Vida Moderna

La mejor vitamina para nutrir el cerebro, ¿cuál es?

Tener un cerebro bien alimentado también requiere de consumir suficiente vitamina B.

27 de diciembre de 2022
Botella de plástico transparente brillante con tapa blanca y cápsulas negras, aislado sobre fondo blanco. Frasco de suplementos, nutrición deportiva, concepto médico o cosmético para el diseño de su maqueta. Render 3D.
Las famosas vitaminas B, es decir, todas aquellas que entran dentro de este conjunto, como lo son la vitamina B1, B2, B3, B5, B6, B7, B9 y B12, son esenciales para el cerebro. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Mantener el cerebro bien nutrido es una de las necesidades más importantes del organismo, puesto que esta compleja estructura contiene alrededor de 100.000 millones de neuronas con cerca de 4.000 billones de conexiones entre ellas y gestiona toda la actividad del llamado sistema nervioso, regulando y controlando la gran mayoría de los procesos que pasan por el cuerpo y, por supuesto, la mente.

En ese sentido, el cuidado de este órgano ubicado dentro del cráneo, es fundamental y requiere de bases sólidas que le permitan mantenerse firme, como lo es las famosas vitaminas B, es decir, todas aquellas que entran dentro de este conjunto, como lo son la vitamina B1, B2, B3, B5, B6, B7, B9 y B12.

Las vitaminas anteriormente mencionadas son esenciales, teniendo en cuenta que además de contribuir al proceso de nutrición, también ayudan proporcionar energía, purificar la sangre y proteger el cerebro mientras influyen dentro del humor de las personas, razón por la cual se debe en lo posible agregar a la dieta alimentos o suplementos ricos en ellas, evitando riesgos significativos en la salud a largo plazo.

Cabe resaltar, que aunque el cerebro no sea el órgano más grande, ni el más pesado de todo el cuerpo, sí es el que más energía consume de todos, llevándose el 20 % de las calorías existentes solo para su funcionamiento, haciendo que la necesidad de fortalecer el consumo de B2, B5 Y B12, teniendo en cuenta que las dos primeras son fundamentales en el proceso metabólico celular que se encarga de convertir todo aquello que se consume en energía, mientras que la B12 estimula la producción de los glóbulos rojos.

Si bien puede llegar a sonar como algo difícil de creer, la realidad es que si se llega a presentar una deficiencia en todo lo antes mencionado, es posible que el humor de una persona se vea gravemente afectado, ya que del correcto funcionamiento cerebral, depende directamente el desempeño de los neurotransmisores que se producen dentro de las neuronas a través de sustancias como las anteriormente mencionadas.

Por tal razón, por ejemplo, la libración de dopamina, también depende de que tales sustancias como la vitamina B6, se encuentre presente para dicha producción de neurotransmisores o puede incluso en casos específicos de deficiencia de algunas vitaminas, provocar efectos negativos en la capacidad cognitiva.

Vitamina D y el cerebro

La Asociación - Fundación Dany Cerebral Adquirit asegura que la vitamina D contribuye en el buen funcionamiento de las funciones cerebrales como la modulación de la plasticidad sináptica, por lo que la ausencia de ella puede afectar este proceso.

Pero para poder activar las funciones cerebrales con esta vitamina es importante consumir los alimentos ricos en ella, incluso existen suplementos, pero se debe ser moderado en su consumo y guiado por un profesional.

También, como se mencionó, tras la exposición al sol se puede adquirir, sin embargo, es importante tener precaución porque puede provocar cáncer de piel.

La Clínica Mayo describe tres clases de este tipo de cáncer: melanoma, carcinoma y carcinoma basocelular. Las principales señales de la aparición de cáncer de piel que no se deben ignorar son aquellas heridas, costras o bultos rojos que aparecen en el cuero cabelludo, en los labios, en las orejas o en el cuello.

La Organización Mundial para la Salud señala que en el año 2020 más de 10 millones de personas murieron a causa de un tipo de cáncer, atribuyéndole al de piel, 1,20 millones de defunciones. Añade que el consumo de tabaco y la falta de ejercicio son una de las tantas causas de la aparición de esta enfermedad que puede ser crónica.

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