Primer plano de una máscara médica y desinfectante de manos y una mujer estresada en segundo plano en la oficina en casa temporal durante la epidemia de coronavirus en la casa en un día soleado.
Las mujeres sufren más de insomnio, estrés y otros factores de riesgo no tradicionales de enfermedad cardiovascular. Los expertos no saben porque razón pero sospechan que es por los malabares que deben hacer para cumplir con el trabajo y la casa. | Foto: Getty Images/iStockphoto

Ambiente laboral

La presión laboral impacta más la salud cardiovascular de las mujeres

El estrés, los trastornos de sueño y la fatiga fueron más reportados por ellas que por ellos. Según los expertos, la razón sería la doble jornada de profesionales y amas de casa.

1 de septiembre de 2021

El estrés laboral, los trastornos del sueño y la fatiga son considerados factores de riesgo no tradicionales de infarto de miocardio e ictus. Un nuevo estudio encontró que estas condiciones aumentan más entre las mujeres que entre los hombres. El trabajo fue presentado en la Conferencia de la Organización Europea del Ictus (ESO, por sus siglas en inglés).

Para el estudio, los investigadores compararon los datos de 22.000 hombres y mujeres que participaron ene la Encuesta de Salud de Suiza de 2007, 2012 y 2017. El grupo descubrió un aumento “alarmante” del número de mujeres que reportan estos factores de riesgo no tradicionales de las enfermedades cardiovasculares (ECV). La tendencia coincidió con un aumento del número de mujeres que trabajó de tiempo completo. Esa crifra era de 38% en 2007 y subió al 44% en 2017.

Pero la presión laboral aumento en ambos sexos. Eso se puedo ver en el número de personas en general que declaran sentir estrés en el trabajo, el cual aumentó del 59% en 2012 al 66% en 2017. Los que declaran sentirse cansados y fatigados aumentaron del 23% al 29% (al 33% en las mujeres y al 26% en los hombres). En el mismo periodo, el número de personas que reportan sufrir trastornos del sueño subió del 24% al 29%, y los trastornos del sueño graves también aumentaron de forma más acusada en las mujeres (8%) que en los hombres (5%).

Sin embargo, la investigación también descubrió que los factores de riesgo tradicionales para desarrollar enfermedades cardiovasculares se habían mantenido estables en el mismo periodo de tiempo, con un 27% de hipertensos, un 18% de colesterol elevado y un 5% de diabéticos. La obesidad aumentó hasta el 11% y el tabaquismo se redujo de aproximadamente 10,5 a 9,5 cigarrillos al día, pero ambos eran más frecuentes en los hombres.

Los autores del estudio, el doctor Martin Hänsel, neurólogo del Hospital Universitario de Zúrich, y la doctora Susanne Wegener, catedrática de neurología de la Universidad de Zúrich (Suiza), destacan que su estudio “reveló que los hombres eran más propensos a fumar y a ser obesos que las mujeres, pero las mujeres informaron de un mayor aumento de los factores de riesgo no tradicionales de los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares, como el estrés laboral, los trastornos del sueño y la sensación de cansancio y fatiga”.

¿Que significa todo esto? Para los expertos involucrados en el estudio “este aumento coincide con el número de mujeres que trabajan tiempo completo y para ellos que ellas tengan que hacer malabarismos con el trabajo y las responsabilidades domésticas u otros aspectos socioculturales puede ser un factor, así como las demandas específicas de salud de las mujeres que pueden no ser tenidas en cuenta en nuestras vidas diarias ocupadas”.

Los autores destacan que hallaron “un aumento general de los factores de riesgo no tradicionales en ambos sexos, pero éstos fueron más pronunciados en las participantes femeninas, mientras que la mayoría de los factores de riesgo cardiovascular tradicionales permanecieron estables. Estos resultados subrayan el hecho de que existen diferencias entre los sexos en lo que respecta a los factores de riesgo de ECV no tradicionales, con una tendencia alarmante hacia un aumento particular en las mujeres”, advierten.

La doctora Wegener señala que la diabetes, la hipertensión arterial, el aumento del colesterol, el tabaquismo, la obesidad y la inactividad física son factores de riesgo modificables reconocidos para las enfermedades cardiovasculares, pero recientemente se ha observado que los factores de riesgo no tradicionales, como las presiones laborales y los problemas de sueño, pueden aumentar considerablemente el riesgo cardiovascular.

“Los datos demuestran que existe una amplia gama de factores de riesgo de enfermedad cardiovascular, que van más allá de los factores médicos oficialmente reconocidos, y que contribuyen a mejorar las estrategias de prevención de los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares”, añade.

Tradicionalmente se ha considerado que los hombres se ven más afectados por los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares que las mujeres, pero en algunos países las mujeres han superado a los hombres. Existe una brecha de género y es necesario seguir investigando para saber por qué”, advierte.

*con información de Europa Press