Vida Moderna

La potente vitamina que ayuda a prevenir la demencia senil

La demencia, por lo regular, ocurre a una edad avanzada.

21 de mayo de 2023
Esto le pasa al cerebro si se dejan de consumir vitaminas
Todas las vitaminas cumplen una función importante en el cuerpo. | Foto: Getty Images

La demencia es una pérdida de las funciones mentales lo suficientemente graves como para afectar las actividades y la vida diaria, de acuerdo con Medline Plus, la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos.

Además, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, reveló que los síntomas de la demencia varían según la causa, pero los signos y síntomas frecuentes son los siguientes:

Cambios cognitivos

  • Pérdida de la memoria, que generalmente es notada por otra persona.
Alzheimer
El término demencia senil se aplica a la demencia que se produce en las personas mayores. | Foto: Getty Images/iStockphoto
  • Dificultad para comunicarse o encontrar palabras.
  • Dificultad con las habilidades visuales y espaciales, como perderse mientras se conduce.
  • Dificultad para razonar o para resolver problemas.
  • Dificultad para manejar tareas complejas.
  • Dificultad para planificar y organizar.
  • Dificultad con la coordinación y las funciones motoras.
  • Confusión y desorientación.

Cambios psicológicos

  • Cambios en la personalidad.
  • Depresión.
  • ansiedad.
  • Comportamiento inapropiado.
Afectación para hacer tareas cotidianas es una señal común de Alzheimer.
La mayoría de los cuidadores de personas con demencia son familiares. | Foto: Getty Images / Juanmonino
  • Paranoia.
  • Agitación.
  • Alucinaciones.

Adicional, la biblioteca indicó que algunos factores pueden aumentar el riesgo de demencia son:

  • Envejecimiento: Este es el mayor factor de riesgo de demencia.
  • Fumar.
  • Diabetes sin controlar.
  • Presión arterial alta.
  • Beber demasiado alcohol.
  • Tener familiares cercanos con demencia.

Por ello, pese a que hay algunos factores que no se pueden modificar si existen medidas que podrían ser de utilidad, como, por ejemplo, consumir vitamina K, pues según la Revista Neurología “un nuevo estudio realizado en ratas, un grupo de científicos de la Universidad AlMaarefa (Arabia Saudita) han encontrado evidencia de que la vitamina K podría ayudar a proteger contra los descensos cognitivos relacionados con el envejecimiento y asociados con la enfermedad de Alzheimer y otras formas de demencia”.

Vitaminas para el cerebro
Las vitaminas son clave para cuidar la salud del cerebro. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Adicional, agregó que “en definitiva, se concluye que las ratas tratadas con MK-7 tuvieron un mejor rendimiento que las que no lo recibieron, asociándose a una reducción de las pruebas de deterioro cognitivo, depresión y ansiedad, junto con una mejora de la memoria espacial y la capacidad de aprendizaje”.

Así las cosas, la mejor manera de obtener los requerimientos diarios de vitamina K es consumiendo fuentes alimenticias como:

Asimismo, la vitamina K se encuentra sola en suplementos de vitamina K, o en suplementos de vitamina K con otros nutrientes como el calcio, el magnesio y/o la vitamina D y las presentaciones comunes de la vitamina K son en forma de filoquinona y fitomenadiona (conocidas también como vitamina K1), y menaquinona-4 y menaquinona-7 (conocidas también como vitamina K2).

Respecto a las cantidades, los Institutos Nacionales de Salud de los Estados Unidos (NIH por sus siglas en inglés) revelaron que las cantidades promedio diarias, expresadas en microgramos (mcg) son las siguientes:

  • Bebés hasta los 6 meses de edad: 2.0 mcg
  • 7 a 12 meses de edad: 2.5 mcg
  • 1 a 3 años de edad: 30 mcg
  • 4 a 8 años de edad: 55 mcg
  • 9 a 13 años de edad: 60 mcg
  • 14 a 18 años de edad: 75 mcg
  • Hombres adultos mayores de 19 años de edad: 120 mcg
  • Mujeres adultas mayores de 19 años de edad: 90 mcg
  • Adolescentes embarazadas o en período de lactancia: 75 mcg
  • Mujeres embarazadas o en período de lactancia: 90 mcg

De todos modos, antes de consumir algún alimento o suplemento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.