Hay dos tipos de migraña: con aura y sin aura. | Foto: Tomado de salud 180

SALUD

La migraña crónica, una amenaza incomprendida y subvalorada

Pocas enfermedades generan un nivel de ausentismo laboral y discapacidad como esta. Se trata de uno de los peores enemigos, especialmente de las mujeres en su etapa productiva. Entenderla a profundidad y diagnosticarla más rápido de lo habitual son los principales retos.

11 de diciembre de 2020

Todas las personas alguna vez en su vida han sufrido un dolor de cabeza. El gran problema radica cuando ese dolor se convierte en una condición persistente que afecta la vida y la productividad de aquellos que la padecen, en lo que se conoce como migraña o, peor aún, migraña crónica, una enfermedad que se ha convertido en un verdadero “dolor de cabeza”, especialmente para las mujeres, que tienen más posibilidad de padecerla, pero también para la productividad y economía de los países.

El desconocimiento, la automedicación y los mitos en torno a ella hacen que sea subvalorada tanto por el personal de salud como por los mismos pacientes, que conviven con sus efectos por años antes de encontrar un diagnóstico y una solución adecuada a su problema. Según la Organización Mundial de la Salud, en el último año al menos el 50 % de la población entre los 18 y 65 años ha sufrido de dolor de cabeza, y el 30 % o más de este grupo han padecido de migraña, sin que muchos de ellos sepan exactamente de qué se trata.

De acuerdo con el neurólogo Fidel Sobrino, la migraña corresponde al grupo de dolores de cabeza primarios que afecta al 90 % de los pacientes con dolor de cabeza. Sin embargo, para clasificar su severidad hay que tener en cuenta dos aspectos fundamentales: la forma de presentación y la frecuencia del dolor. En cuanto a la forma de presentación, existe la migraña sin aura, que se asocia con el dolor de cabeza convencional, mientras que la migraña con aura genera otros síntomas adicionales como alteraciones visuales temporales, náuseas, sensibilidad a la luz y al sonido, adormecimiento de la lengua, entre otras, que pueden ser diferentes en cada persona. De cada diez pacientes con migraña, tres presentarán migraña con aura, que es más compleja y difícil de tratar.

No obstante, desde hace algunos años la clasificación de la migraña por temporalidad ha sido determinante para lograr diagnósticos más precisos. El Dr. Sobrino indica que un primer grupo corresponde a las migrañas episódicas, es decir, cuando se presenta el dolor por un periodo de 15 días o menos al mes, y el segundo, el de las migrañas crónicas, que es cuando el dolor ocurre por más de 15 días en los últimos tres meses.

Más allá de lo anterior, existen otros factores clave asociados a la migraña, como lo son su carácter genético, la aparición por lo general en la adolescencia y una mayor frecuencia en las mujeres por factores hormonales. Algunos estudios demuestran que a nivel mundial esa proporción es de dos a tres mujeres afectadas por cada hombre que la padece.

Un dolor de cabeza para las mujeres y la sociedad

La migraña afecta mayoritariamente a las mujeres. | Foto: THINKSTOCK

Elena Díaz sabe lo que significa convivir con migraña, una enfermedad que no tiene cura y que la ha acompañado durante “toda una vida”. Su primer recuerdo data de hace 35 años, cuando sintió un dolor de cabeza muy intenso, acompañado de náuseas y malestar general en el cuerpo; era el inicio de una condición que cambió su vida y sus costumbres para siempre. “He aprendido a conocer los factores que en mí la desencadenan, como el ruido y los olores. Esto es algo muy personal para cada paciente. No ha habido un mes de mi vida en el cual no tuviera al menos un dolor de cabeza; he tenido semanas en las cuales, de los siete días, en cuatro he tenido ataques fuertes de migraña”.

El caso de Elena es un reflejo de lo que suele pasar en la mayoría de los casos de migraña: se presenta en etapas de la vida en donde las personas están en plena juventud o en etapa productiva, lo cual también se traduce en un impacto negativo a nivel social, económico y laboral. De hecho, el Dr. Sobrino afirma que solo en los Estados Unidos se pierden 113 millones de días de laborales al año por cuenta de la migraña, mientras que en España, el Estudio de Impacto y Situación de Migraña de 2018 indicó que un 25 % de las personas perdió su empleo por la migraña, el 50 % ha tenido dificultades laborales y cerca del 30 % no ha podido ascender en sus trabajos por esta condición.

Otro de los temas complejos es el diagnóstico, que en casos como el de Elena puede tardar varios años en llegar. “La Organización Mundial de la Salud indica que el 50 % de los pacientes con migraña se automedican, el 28 % de los pacientes son valorados por médicos de atención primaria, mientras que el 10 % son vistos por especialistas en neurología y solo un 4 % son atendidos por neurólogos especializados en dolor de cabeza. Existe una necesidad muy grande de educar a estos médicos de atención primaria para diagnosticar la migraña crónica con base en los criterios que ya están determinados para asegurar la remisión de los pacientes a un especialista. Si no se diagnostica, el paciente se siente frustrado y va a seguir deambulando, no solo por el sistema de salud, sino por otros métodos alternativos que no son las más adecuados para darle una solución al problema real”.

Este fue el caso de Elena, quien dijo haber visitado una gran cantidad de especialistas, medicina alternativa, homeopatía, entre muchas otras, pero no fue hasta que llegó a un neurólogo especializado, que pudo darle una nueva oportunidad a su vida. Al respecto, el Dr. Sobrino manifiesta que actualmente existen muy buenas alternativas de tratamiento, que se presentan como la esperanza para reducir la frecuencia y la intensidad de los dolores de cabeza.

Como no podía ser de otra manera, la covid-19 también ha tenido efectos sobre el abordaje y manejo de la migraña crónica, no solo por la falta de diagnóstico de nuevos casos, sino por el miedo de los pacientes actuales de asistir a sus consultas y procedimientos médicos. Según el especialista, de cada 100 pacientes al menos entre el 40 y 50 % han aumentado sus dolores de cabeza. Factores como la ansiedad y la depresión generados por la cuarentena han aumentado el consumo de analgésicos, café, bebidas alcohólicas que a la final inciden en la frecuencia de los dolores de cabeza. Todos estos factores, unidos al miedo de asistir a las consultas y a la demora en la dispensación de medicamentos, citas y procedimientos, han generado un retroceso en los resultados de los pacientes.

Pese a ello, Elena ha podido mejorar su vida gracias a un tratamiento idóneo para esta condición, el cual ha mejorado radicalmente su calidad de vida y le ha permitido sobrellevar mejor su enfermedad. Entre tanto, el Dr. Sobrino hace un llamado a los pacientes recordándoles que “no están solos” y que es indispensable que asistan a sus consultas y procedimientos, con todos los protocolos de bioseguridad, para no perder los progresos alcanzados. “Hoy, más que nunca, existen alternativas seguras y efectivas que han cambiado el curso natural de la enfermedad y evitarán a estos pacientes mayores complicaciones a futuro. No hay razón para no asistir a las consultas ni aplazar los procedimientos. Por el contrario, es muy importante que lo hagan para aguantar los embates propios de la pandemia”, concluyó el especialista.