CURIOSIDAD
La historia del hombre que habla con su perro
Cualquiera que vea las charlas de José Luis Uribe con Luca, su perro waimaraner de cinco años, no puede dejar de reír. Entre los dos parece existir una comunicación estrecha y un entendimiento profundo.
Cualquiera que vea las serias charlas en las que se embarca José Luis Uribe con Luca, un perro waimaraner de cinco años, no puede dejar de reír. Entre estos dos parece existir una comunicación estrecha, verbal de un lado; no verbal del otro, en la cual hay un entendimiento profundo. Para él, los perros sienten la tristeza, la angustia y otras emociones de sus amos.
Estos videos le han generado gran notoriedad en esta red social. Muchos se han vuelto virales. Uno en el que lo regaña por haberle dañado, en el día de Halloween, el disfraz de abeja a otro perrito tuvo alrededor de 16 millones de vistas. En el parque cerca de su casa ya los reconocen cuando salen a jugar o a trotar y a Luca le han llegado ofertas como modelo de publicidad. José Luis, sin embargo, no le ve futuro en esa profesión.
José Luis es ingeniero de sistemas, pero su pasión es el teatro y la actuación y aunque ha hecho papeles pequeños, espera con paciencia que llegue su hora. Mientras tanto, hacer estos videos con Luca le produce mucha calma en medio del encierro por la covid-19. Luca llegó a su vida hace cinco años luego de un paseo a tumerqué. Cuando llegó a Bogotá le dijeron que había unos perritos que estaban regalando y le mandaron una foto. El pidió quedarse con el cachorro de la foto y la siguiente semana fue a buscarlo. Por eso, no solo es un perro muy inteligente sino de alto tumerqué.
La clave del éxito de los videos es que muchas de los amos de estas mascotas se sienten identificados con las conversaciones entre Luca y él, que son, en su mayoría, basadas en casos de la vida real. Estas pueden ser regaños: una vez fue porque, de todos los árboles del parque Luca decidió orinar en el coche de una bebé. También pueden ser cantaletas como cuando José Luis le pide que por favor no reciba comida de extraños en la calle o no le saque la ropa de la casa. Esos sermones generalmente empiezan con la frase ‘Mientras usted viva bajo este techo…’.