Salud
La razón de salud por la que no se debería comer tan tarde en la noche
Se deben limitar los alimentos que aportan muchas calorías.
La alimentación es determinante para mantener el organismo en una buena condición de salud. Incluir en la dieta frutas, verduras, cereales integrales y proteínas magras es una de las mejores formas de prevenir el desarrollo de enfermedades, gracias a que el cuerpo recibe los nutrientes que necesita.
Para mantenerse saludable es necesario brindarle al cuerpo la energía y los nutrientes que necesita todos los días. Estos incluyen proteínas, carbohidratos, grasas, vitaminas, minerales y agua.
La Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos indica que una alimentación saludable no significa que se deba seguir una dieta muy estricta o comer solo unos pocos tipos de alimentos, sino incluir una importante variedad, incluso los menos saludables, pero en las proporciones adecuadas. Esto acompañado de la práctica de actividad física de manera regular.
Tendencias
Sin embargo, no solo la alimentación es importante, sino también la hora en la que se consuma y es clave prestar especial atención a la cena. Comer muy tarde en la noche o picar después de haber cenado genera complicaciones de salud.
Riesgo de sobrepeso
Las personas que comen tarde por la noche tienden a subir de peso y a presentar afecciones como diabetes. Consumir la última comida poco antes de irse a la cama genera los mencionados riesgos. La razón es que los procesos biológicos varían radicalmente durante el día y la noche y el cuerpo responde de distinto modo a la asimilación de alimentos dependiendo de la hora a la que se consuman.
La Fundación Española del Corazón señala que hay evidencia que relaciona el horario de las comidas y la predisposición a padecer ciertas enfermedades como las anteriormente mencionadas. A esta disciplina, que consiste en respetar el ritmo natural del organismo e ingerir los alimentos cuando el cuerpo se encuentre más preparado para asimilarlos, se le llama crononutrición.
Pero no solo la cena tiende a engordar si se consume tarde. También puede ocurrir si se ingieren alimentos altos en calorías, después de la última comida. Algunas personas que comen refrigerios tras la cena no duermen bien, lo que lleva a que se generen antojos poco saludables al día siguiente.
En el caso puntual de personas que padecen diabetes, por ejemplo, los refrigerios nocturnos agregan calorías, lo que no solo genera el riesgo de subir unos kilos de más, sino que si se consumen alimentos con carbohidratos, es posible que a la mañana siguiente la persona se despierte con un nivel alto de glucosa en la sangre.
Los expertos de Mayo Clinic recomiendan que si la persona tiene hambre después de la cena, puede beber un vaso de agua primero, pues hay veces en que la sed imita el hambre. Si el hambre persiste, la mejor opción es inclinarse por un alimento bajo en carbohidratos y calorías, preferiblemente uno que sea alto en proteínas o fibra, como el yogur griego o un puñado de nueces.
Cuando se acerca la hora de acostarse es mejor alejarse de alimentos como:
- Productos y bebidas que contienen cafeína.
- Alcohol, ya que contiene calorías vacías y no promueve un sueño reparador.
- Los productos con alto contenido de grasa, como papas fritas, carbohidratos procesados (como barras de chocolate, galletas y pasteles), bebidas carbonatadas, alimentos picantes y los que contienen menta, pues pueden desencadenar síntomas de la enfermedad por reflujo gastroesofágico.
Referencias: