SALUD

La importancia de la dieta en la diabetes

La diabetes es una de las principales causas de muerte y la tendencia es que las cifras continúen en aumento por las elevadas tasas de obesidad y sedentarismo en el mundo. Una experta explica cómo debe ser la alimentación adecuada para evitar este mal.

15 de noviembre de 2017
Cerca de 422 millones de personas padecen diabetes en el mundo, una enfermedad cuya prevalencia está en aumento.

Sería imposible desligar las palabras alimentación y diabetes porque por un lado, una mala dieta es quizá la principal causa de esta enfermedad y por otro, alimentarse de manera saludable puede contribuir enormemente a la mejoría y tratamiento de los pacientes diabéticos. La clave está en comer bien, pero ¿cómo se logra?

La nutricionista y dietista Sandra Pérez explica que lo primero es determinar si la diabetes está controlada y si el paciente está siguiendo con disciplina el tratamiento, además de si es insulinodependiente o no, porque de eso depende la dieta. Pero, en general, “el diabético debe tener una alimentación fragmentada en el día. Esto quiere decir que debe comer unas cinco porciones de comida al día: las tres principales, y dos pequeñas”, explica Pérez y agrega que “lo ideal es incluir siempre carbohidratos o cereales integrales, evitar las harinas blancas y en todos los tiempos de comida, incluir proteínas y vegetales”. Por su parte, los pacientes diabéticos deben evitar del todo los azúcares refinados, la comida chatarra, todas las bebidas azucaradas, carbonatadas, las gaseosas y los refrescos. En cambio, deben procurar no dejar por fuera de la alacena “proteínas, vegetales, carbohidratos como los cereales integrales y mucha agua”, afirma Pérez.

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Cuando aparece la diabetes, el organismo no puede procesar de manera adecuada la glucosa, o el azúcar “buena”, que necesita el cuerpo para tener energía. Esto sucede porque el páncreas se daña y deja de producir o disminuye la producción de insulina, la hormona que permite el buen uso de la glucosa y entonces el nivel de azúcar en la sangre se eleva. Este tema es especialmente problemático porque en muchos casos resulta complicado desprenderse del sabor dulce. Para ellos, recomienda Pérez, “el stevia, que es una planta y el azúcar más natural que hay en el mercado”. Por su parte, el consumo de frutas también está recomendado, “pero es mejor evitar algunas muy dulces como el banano, las uvas, la piña y consumir más bien frutas ácidas que tengan bajo índice glicémico”, agrega la experta.

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Ser diagnosticado con diabetes puede ser un shock grande, pero al tiempo es un llamado de urgencia para cambiar de una vez por todas los hábitos alimenticios. Estos cambios, explica Pérez, deben hacerse de forma progresiva y siempre con el acompañamiento del médico dietista quien es la persona que sabe cuándo conviene hacer cambios y si el paciente está cumpliendo con su régimen. Lograr una buena dieta y hacer actividad física regular es el secreto para que los pacientes con esta patología puedan llevar una vida normal y con calidad. “Es importante hacer hincapié en el ejercicio. Esto es indispensable para un diabético porque ayuda a mantener sus niveles de glucosa en sangre estables”, concluye la experta.

La nevera de un diabético