La semilla que ayuda a reducir la presión arterial, el azúcar y el colesterol

Las semillas se caracterizan por aportar varias propiedades al cuerpo y por ser buena fuente de fibra, vitaminas A, B, C y E, y minerales como el calcio, magnesio, potasio, zinc, hierro, entre otros.

De hecho, La Nación reveló que la semilla que ayuda a bajar la presión arterial, disminuye el azúcar y ‘barre’ el colesterol es la linaza, ya que tiene fibra y según le explicó al medio Yael Hasbani, Health Coach certificada en Salud y Nutrición Holística, es “un componente que regula el tránsito intestinal y que reduce la absorción de azúcares y grasas. Combate el colesterol malo (LDL) evitando que las arterias se tapen y protegiendo al corazón de posibles patologías”.

Adicional, Mayo Clinic, entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica, la educación y la investigación, indicó que “usar semillas de lino podría reducir el nivel de azúcar en sangre en personas con diabetes tipo 2″.

De igual forma, añadió en su portal web que “algunos estudios sugieren que el ácido alfa linolénico, que está presente tanto en las semillas de lino como en su aceite, podría beneficiar a las personas con enfermedad cardíaca. Las primeras investigaciones también sugieren que las semillas de lino podrían ayudar a bajar la presión arterial alta, la cual influye en la enfermedad cardíaca”.

Ahora bien, respecto al consumo, el portal portugués de salud, nutrición y bienestar, Tua Saúde, reveló que “la linaza no modifica el sabor de los alimentos y puede ser consumida en conjunto con cereales, ensaladas, jugos, batidos, yogures y pastas de panadería y pasteles”.

Por ello, la entidad sin ánimo de lucro puntualizó algunos consejos para incluir la linaza en la dieta:

• Agregar una cucharada de linaza molida al cereal caliente o frío del desayuno.

• Agregar una cucharadita de linaza molida a la mayonesa o mostaza cuando se haga un sándwich.
• Añadir una cucharada de linaza molida a un envase de yogur de ocho onzas.
• Añadir linaza molida a las galletas dulces, magdalenas, panes y otros productos horneados.

“Sin embargo, antes de ser consumida esta semilla, debe ser triturada en la licuadora o ser comprada en forma de harina, ya que el intestino no consigue digerir el grano entero de la linaza. Además, debe permanecer guardada en un lugar cerrado, protegido de la luz para que se mantengan sus nutrientes”, explicó el portal portugués.

Asimismo, añadió que “para obtener un mayor resultado de todos estos beneficios, se recomienda preferir la linaza dorada sobre la marrón, ya que son más ricas en nutrientes, especialmente en omega 3″.

Otras propiedades de la linaza

Según Tua Saúde, otras propiedades de la linaza son:

• “Mejora el estreñimiento, ya que es rica en fibra, facilitando el tránsito intestinal
• Ayuda a adelgazar, puesto que las fibras aumentan la sensación de saciedad, disminuyendo el apetito exagerado.

• Reduce la inflamación en el organismo, debido a que es rico en omega 3.
• Disminuir los síntomas de síndrome premenstrual y de la menopausia, porque tiene buenas cantidades de isoflavona, fitoesteroides y lignanos, que controlan las hormonas femeninas”

Información nutricional por 100 gramos de linaza

• Energía: 495 kcals
• Proteínas: 14,1 g
• Calcio: 211 mg
• Carbohidratos: 43,3 g

• Magnesio: 347 mg
• Grasas: 32,3 g
• Hierro: 4,7 mg
• Fibras: 33,5 g
• Zinc: 4,4 mg
• Omega-3: 19,81 g
• Omega-6: 5,42 g

Receta de pan de linaza

Ingredientes

• 2 ½ tazas de té de harina de trigo integral;
• 2 ½ tazas de té harina de trigo común;
• 2 tazas de centeno;

• 1 taza de té de linaza machacada;
• 1 cucharada sopera de levadura;
• 1 cucharada de té de miel;
• 2 cucharadas de té de margarina;
• 2 ½ tazas de té de agua tibia;

• 2 cucharadas de té de sal;
• Huevo para aplicar con pincel.

Preparación:

Mezclar todos los ingredientes y amasarlos hasta que la pasta quede lisa. Dejar la pasta reposar por 30 minutos. Moldear los panes y colocarlos en forma untada, colocándolos en el horno precalentado por 40 minutos.

De todos modos, antes de consumir algún alimento, lo primero que hay que hacer es consultar al médico tratante o a un nutricionista para que sea este quien guíe el proceso e indique qué es lo más adecuado para cada persona, pues las anteriores recomendaciones no son las indicadas para todas las personas, ya que la información antes dada de ninguna manera sustituye la asesoría médica.