La hierba con potente efecto diurético que ayuda a depurar el hígado y bajar el colesterol

El diente de león es una planta medicinal que ayuda a limpiar el organismo de las toxinas que se acumulan por la mala alimentación, el sedentarismo y la exposición a agentes contaminantes.

Científicamente, esta planta es conocida como achicoria amarga, y en latín como Taraxacum officinale. A menudo crece al borde de campos y jardines, y se caracteriza por sus hojas dentadas y flores amarillas.

Beneficios del diente de león para limpiar el organismo

Para depurar el organismo es necesario adoptar hábitos saludables como una buena alimentación y la práctica regular de ejercicio físico. A su vez, esta planta tiene complementos naturales que la ayudan a actuar como un potente diurético.

Esta hierba se destaca por su alto contenido de vitamina A, B y C, ácido fólico, potasio, taninos y otros elementos nutricionales que benefician la salud del ser humano. Además, tiene activos con efectos antiinflamatorios que mejoran la salud articular y cardiovascular.

Otros beneficios del diente de león

Potente efecto diurético

Las propiedades del diente de león ayudan a combatir la retención de líquidos en los tejidos y, a su vez, la inflamación. Consumir esta planta en té o como especia de algunas comidas es recomendable para pacientes obesos o quienes sufren dolencias comunes como artritis reumatoide, gota y piedras en el riñón.

Proteger el hígado

Al estimular la eliminación de toxinas, el diente de león puede mejorar el funcionamiento del hígado y la vesícula biliar. Esto, entre otras cosas, resulta beneficioso en caso de hepatitis y trastornos como el hígado graso.

Mejorar la función renal

Para limpiar el organismo es necesario apoyar el funcionamiento de los riñones. En este sentido, el diente de león aporta grandes propiedades, ya que estimula la producción de orina y previene dificultades como la cistitis, uretritis e infecciones.

Actuar como laxante suave

Las personas que padecen estreñimiento pueden mejorar su salud digestiva consumiendo diente de león de manera regular. Debido a sus componentes, mejora el peristaltismo intestinal y favorece las evacuaciones.

Mejorar la circulación

Otra cualidad de esta planta para limpiar el organismo es su efecto sobre la salud circulatoria. Sus antioxidantes crean una barrera protectora contra los radicales libres y favorecen la salud arterial. A su vez, apoya la eliminación de sustancias de desecho y colesterol.

¿Cómo consumir diente de león para limpiar el organismo?

La forma más común de ingerir diente de león para limpiar el organismo es mediante infusión. Sin embargo, también se puede aprovechar en forma de extracto, cápsulas y suplementos naturistas. Ahora bien, algunos prefieren añadirla en ensaladas, tortillas y otras recetas.

Independientemente de esto, se debe tener en cuenta que es necesario hacer algunos cambios en los hábitos alimentarios para una depuración más completa. Por lo tanto, durante el tiempo de desintoxicación se deben evitar alimentos como:

• Carnes rojas
• Lácteos enteros
• Carnes embutidas o curadas
• Aceites, mantecas y mantequillas
• Pan y productos de bollería industrial
• Azúcar refinado y derivados
• Bebidas alcohólicas y refrescos

Sabiendo que todos los excesos son malos, la limpieza con diente de león se realiza durante 2 o 3 semanas, cada 3 o 4 meses. De modo opcional, la persona puede ingerir suplementos siguiendo las indicaciones de un experto. La infusión se prepara de la siguiente forma:

Ingredientes

• 1 taza de agua (250 ml)
• 1 cucharada de diente de león (15 g)

Preparación

• Debe hervir una taza de agua y, cuando alcance su punto de ebullición, añadir la cucharada de diente de león.
• Retirar del fuego y dejar reposar unos 10 minutos.
• Pasado este tiempo, filtrar el agua con un colador y consumirlo a sorbos.
• Ingerir hasta 2 tazas al día.

Por otra parte, aunque el diente de león tiene múltiples beneficios para la salud, también cuenta con múltiples contraindicaciones. De hecho, las personas deben evitar su consumo en caso de obstrucción de los conductos biliares, acumulación de pus en la vesícula biliar, inflamación de la vesícula biliar, cálculos biliares, gastritis y úlceras pépticas, embarazo y lactancia.