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Las frutas tienen propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. | Foto: Getty Images

Vida Moderna

La fruta que equilibra la glucosa en la sangre y ayuda a evitar la resistencia a la insulina y diabetes

La Organización Mundial de la Salud recomienda cinco porciones de 80 gramos de frutas al día.

3 de mayo de 2023

Las frutas tienen varias propiedades por sus vitaminas, minerales, fibras, antioxidantes y flavonoides, entre otros.

De hecho, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar ‘Tua Saúde’ reveló que la fruta que equilibra la glucosa en la sangre y ayuda a evitar la resistencia a la insulina y diabetes es la mandarina por su alto contenido de fibra.

“Por ser una fruta con buenas cantidades de fibras, la mandarina posee bajo índice glucémico, ayudando a equilibrar los niveles de glucosa en la sangre, evitando la resistencia a la insulina y la diabetes”, explicó el portal portugués.

La mandarina también es una aliada de la piel
La mandarina proviene del árbol mandarino. | Foto: Getty Images / HUIZENG HU

Asimismo agregó que “la mandarina también ayuda a regular los niveles de glucosa en la sangre, ayudando en el control de diabetes en aquellos que tienen la enfermedad”.

Respecto al consumo, Tua Saúde indicó que “para obtener los beneficios de esta fruta es importante consumir la mandarina con el bagazo, debido a que esta es allí donde se encuentra el aporte de fibras”.

No obstante, también se puede consumir “en jugos, en una ensalada de fruta y en la preparación de tortas o pasteles”.

Información nutricional por 100 gramos de mandarina

  • Energía: 44 kcal
  • Proteínas: 0,7 g
  • Carbohidratos: 8,7 g
  • Grasas: 0,1 g
  • Agua: 88,2 g
  • Fibras: 1,7 g
  • Vitamina A: 33 mcg
  • Carotenos: 200 mcg
  • Vitamina C: 32 mg
  • Calcio: 30 mg
  • Magnesio: 9 mg
  • Potasio: 240 mg
Mandarina
La mandarina posee baja cantidad de grasas y calorías. | Foto: Getty Images

Ahora bien, hay que señalar que la mandarina, pese a que equilibra la glucosa en la sangre y ayuda a evitar la resistencia a la insulina y diabetes, esta debe ser incluida en una alimentación balanceada y saludable que incluye muchas frutas, verduras, proteínas magras, cereales integrales y legumbres.

Además, hay que limitar las grasas saturas y se debe tener en cuenta que los alimentos que suben la insulina en la sangre son: chocolates, caramelos, mermeladas, miel, helados, gaseosas, alcohol, galletas dulces, comida rápida, harina de trigo refinada, cereales azucarados, entre otros.

Por su parte, la alimentación debe estar acompañada de ejercicio y Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, recomendó, como mínimo, 30 minutos de actividad física moderada, como una caminata rápida la mayoría de los días de la semana, pero lo ideal es intentar hacer, al menos, 150 minutos de actividad física aeróbica moderada a la semana.

Ejercicio
La actividad física debe acompañarse de una alimentación saludable. | Foto: Getty Images

“Hacer ejercicio aeróbico con regularidad acompañado de, al menos, dos días de ejercicios de fortalecimiento muscular a la semana puede ayudarte a controlar el nivel de glucosa en la sangre de forma más eficaz que si haces estos tipos de ejercicio por separado. Entre los ejercicios aeróbicos, se incluyen caminar, andar en bicicleta o bailar. El entrenamiento de resistencia puede incluir ejercicios con pesas y con el peso del cuerpo”, explicó la entidad sin ánimo de lucro.

No obstante, las personas se preguntan cuál es la mejor hora para hacer ejercicio y, por tal razón, los expertos aseguran que es una cuestión de preferencia, gusto y horarios. Lo importante es cumplir con los objetivos diarios, ya que la Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que las personas con un nivel insuficiente de actividad física tienen un riesgo de muerte entre 20 % y 30 % mayor en comparación con las personas que alcanzan un nivel suficiente de actividad física.

De hecho, indicó que a nivel mundial, las mujeres son menos activas (32 %) que los hombres (23 %) y la actividad se reduce a mayores edades en la mayoría de los países.

De todos modos, la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica y por ello lo primero que hay que hacer es consultar a un experto de la salud para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona.