SALUD
Cuando el padre está presente, los hijos tienen mejor salud
La paternidad activa impacta positivamente el estado mental y físico de toda la familia. Esta fue una de las conclusiones del reciente informe Estado de la Paternidad en América Latina y el Caribe.
En el mundo hay una marcada división sexual del trabajo. Mientras que los hombres tienen mayores oportunidades laborales y una remuneración mejor, las mujeres trabajan más horas con menor reconocimiento y además deben dividir su tiempo porque son las encargadas del hogar. Según un informe presentado por la Federación Internacional de Planificación de la Familia- IPPF, Promundo/MenEngage y Profamilia sobre el estado de los padres en la región, “en Latinoamérica solo un 3,2 por ciento de los hombres en edad laboral afirma que están fuera del trabajo para atender tareas domésticas, mientras que una de cada dos mujeres vive esa situación”.
Esta limitada participación de los hombres en el cuidado del hogar y la crianza de los hijos obedece a una resistencia cultural, según explica Francisco Arguayo, vocero de MenCare. “En la región se considera que el cuidado de los hijos es un asunto de mujeres y el trabajo de hombres. Necesitamos romper estas barreras porque el mundo es diferente y hombres y mujeres lo están demandando”, asegura.
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Pero también existen diferentes limitaciones sociales que dificultan que los hombres puedan dedicar más tiempo a la paternidad como los horarios de trabajo así como las prácticas en servicios de salud y en el ámbito educativo que no involucran al padre como un cuidador tan importante como la madre. “Faltan condiciones sociales, jurídicas e institucionales para conciliar trabajo con familia y que hombres y mujeres puedan cuidar de mejor manera”, dice Arguayo.
Es extensa la evidencia sobre las ventajas de que los hombres dediquen más tiempo a la paternidad. “Quienes están involucrados suelen sentirse más contentos, más satisfechos con su vida. Tiene menos problemas con la ley, menos consumo de drogas y alcohol y una mejor salud”, afirma el experto. La paternidad comprometida tiene un impacto en la formación del hijo o hija no solo en los primeros años de vida sino más tarde, pues una influencia de calidad se ve en el desarrollo cognitivo, socioemocional y en el rendimiento académico de los pequeños.
La presencia real del padre en el momento del parto y el acompañamiento igualitario en la crianza también tiene un peso importante en la salud, calidad de vida y bienestar de las mujeres. “Hay evidencia de que cuando el hombre está presente en el parto es bueno para la madre porque hay menos dolor, es más rápido y la mujer se siente más apoyada y en los primeros meses mejoran algunos indicadores de salud como la depresión posparto”, agrega Arguayo. Otros estudios han demostrado cuando los hombres están involucrados y tienen una relación cercana con la pareja, impacta positivamente en la lactancia y, en promedio, la mujer puede dormir una hora más y se nutre mejor gracias a la ayuda de su compañero.
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Tener padres involucrados también incide en la reducción de los índices de violencia intrafamiliar. Según cifras del informe, el 29,8 por ciento de las mujeres en la región, ha sufrido violencia física o sexual por parte de la pareja íntima, asunto que se está convirtiendo en un verdadero problema de salud pública. En opinión de Arguayo, la participación de padres es importante para la igualdad de género y la creación de mejores condiciones para los ciudadanos del futuro. “Necesitamos que los hombres entren a un territorio de cuidado y lo sientan también como parte de ellos”. La buena noticia es que cada vez más papás declaran su deseo de desempeñar el trabajo de cuidadores en el hogar e involucrarse más en la vida de sus hijos.