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La planta que regula el azúcar y cuida el cerebro
Tiene propiedades estimulantes que ayudan a revitalizar el organismo, disminuyendo el cansancio físico y mental.
Las plantas medicinales se han convertido en una opción cada vez más válida para aliviar problemas de salud. Si bien no son tratamientos definitivos, si es posible que actúen como complemento de algunos medicamentos o de las dietas balanceadas o equilibradas.
Son muchas las opciones a las que se puede recurrir, aunque siempre con la salvedad de que es importante consultar con el médico si se va a realizar una ingesta regular o permanente. Una de las alternativas para aliviar diversas afecciones es el ginseng, una hierba con una larga tradición medicinal en las culturas asiáticas y americanas.
Sus raíces contienen sustancias químicas activas llamadas ginsenósidos, a las que se le atribuyen, en buena medida, sus propiedades medicinales. Proviene de una familia del género de plantas panax, de las cuales sus principales variedades son el coreano, americano y siberiano, que tienen características similares, aunque difieren en algunas propiedades, precisa el portal Nutrición y Farmacia, de España.
Para controlar el azúcar
Una de las bondades que se le atribuye es que es un tratamiento coadyuvante de la diabetes y, dicen los expertos, esto obedece a que estimula el incremento del nivel de insulina, en parte, por las propiedades de los ginsenósidos.
Una publicación del portal de estilo de vida unCOMO, indica que esta raíz ayuda con el funcionamiento del páncreas, por lo que estimula la secreción de insulina, que es la hormona encargada de regular la glucosa. “Las células, al recibir la insulina, son capaces de realizar la glucolisis, es decir, toman el azúcar de la sangre y lo convierten en energía. Este efecto del ginseng es favorable para combatir la diabetes tipo 1″, precisa la citada fuente.
Adicionalmente, en torno a esta afección, el ginseng aumenta la sensibilidad a la insulina, por lo que las células hacen un mejor uso del azúcar convirtiéndolo en energía y evitando que esta sustancia se acumule en la sangre, ocasionando complicaciones de salud.
Bueno para el cerebro
De otro lado, hay evidencia de que esta planta aumenta el rendimiento físico y mental. Algunos estudios científicos han confirmado que refuerza la capacidad de las personas en estados de agotamiento psicofísico, aminorando los efectos del cansancio y fungiendo como un reconstituyente.
Según el portal Saber Vivir, la ingesta de esta hierba puede mejorar de manera apreciable la memoria, favorecer el aprendizaje y aumentar la capacidad de comprensión. Esto está relacionado con el efecto vasodilatador que tiene el ginseng, que ayuda a que exista una buena circulación sanguínea en el cerebro.
El Instituto de Neurobiología y Neurología Funcional, de España, indica que a nivel cerebral tiene efecto nootrópico, mejorando las funciones cognitivas y con efectos particulares en la enfermedad de Alzheimer.
Otros beneficios
Por otro lado, según Nutrición y Farmacia, el ginseng activa el sistema inmunológico. “Investigaciones médicas han probado la eficacia de sus componentes ginsenósidos en la proliferación de los linfocitos, resultando efectivo en el caso de pacientes con capacidad inmunológica deprimida y contribuyendo a aumentar las defensas contra agentes tóxicos”, precisa.
De igual forma, ayuda al sistema cardiovascular. En dosis apropiadas puede reducir la presión arterial, la posibilidad de formación de trombos y el nivel de frecuencia cardíaca.
De igual forma, por tener acción antioxidante, combate los radicales libres, evitando la oxidación de células de grasa, equilibrando los niveles de colesterol ¨malo¨o LDL en la sangre, evitando enfermedades cardiovasculares, como aterosclerosis (formación de placas en las arterias).
¿Cómo consumirlo?
El ginseng puede consumirse de varias maneras, gracias a que se puede encontrar en diferentes presentaciones. La recomendación es tomar de cinco a ocho gramos de ginseng al día.
Por ejemplo, en polvo solo basta con mezclar una cucharada sopera en las principales comidas; en forma de suplemento se puede tomar de una a tres cápsulas diarias y en té se puede consumir de tres a cuatro tazas diarias.
No obstante, los especialistas aclaran que el ginseng no debe consumirse continuamente y tiene mejores efectos cuando se utiliza por un corto período de tiempo, pues su uso extendido puede generar efectos contrarios. Sin embargo, la recomendación siempre es consultar con el médico, pues puede generar reacciones secundarias como náuseas, vómitos, diarrea y dolores abdominales.