Vida Moderna
¿La lactancia materna es buena? Estos son los cambios que puede traer para el organismo de la mujer
Este proceso puede traer un revés para el cuerpo de la madre.
Son millones las mujeres que se encuentran con una encrucijada a la hora de empezar a dar de lactar a sus hijos. Aunque algunos expertos aseguran que los productos en fórmula aportan vitaminas, lo cierto es que no hay nada como la leche materna.
Pese a ello, amamantar es un proceso que también transforma el cuerpo de la mujer de manera sustancial y puede traer algunos síntomas que se consideran normales.
Entre las señales se encuentra la sudoración excesiva, los cambios en la piel, la caída de pelo, la resequedad vaginal, cambios de humor, presencia de edemas y aumento en el tamaño y sensibilidad en los senos.
Otros efectos de la lactancia materna
Existe otro efecto y es el de la oxitocina. Esto sucede cuando el bebé succiona el pezón y manda una señal al cerebro de la madre, para que este produzca la prolactina y la oxitocina. Esas son las dos hormonas encargadas de producir la leche a través de los pezones.
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Esta hormona permite que la madre permanezca relajada durante el amamantamiento. Además, aumenta el tono de las fibras musculares del útero, por lo que esta situación produce dolores que sienten las mamás mientras lactan. Es una señal normal.
Además de ello, la lactancia también representa un gasto energético para la madre. De acuerdo con el portal Bienestar Colsanitas, una mujer puede gastar entre 300 y 500 calorías al día al producir leche, lo que equivale a una hora trotando, corriendo o caminando.
Esta es una de las razones para mantener una dieta calórica alta durante las etapas iniciales de la lactancia.
Entre los alimentos que debería comer una madre, para mantenerse con la energía suficiente, se encuentran mariscos, lácteos y frutos secos, que aportan un buen nivel de calcio.
Las enfermedades que previene amamantar a los bebés durante sus primeros meses
Durante los primeros días de agosto se celebra la Semana Mundial de la Lactancia Materna y varias autoridades y organismos de salud pública han aprovechado para recordar los beneficios que esta práctica tiene para las madres y los bebés.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) destaca, por ejemplo, algunos datos con respaldo científico que muestran la utilidad de la lactancia materna para prevenir múltiples padecimientos que pueden afectar a los bebés tanto en edades tempranas como en momentos posteriores de su desarrollo.
“La lactancia materna prolongada reduce el riesgo de sobrepeso y obesidad en un 13 %, lo que contribuye a combatir las enfermedades no transmisibles causadas por la obesidad. También disminuye el riesgo de diabetes tipo 2 en 35%”, sostiene la OPS.
Así mismo, indica que puede ser útil para reducir el riesgo de que los menores de edad desarrollen otros cuadros de padecimientos graves que pueden afectar su calidad de vida durante la infancia.
Entre otras cosas, señala que está demostrado que amamantar a un bebé durante los primeros seis meses de su vida puede reducir el riesgo de que sufra de leucemia durante su niñez en un 19 %, si se compara con otros bebés que no recibieron la misma alimentación de sus madres.
Algo aún más significativo ocurre con las probabilidades de sufrir un fallecimiento súbito. “Los bebés que son amamantados tienen un 60 % menos riesgo de morir por síndrome de muerte súbita infantil, comparados con los que no son amamantados. El efecto es aún mayor para infantes que reciben lactancia materna exclusiva”, detalla la OPS.
Además, hay evidencia de que los niños que son amamantados correctamente durante sus primeros meses de vida también pueden resultar más inteligentes en la medida en la que tienen hasta 3,4 puntos más en algunos indicadores de desarrollo cognitivo, algo que también repercute en un incremento en los años de escolaridad.