos querrán quedarse en el hogar con todos los derechos en cuanto a dependencia económica pero con independencia afectiva. Y esto en desmedro de los deberes, porque ya los padres no serán vistos como los seres que hay que cuidar en su vejez".
Según las tendencias, el nuevo siglo dará cabida a lo que se llama familia extendida, producto de hijos de las múltiples uniones, el madresolterismo y las opciones de paternidad para los viejos. "La reincidencia matrimonial traerá deseos de tener hijos con cada una de las parejas, que se traducirá en un verdadero cruce de padres dentro de una misma familia", dice Ligia Echeverri. También se generalizarán las llamadas Redes de Apoyo, un nuevo tipo de familia en la cual un grupo de adultos se asocia para convivir, conseguir el sustento y criar a un grupo de hijos, biológicos o adoptados. Igualmente, se hará más enfática la coexistencia de diferentes tipologías familiares: desde la tradicional, con la pareja de padres y sus hijos y una línea de autoridad definida, hasta la madre soltera con padre sustituto y manejo anárquico del poder. Y de seguir la preponderancia de la mujer, su poder crecería en detrimento del papel masculino, generando el regreso al matriarcado.
Estas tendencias no son más que proyecciones de las actuales condiciones familiares, sociales y económicas del país. Pero según los expertos, se pueden romper si se actúa sobre los agentes de perturbación de las condiciones ideales para reorientarlas hacia alternativas mucho más halagadoras.