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La hierba que potencia la producción de colágeno y elimina las arrugas

A medida que el tiempo avanza, el organismo disminuye la producción de colágeno.

Redacción Vida Moderna
13 de diciembre de 2023
La cola de caballo contiene sílice que activa la formación de colágeno, que aporta beneficios para la piel y el cabello. Foto: Getty Images.
La cola de caballo contiene sílice que activa la formación de colágeno, que aporta beneficios para la piel y el cabello. | Foto: Foto: Getty Images.

El colágeno es uno de los materiales que forman el cartílago, los huesos y la piel, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Asimismo, el Grupo Sanitas de España señaló que es la sustancia principal que le otorga elasticidad a la piel, previniendo la aparición de arrugas.

Sin embargo, la doctora Lorea Bagazgoitia, en su libro Lo que dice la ciencia sobre el cuidado de la piel, reveló que a medida que el tiempo avanza y, en especial, desde los 25 años, el organismo disminuye la producción de colágeno, lo cual genera arrugas y menos elasticidad.

Por ello, para evitar la disminución de colágeno, el portal PanoramaWeb reveló que es ideal consumir cola de caballo, ya que tiene una gran cantidad de vitamina C y esta ayuda a destruir los compuestos que fomentan la eliminación del colágeno.

Adicional, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar Tua Saúde señala: “La cola de caballo tiene acción astringente, antiinflamatoria y antioxidante, contribuyendo a mejorar la calidad de la piel, ya que combate los radicales libres que causan daños en las células y pueden causar envejecimiento precoz”.

Así las cosas, para obtener los beneficios, hay que hervir una taza de agua y agregar dos piezas de anís estrella. Después, se espera un minuto y se agrega un puñado de la planta cola de caballo y dos cucharadas de linaza. Finalmente, se espera que la mezcla se enfríe, se aplica en el rostro y se deja actuando toda la noche, para al día siguiente retirar con agua fría.

Por su parte, otros alimentos que son recomendados para mejorar la producción son: huevos, verduras, carnes rojas, pollo; cítricos (pomelos/toronjas), bayas (frambuesas, arándanos y moras); frutas tropicales (mango, kiwi, piña y guayaba); ajo; hojas verdes (espinaca, col rizada, acelgas, brócoli y demás verduras de ensalada), y tomates.

No obstante, hay otros alimentos que no contribuyen a mantener un buen nivel de colágeno, como el exceso de azúcar y los carbohidratos refinados, que pueden causar inflamación en el organismo y deteriorar el colágeno en el cuerpo, lo que también se ve reflejado en un deterioro en el estado de la piel, los huesos y los músculos.

Por ende, se recomienda tener una dieta baja en azúcares y harinas refinadas, porque comer pan, galletas, caramelos, jugos artificiales, entre otros productos, contribuye al aumento de la glucosa en la sangre y el exceso de azúcar se engancha a algunas proteínas (elastina y colágeno entre ellas). Lo anterior hace que estas proteínas se vuelvan rígidas y las endurece, por un proceso denominado glicación.

De otro lado, el colágeno también está en suplementos y, según el portal especializado Healthline, estos son los beneficios más comunes de consumir colágeno hidrolizado:

  • Mejora la firmeza y la elasticidad de la piel.
  • Fortalece las uñas y el cabello, lo que mejora su aspecto.
  • Previene y mitiga los síntomas de la osteoporosis.
  • Previene y retarda la aparición de arrugas, líneas de expresión y celulitis.
  • Tonifica articulaciones, tendones y ligamentos.
  • Controla la presión arterial.
  • Previene la aparición de úlceras gástricas.
  • Disminuye y evita el surgimiento de estrías.

Adicionalmente, la ingesta de colágeno podría ayudar a prevenir el riesgo de enfermedades cardiacas, pues el colágeno colabora en la estructuración de las arterias y los vasos sanguíneos que transportan la sangre. Sin la proteína, las arterias podrían deteriorarse y volverse frágiles.

De todos modos, antes de consumir algún alimento o suplemento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista, para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona. Las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.