La fruta cítrica que controla los niveles de glucosa en la sangre y disminuye el colesterol

Las frutas, por su origen totalmente natural y de procedencia vegetal, se convierten en las mayores fuentes de vitaminas, minerales y otros nutrientes esenciales. Por este motivo, su inclusión en la alimentación diaria es de gran importancia de acuerdo con lo manifestado en varias ocasiones por la Organización Mundial de la Salud.

“Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio; por otra parte, muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética, como por ejemplo cereales integrales”, indica la entidad.

Por otro lado, entrando en detalle sobre su ingesta, el organismo internacional menciona que se “recomienda consumir unos 400 gramos de frutas cada día como ayuda inestimable para prevenir enfermedades crónicas, incluyendo las cardiovasculares, el cáncer, la diabetes tipo 2 y la obesidad”.

Y es que dependiendo de la clase de frutas que sea hay diferentes bondades con las que se podrá contar. Las hay desde las más dulces, las cuales son una rica fuente de energía, hasta las más ácidas que se convierten en concentraciones de antioxidantes.

De hecho, una de las cítricas más destacadas es la mandarina. Además de ser una de las más consumidas en el mundo, cuenta con un índice de glucosa bajo, por lo que es ideal para controlar los niveles de azúcar en la sangre y puede ser entonces consumida sin preocupación por pacientes diabéticos o con sobrepeso.

Es una concentración fuerte de vitaminas C, E y del grupo B, así como de minerales como el potasio, el calcio, el fósforo y el magnesio. Tiene fibra, carbohidratos, aminoácidos y agua.

Por ser una fuente de fibra, tiene aportes relacionados con la prevención de problemas digestivos. Reduce el riesgo de padecer de enfermedades diverticulares, síntomas gastrointestinales y disminuye el nivel de colesterol.

Por otro lado, según reseña el portal, Centro Pediatría, la mandarina es un alimento cítrico, que suele tener un sabor dulce, como es común en las frutas de este grupo, posee grandes cantidades de vitamina C, y de antioxidantes, los cuales permiten que el ser humano desarrolle capacidades que fortalezcan el sistema inmunológico, y protejan al cuerpo de ciertas enfermedades, o efectos degenerativos que se pueden presentar a partir de la edad o de la llegada del envejecimiento de forma natural.

Además, la plataforma Tua Saúde dice que “por ser una fruta rica en vitamina C, la mandarina mejora la absorción de hierro presente en los alimentos, siendo útil para tratar la anemia, ya que el hierro es esencial para la formación de hemoglobina, que normalmente está disminuida en casos de anemia”.

Este consumo puede a su vez ser beneficioso para la piel, ya que las propiedades de la mandarina combaten los radicales libres presentes en el organismo, y que son capaces de dañar las células de este y otros órganos, generando así una protección adecuada.

No en tanto, conforme explica la fuente antes mencionada, distintos expertos aseguran que el mejor momento para consumir la mandarina, es en ayunas, ya que de esta forma, el organismo se ve beneficiado a través de una absorción profunda y adecuada de las propiedades de esta fruta, aportando los efectos ya mencionados, pero también una mejor energía y un mejor estado de animo, los cuales permitan encarar el desarrollo del día a día, de una forma positiva.