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Entre los beneficios de la lechuga están sus propiedades diuréticas, así como su aporte de fibras y de antioxidantes. | Foto: Getty Images

Vida moderna

La hortaliza que regula los niveles elevados de azúcar en la sangre

El consumo de este alimento no reemplaza un tratamiento médico.

27 de julio de 2022

La lechuga es un alimento muy común en la preparación de platos, especialmente de ensaladas. Es conocida por ser diurética, propiedad que ayuda a combatir la retención de líquidos. La Vanguardia menciona el contenido nutricional de esta hortaliza:

  • Calorías: 19 kcal
  • Carbohidratos: 1,4 gr
  • Proteínas: 1,37 gr
  • Fibra: 1,5 fibra gr
  • Grasas: 0,6 gr
  • Sodio: 3 mg
  • Calcio: 34,7 mg
  • Hierro: 1 mg
  • Fósforo: 28 mg
  • Potasio: 220 mg
  • Magnesio: 16 mg
  • Rica en vitaminas del grupo A, B, C y E

La lechuga es un alimento que aporta diferentes beneficios para el cuerpo humano. El sitio web especializado en salud Tua Saúde destaca algunos de ellos. “La lechuga es un vegetal de hojas que se caracteriza por su aporte de fibras y de antioxidantes, favoreciendo la pérdida de peso, mejorando la salud gastrointestinal y regulando el azúcar en la sangre. Los beneficios de la lechuga se deben a que contiene diversos nutrientes y compuestos bioactivos como la vitamina C, carotenoides, folatos, clorofila y compuestos fenólicos, que le proporcionan propiedades hipoglucemiantes, digestivas, antioxidantes, diuréticas, laxantes y calmantes”.

Sobre esa misma línea, La Vanguardia señala que la lechuga podría ayudar a regular los niveles elevados de glucosa en el torrente sanguíneo. Esto lo convierte en un alimento saludable para incluir en la dieta de las personas que tienen diabetes.

Aunque es una opción que puede contribuir a la regulación del azúcar, esto no quiere decir que puede reemplazar un tratamiento médico. Por eso, es importante seguir las recomendaciones del profesional de salud, si se tiene un diagnóstico de diabetes.

Diabetes

Una alimentación sana es importante para evitar el desarrollo de enfermedades como la diabetes. Esta es una afección crónica en la que hay niveles elevados de glucosa en la sangre. “Es una enfermedad crónica que se presenta cuando el páncreas no secreta suficiente insulina o cuando el organismo no utiliza eficazmente la insulina que produce. La insulina es una hormona que regula la concentración de glucosa en la sangre, es decir, la glucemia”, detalla la Organización Mundial de la Salud.

Esta enfermedad es considerada como silenciosa, pues en la mayoría de las personas no se presentan síntomas. Cuando sí se manifiestan incluyen:

  • Aumento de la sed.
  • Micción frecuente.
  • Hambre extrema.
  • Pérdida de peso sin causa aparente.
  • Presencia de cetonas en la orina (las cetonas son un subproducto de la descomposición de músculo y grasa que ocurre cuando no hay suficiente insulina disponible).
  • Fatiga
  • Irritabilidad.
  • Visión borrosa.
  • Llagas que tardan en cicatrizar.
  • Infecciones frecuentes, como infecciones en las encías o en la piel, e infecciones vaginales.

Dieta balanceada

Una alimentación es fundamental para disminuir el riesgo de padecer diabetes. El Ministerio de Salud señala algunas recomendaciones para tener en cuenta en el consumo diario.

  • Consumir alimentos naturales y frescos, que no tengan adición de azúcar. Se pueden incluir frutas, verduras, leche y productos lácteos, que sean bajos en grasa.
  • Cereales, raíces, plátanos, carnes magras, huevos, leguminosas secas, semillas grasas y frutos secos.
  • Eliminar de la dieta azúcares refinados, bebidas azucaradas y gaseosas. Estos productos son los principales elementos que incrementan el nivel de glucosa en el cuerpo humano.
  • Disminuir el consumo de productos de paquete, aquellos conocidos como “mecatos”.
  • Evitar el consumo de comidas rápidas.

Tratamiento

La diabetes es una enfermedad que puede causar grandes afectaciones a la salud, si no se realiza un tratamiento a tiempo. Enfermedad cardiovascular, enfermedades de la piel, daño a los nervios, renal, ocular, auditivo y en los pies, incluso Alzheimer, son algunos de los riesgos que se incrementan cuando no se combate la enfermedad en el momento que es diagnosticada.

Para la diabetes tipo 1, el tratamiento consiste principalmente en la aplicación de inyecciones de insulina y para la diabetes tipo 2, cambios en el estilo de vida y medicamentos para la enfermedad. En ambas, es importante el control frecuente del nivel de glucosa en la sangre.