Vida Moderna
La peligrosa sustancia que genera diabetes, ¿cuál es?
La fructuosa es un buen reemplazo para quienes evita el azúcar, pero no todo es como lo cuentan.
El azúcar, al igual que otro tipo de alimentos, es uno de los causantes de múltiples enfermedades cuando se consume en exceso y es por eso que muchas personas han encontrado en la fructuosa una alternativa llamativa con el fin de combatir sus efectos a largo plazo, puesto que esta se ha hecho conocida por ser aparentemente más saludable.
De hecho, cabe recalcar que a diferencia que el azúcar de mesa, también llamada sacarosa, la fructosa no requiere de insulina para ser incorporada a las células, en el caso de las personas diabéticas, que son quienes por lo general adquieren estilos de alimentación completamente diferentes con el fin de reemplazar el azúcar.
En ese sentido, muchas personas que han reemplazado a la sacarosa por la fructuosa, con la idea previa de que esta es mucho más sana, siguen consumiéndola de manera constante, sin saber que esta puede que no sea tan saludable como la pintan y puede llegar a tener efectos negativos sobre la salud si no se regula su consumo.
Aunque a muchos le cueste creerlo, la fructosa, que se ha vendido por años como alternativa viable al azúcar, en realidad se ha convertido en un problema, puesto que el consumo de este azúcar puede contribuir significativamente al desarrollo de resistencia a la insulina en sujetos no diabéticos.
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Se debe a que cuando un individuo en condición de obesidad que no padezca diabetes, ingiere fructosa, sus niveles de una hormona llamada GLP-1, la cual es una peptídica similar al glucagón- tipo 1 se disparan dentro del cuerpo, en relación con la secreción de insulina por el páncreas.
Además, si el aumento de los niveles de GLP-1 se mantiene en el tiempo, la secreción de insulina también se mantiene. Como consecuencia, se produce un estado de hiperinsulinemia que puede alterar la sensibilidad a la misma y derivar en un estado de resistencia a la insulina.
Todo esto sumado a la sobreproducción de ácido úrico en el hígado, derivado del consumo elevado de fructosa, contribuyendo a generar una resistencia a la insulina que no es en lo absoluto beneficiosa para el cuerpo.
Consejos al adoptar una dieta sin azúcar
Uno de los primeros aspectos a tener en cuenta es el azúcar es un elemento bastante adictivo, según una investigación publicada en la revista British Journal of Sports Medicine. Por ello, adoptar una dieta debe hacerse de forma gradual, para que el organismo pueda adaptarse poco a poco a la reducción de las cantidades en el día a día, precisa un artículo del portal Mejor con Salud.
Otra recomendación es reducir el consumo de hidratos de carbono, como los contenidos en la harina blanca, la pasta blanca y el arroz blanco. Se ha demostrado que la ingesta regular de estos alimentos incrementa el riesgo de desarrollar enfermedades metabólicas. Los nutrientes procedentes de dichos alimentos pueden descomponerse de una manera fácil en el organismo, lo que provoca que se eleve el nivel de glucosa en la sangre.
Un tercer punto es inclinarse por los alimentos integrales. Los productos blancos o más refinados tienen un mayor contenido en azúcar y de carbohidratos simples, lo que deriva en una mayor producción de azúcares en el organismo. Para sustituir estos productos se puede recurrir a los vegetales, frutas, nueces y semillas, granos enteros y legumbres, entre otros.
Adicionalmente, es importante no sustituir la fruta por zumos, pues aunque estos sean naturales y sin azúcar añadido, inclinarse por ellos hará que la persona tome una mayor cantidad de fructosa y menor de fibra. La ingesta regular de fibra se asocia con un menor riesgo de problemas metabólicos.
Otro consejo es utilizar otro tipo de endulzantes como la miel de abeja o la estevia, aumentar el consumo de agua y dormir lo suficiente.