Vida Moderna
La superfruta que reduce el agotamiento mental y refuerza la memoria
Además, este producto de origen natural también tiene otras implicaciones en el organismo.
La alimentación es parte esencial de la consecución de una buena salud física. Y es que lo que se consume es lo que le brinda al organismo las vitaminas, los minerales y nutrientes esenciales que necesita para el correcto desarrollo en el día a día. De la misma manera, los procesos metabólicos también requieren una presencia equilibrada de cada uno de estos elementos.
“Llevar una dieta sana a lo largo de la vida ayuda a prevenir la malnutrición en todas sus formas, así como diferentes enfermedades no transmisibles y trastornos. Sin embargo, el aumento de la producción de alimentos procesados, la rápida urbanización y el cambio en los estilos de vida han dado lugar a un cambio en los hábitos alimentarios. Actualmente, las personas consumen más alimentos hipercalóricos, grasas, azúcares libres y sal/sodio”, menciona la entidad.
De la misma manera, la OMS también ha enlistado cada una de las sustancias importantes para la ingesta constante. Cabe mencionar, tal como lo explica el instituto, que “muchas personas no comen suficientes frutas, verduras y fibra dietética como, por ejemplo, cereales integrales”.
Justamente son las primeras de esa enumeración, las frutas, de las más importantes, debido a que son las fuentes más ricas en nutrientes que existen en la naturaleza. Hay desde las dulces, que tienen grandes reservas de energía y fibra, hasta las ácidas, que son recursos antioxidantes ideales para aumentar las defensas.
Una de las más reconocidas por los profesionales de la salud, siendo de las recomendaciones más comunes en los consultorios, es la manzana. Cuando se piensa en frutas es difícil imaginarse otra más famosa que esta.
No es solo por aparecer en cuentos de hadas o en caricaturas como el regalo perfecto para la profesora que la manzana es famosa, dado a que también es un tesoro lleno de beneficios.
Entre sus propiedades se destaca la gran cantidad de vitaminas B1 y B6, las cuales evitan el agotamiento mental y refuerzan la memoria. Además, es una poderosa fuente de fósforo, el cual es un mineral que aparece en los fosfolípidos del cerebro, así como del potasio y sodio, que son indispensables para los procesos de conducción nerviosa.
Sus otros efectos son como aliada contra las hemorragias y fortaleza del pelo o las uñas. De igual manera, tiene gran potencia contra la obesidad, en el refuerzo de las defensas o el aumento en la capacidad muscular.
De acuerdo con el portal Cuerpo & Mente, entre los valores nutricionales de esta fruta, por cada 100 gramos de manzana fresca se encuentran: calorías: 52 kcal, proteínas: 0,3 g, grasas: 0,2 g, hidratos de carbono: 14 g y fibra: 2,4 g.
Además de poseer vitaminas, contiene pectina, que es un tipo de fibra soluble que no se absorbe en el intestino, retiene el agua y se convierte en un gel que actúa como una emulsión que absorbe desechos en el intestino y facilita la eliminación de toxinas con las heces.
Igualmente, “aporta ácidos orgánicos únicos que representan entre el 1 % y el 1,5 % del peso de la manzana y que producen al metabolizarse un efecto alcalinizante (antiácido) en la sangre y los tejidos (la acidez favorece la inflamación y la aparición de enfermedades como el cáncer)”.
Como si fuera poco, esta fruta ayuda a renovar la flora intestinal, evita las fermentaciones y actúa como dentífrico natural. Igualmente, es rico en taninos, que son astringentes y antiinflamatorios.
Otro de los aportes son las vitaminas, especialmente la C. Una manzana puede cubrir el 30 % de las necesidades diarias de esta vitamina. En cuanto a minerales, la presencia de boro facilita la asimilación del calcio y el magnesio, por lo que contribuye a prevenir la osteoporosis. También aporta algo de vitamina E (0,32 mg/100 g), potasio (140 mg) y fósforo (10 mg), todo ello en pequeña proporción.