NEUROCIENCIA

La máquina que crea recuerdos

Científicos probaron con éxito un implante que mejora en 15 por ciento la capacidad de memoria. El aparato ayudaría a los enfermos de alzhéimer.

24 de febrero de 2018
La estimulación eléctrica programada en el lado izquierdo del cerebro mejora de manera significativa el rendimiento del aprendizaje y la memoria

Con el paso de los años el ser humano pierde neuronas y por eso va perdiendo memoria. Recientemente, un estudio de la Universidad de Pensilvania, Estados Unidos, reveló un gran avance para evitar que esto suceda. El grupo de científicos, liderado por el psicólogo Michael Kahana, descubrió que activar pulsos de electricidad en el cerebro, en los lugares exactos y el momento adecuado, mejora significativamente el rendimiento de la memoria.

En el estudio participaron 25 pacientes con epilepsia que ya tenían implantados en su cerebro entre 100 y 200 electrodos, con lo que se previenen y controlan las convulsiones producidas por esta enfermedad. A ellos les pidieron leer y memorizar una serie de palabras. Mientras tanto, Kahana y su equipo aprovecharon esos implantes para recopilar mediciones y patrones cerebrales asociados con el recuerdo de una palabra y su olvido. Es decir, los científicos querían tener una idea de cómo se veía el cerebro cuando memorizaba datos.

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El aparato para mejorar la memoria funciona como un marcapasos: transmite un impulso cuando el cerebro se retrasa al almacenar información nueva, pero entra en pausa cuando funciona bien. “Durante cada nueva palabra que el paciente veía, el sistema registraba y analizaba la actividad cerebral para predecir si el paciente la había aprendido efectivamente. Cuando el sistema detectaba un aprendizaje ineficaz, desencadenaba la estimulación, permitiendo cerrar el ciclo”, explicó Youssef Ezzyat, coautor de la investigación, en uno de los portales científicos de la Universidad de Penn.

Según los resultados de la prueba, publicados en la revista Nature Communications, el dispositivo mejoró la capacidad de recordar una lista de palabras en un 15 por ciento, es decir, casi la cantidad de información que la enfermedad de Alzheimer le roba al enfermo en dos años y medio.

Con este hallazgo, la tecnología se acerca cada vez más a un sistema de estimulación implantable en pacientes. Aunque aún está en fase experimental, los autores ya están en negociaciones para comercializarla. El adelanto tendría sus potenciales usuarios en personas con lesiones cerebrales traumáticas y en pacientes de

alzhéimer. Según la Organización Mundial de la Salud, en el mundo unos 50 millones de personas padecen demencia, y cada año se registran cerca de 10 millones de nuevos casos. El mal de Alzheimer, la forma más común, acapara entre un 60 y un 70 por ciento de estos.

El avance, además, abre una puerta de esperanza para las personas que sufren de demencia progresiva, quienes podrían tener más años de vida independiente con este dispositivo. Incluso, se cree que podría ser útil para veteranos de guerra, que suelen tener lesiones cerebrales traumáticas. De hecho, según reporta The New York Times, este implante recibió recientemente un apoyo financiero por más de 70 millones de dólares del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

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Algunos expertos son escépticos porque creen que el aparato solo ha sido utilizado en personas con epilepsia. Además, temen que en el futuro se le dé mal uso, como ha sucedido con las drogas para controlar el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), que hoy usan personas normales para concentrarse al estudiar.

Más allá de la aplicación clínica del producto y sus futuros alcances, para Ezzyat lo importante es que “ahora sabemos con más precisión dónde estimular el cerebro para mejorar la memoria en pacientes con trastornos de esta índole, así como cuándo estimular para maximizar el efecto”, concluye.