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La variante ómicron: una ‘gripita’ que sigue cobrando muchas vidas
Aunque muchos creen que esta versión del covid es leve, la cantidad de infectados generó un alza en la mortalidad diaria que no se veía desde hace más de cinco meses.
El nuevo año llegó con una serie de lineamientos actualizados para el manejo de la covid, que fueron comunicados por el ministro de Salud, Fernando Ruiz, hace unos días. Entre ellos está la reducción del tiempo de aislamiento para personas con síntomas como flujo nasal, fiebre, malestar general, que podrían ser covid-19 u otras infecciones respiratorias. Estas personas deben guardar aislamiento continuo de siete días y ya no de diez o más. Tampoco es necesario que se realicen la prueba, pues con los síntomas sería suficiente.
Si entre quienes registran síntomas hay personas mayores de 60 años o con comorbilidades o menores de 3 años, deben consultar a su EPS para que se les haga seguimiento con criterio médico. Los asintomáticos y vacunados con dos dosis no están obligados a hacer aislamiento preventivo. “Si son contactos estrechos o familiares de personas infectadas, pero no tienen síntomas, no tienen necesidad de prueba ni de aislamiento si tienen vacuna”, dijo el ministro.
Ahora bien, si no tienen esquema completo, deben guardar aislamiento de siete días para evitar ser fuente de contagio. El personal de la salud debe aislarse siete días, al cabo de los cuales se hará la prueba de covid. ¿Confundido? No es el único. Muchos colombianos no saben cómo interpretar estos nuevos lineamientos.
En medio de la confusión algunos los han tomado como un síntoma de que el virus ya se puede tratar como una gripa. Otros están escandalizados y consideran que aumentarán los casos, y no faltan quienes ya no quieren saber más. De hecho, muchos hoy presentan cuadros de infecciones respiratorias de las vías superiores (nariz y garganta), pero no saben si es covid o no, pues no se han hecho la prueba. Aún más, no les importa.
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Colombia no es el único país que ha hecho estos cambios. Estados Unidos también ajustó algunas normas lo que generó críticas de los expertos. “Es un desastre”, “innecesariamente confuso”, “de todos los tropiezos de comunicación desde febrero de 2020, este se ubica entre los tres primeros”, dijeron varios de ellos a la revista The Atlantic.
En España, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, manifestó que trabaja en un plan para abordar la covid-19 como la gripe, es decir, a través de un sistema centinela. Eso hizo que expertos como Óscar Zurriaga, vicepresidente de la Sociedad Española de Epidemiología, le contestara que este no era el momento. “Es una pandemia y no estamos viendo lo mismo que en una temporada gripal estándar ni siquiera de las malas. No estamos viendo lo mismo no solo en casos, sino también en términos de gravedad”, declaró a Europa Press.
Según Jade Fulce, especialista en asuntos públicos de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las nuevas pautas están destinadas, además, a mantener el país a flote, sin interrupciones para la economía. Por eso, la norma se “enfoca en el periodo en que una persona es más infecciosa”. En Colombia, Julián Fernández, director de Epidemiología del Ministerio de Salud, señala que las medidas obedecen a la llegada de ómicron, que no es tan letal, aun cuando puede presentar desafíos en los hospitales y al cambio epidemiológico, pues hay una gran población vacunada.
Aunque es cierto que en los estudios sobre ómicron se ha visto que la variante no ataca los pulmones, como otras, y tampoco produce la tormenta de citoquinas que causaba tantos enfermos severos, los expertos no comprenden completamente qué está pasando y el aumento de las muertes en Colombia ya los comienza a preocupar. “Desde el 20 de agosto de 2021 no se reportaban más de 100 muertes diarias por COVID-19 en el país. ¿Qué opinarán de esto aquellos que han dicho y/o han tomado de decisiones como si la variante ómicron fuese sólo una gripita?”, dice el epidemiólogo Jaime Ordóñez.
Para la viróloga Fernanda Gutiérrez, es entendible que ómicron se maneje como una gripa, porque se ha visto que no pasa a las vías respiratorias bajas. “Lo que no cuadra de la historia es por qué se están llenando las unidades de cuidados intensivos”, dice.
Desde que se conoció de la existencia de ómicron se sabía que el problema de la variante estará en su rápida capacidad para contagiar. Solo el sábado hubo un registro de 35.575 casos nuevos de Covid. Así esa fecha se convirtió en el día con el mayor número de casos nuevos en el país desde el inicio de la pandemia, y también que esta semana (que va del 9 al 15 de enero de 2022) ha sido la de mayor número de casos nuevos en Colombia desde que comenzó la pandemia: 211.447 casos nuevos, un promedio de 30.207 casos diarios. “Este inmenso número de casos se identificó aún con las restricciones que los nuevos lineamientos del MinSalud ha impuesto, en los que el 79,6 por ciento de la población colombiana (personas entre los 4 y 59 años) no tenemos acceso para hacernos una prueba de COVID-19, es decir, el número verdadero de infectados podría ser cuatro veces mayor al reportado, pues sólo a una quinta parte de la población se les permite el acceso a las pruebas de laboratorio”, dice Ordóñez.
Pero,según Ordóñez, si el país ya no hace las mismas pruebas la velocidad de transmisión aumentará de forma desbordada”, afirma el epidemiólogo Jaime Ordóñez, quien tampoco entiende por qué los asintomáticos no deben aislarse. Dice que desde el punto de vista clínico está bien, porque ellos no tienen riesgo de enfermarse severamente, pero es errada desde el punto de vista de salud pública, pues podrían infectar a otros. “No van a morir, pero sí a contagiar”, señala. Con esas nuevas reglas de juego, se está generando en la población “una sensación de seguridad que es falsa y que luego se reflejará en aumento de muertes”, agrega.
Y en efecto esas cifras se reflejan en el abrupto abrupto aumento de muertes. Desde hacía cinco meses el país no había registrado 129 fallecidos por COVID-19 en sólo 24 horas, independientemente de cuando fallecieron. Eso sucedió el sábado pasado. Fabio Varón, jefe de la Unidad de Cuidado Intensivo Médico de la Fundación Cardioinfantil y la Fundación Neumológica Colombiana, dice que, a pesar de eso, “estamos en un lugar más tranquilo que en otros momentos y no se ha visto necesidad de cerrar servicios no covid”. Según el experto, lo que se ha observado en los servicios de salud son unas urgencias muy congestionadas por personas con síntomas leves, comparadas con los picos previos cuando muchos necesitaron hospitalización o ingreso a la unidad de cuidados intensivos (uci). “La mayoría sale a su casa con recomendaciones, mientras que algunos pocos requieren manejo intrahospitalario. Una razón para la congestión son los empleados que necesitan incapacidad para no trabajar”,dice. Los que consultan y se quedan, dice el experto, es porque su enfermedad de base está descompensada ante la presencia de covid, pero no tienen enfermedad respiratoria y, de hecho, muy pocos de dichos pacientes requieren una uci.
Otro aspecto importante es que quienes están en la uci y mueren son personas que no tienen vacunas o una sola dosis del biológico recibida hace ya varios meses. “Muy pocos en dichas unidades tienen esquemas completos. Y con tres dosis podría decir que ninguno”, dice Varón. Ante una enfermedad que no es tan severa como la vista en picos pasados y con una resolución más rápida, Varón cree que las medidas van por el camino correcto. “Dado el alto número de pacientes, hay que asumir que la mayoría de las infecciones respiratorias con covid ni siquiera ameritan prueba, pero sí aislamiento”.
Lo que lleva a lo de siempre: las medidas de bioseguridad. El aislamiento de las personas sintomáticas, vacunadas o no, el uso de la mascarilla, evitar aglomeraciones y siempre tratar de estar en lugares interiores con muy buena ventilación siguen siendo muy importantes. Pero la medida tal vez más relevante es tener completo el esquema de vacunación.
“Estas olas les pegan a los no vacunados”, afirma Ordóñez, que vive en Medellín, y señala que en Antioquia el 92 por ciento de las muertes ocurren en personas no vacunadas o con dosis incompletas. Por eso, Fernández reiteró la importancia de vacunarse y de recibir la dosis de refuerzo. En lo que todos están de acuerdo es en que es muy pronto para que la covid sea considerada una enfermedad endémica, esas que se dan en un área geográfica con cierta prevalencia y de manera crónica.
La endemia llegará. La pregunta del millón es cuándo. Según los expertos, tardará y el único que le pone fecha es Ordóñez: segundo semestre de 2023, cuando el mundo ya esté vacunado. Por ahora, la meta es pasar esta tormenta de ómicron sin tantas interrupciones en la vida diaria ni tantas muertes, obviamente. Muchos esperan que, como sucedió en Sudáfrica, donde se vio un aumento rápido de los casos seguido de una caída vertiginosa, el fin de ómicron esté cerca. Pero en esta historia sin fin ya se ha dicho que vendrán otras variantes.