VIDA MODERNA
¿La hipertensión es curable o solamente controlable?
En la mayoría de pacientes la hipertensión no genera síntomas contundentes.
Durante la etapa del envejecimiento se diagnostican diversas enfermedades entre las que se destacan la presión arterial elevada, esto se debe en su mayoría a un proceso normal que surge durante la etapa del envejecimiento; sin embargo, en algunos pacientes se desencadenan gracias a que no se han llevado buenos hábitos alimenticios durante la mayor parte de la vida.
Los profesionales de la salud mencionan que la mejor forma de cuidar la salud del cuerpo, en general, es llevando un plan de alimentación sano y equilibrado que contenga alimentos de todos los grupos y en estado natural; las porciones variarán teniendo en cuenta la edad, el peso y las condiciones nutricionales que requiere cada persona para su buen desarrollo físico y mental.
Este buen hábito debe ir de la mano de la práctica de algún deporte o actividad física recurrente. Los profesionales mencionan que, como mínimo, un adulto debe llevar a cabo una rutina de ejercicios de 30 minutos consecutivos, cinco días de la semana.
Presión arterial alta
Cada vez que el corazón late, bombea sangre que se desplaza hacia las arterias. La presión arterial aumenta cuando este órgano transporta el líquido rojo por medio de sus latidos, en un proceso llamado presión sistólica. Cuando el corazón está en reposo, entre latidos, la presión arterial baja y se conoce como presión diastólica, según explica el portal de salud y medicina de la biblioteca de Estados Unidos, MedlinePlus.
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Para que un paciente sea diagnosticado a tiempo y se le trate su presión elevada, debe hacerse los chequeos médicos pertinentes, ya que en la mayoría de personas la hipertensión no genera síntomas contundentes.
Por eso, se recomienda ir, como mínimo, una vez en el año al médico o visitarlo según él lo haya recomendado, teniendo en cuentas las condiciones de salud del paciente, la edad y sus antecedentes médicos, con el fin de diagnosticar enfermedades como estás a tiempo, para darles el tratamiento pertinente.
Cuando un paciente es diagnosticado con presión arterial elevada debe hacer cambios en su alimentación, específicamente reduciendo el consumo de sal, es decir, usar este producto en pequeñas cantidades a la hora de cocinas; además se deben eliminar de la dieta aquellos alimentos ultraprocesados o procesados que tienen un alto contenido de sodio.
La Sociedad Española de Medicina Interna menciona las principales causas que detonan este padecimiento; además, indica que en algunos casos la hipertensión puede ser curable en determinados pacientes.“La mayoría tienen genes que la favorecen y otros factores ambientales influyen: como la ingesta de sal desmedida, el sobrepeso, el consumo del alcohol, una vida sedentaria o personalidad inquieta”.
Para saber si la hipertensión que tiene cada paciente es curable, es indispensable determinar si hay o no familiares cercanos que padecen de la enfermedad, la edad del paciente diagnosticado; es decir, si es joven o viejo y si había sido diagnosticado con la patología antes.
“Nueve de cada diez hipertensos tiene una forma de hipertensión que no se puede curar, pero prácticamente en todos los casos se puede controlar bien. Lo que se requiere es hacer dieta (pobre en sal), ejercicio y a veces tomar medicamentos”.
Prácticas para mejorar las condiciones de vida de los pacientes con dicha enfermedad
El portal de salud, belleza y cuidado personal Cuerpo y Mente menciona algunas alternativas que pueden mejorar las condiciones de las personas que padecen de esta afección. Antes de llevarlas a cabo se recomienda contar con la aprobación del médico tratante.
En el artículo escrito por el periodista especializado en salud, Manuel Núñez, se menciona que realizar determinados ejercicios de respiración durante cinco minutos consecutivos puede reducir la tensión alta y regular sus niveles. Entre las recomendaciones mencionadas para tratar este padecimiento se encuentran reducir a su máxima expresión el consumo desmedido de sal, practicar actividad física de manera frecuente y manejar de manera sana y pensante los niveles de estrés que se viven en el día a día.