VIDA MODERNA
La verdad del dióxido de cloro: ni oxigena las células, ni cura el coronavirus
Se trata de una sustancia tóxica que irrita y daña la flora intestinal. Según expertos, hay casos que muestran un efecto irritativo, daños en la sangre y en la hemoglobina, responsable de transportar el oxígeno.
Continúa la difusión de información falsa sobre supuestas curas para el coronavirus y tratamientos fraudulentos para los síntomas de la enfermedad.
El más reciente episodio de esa polémica fue protagonizado por la modelo Natalia París, quien recomendó en sus redes sociales el consumo de una peligrosa sustancia conocida como dióxido de cloro, lo que llevó a un rechazo generalizado y la orden de la SuperIndustria para que retire sus comentarios de Instagram.
Autoridades de diversos países están alerta a este tipo de contenidos, pues ingerir dióxido de cloro podría llevar incluso a la muerte.
Otra polémica relacionada a ese producto surgió de un video donde una doctora boliviana muestra cómo consumir dióxido de cloro, contenido que ha sido compartido más de 35.000 veces en Facebook.
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Allí, la médica asegura que esta sustancia equilibra el pH del cuerpo, matando así bacterias y virus, entre ellos el nuevo coronavirus. Sin embargo, expertos consultados por la AFP lo niegan, aseguran que el producto irrita e inflama las paredes del tracto digestivo, y que no tiene propiedades farmacológicas, ni cura el covid-19.
“Cómo tomar y quienes pueden tomar el dióxido de cloro”, dice el texto en pantalla del video difundido en Facebook (1, 2, 3) donde la doctora boliviana Patricia Callisperis extrae una sustancia amarilla de un frasco con una jeringa.
“Si preparamos una jeringa entera, la ponemos en un litro de agua. Eso es para todo el día, entonces tienes que tomar cinco vasitos en la mañana, y cinco vasitos en la tarde”, explica ante una cámara en la secuencia de casi seis minutos de una entrevista emitida por este canal.
La agencia de prensa AFP verificó con expertos y autoridades sanitarias sus afirmaciones, destacando la frase “El dióxido de cloro mantiene un pH nivelado, oxigenando las células”, que es totalmente falsa.
En el video difundido, la doctora Callisperis compara el cuerpo humano con una piscina para explicar cómo el dióxido de cloro mantendrá supuestamente el pH equilibrado: “Nuestro cuerpo es como una piscina. ¿Qué ocurre con una piscina si tú no le haces tratamiento del agua? (...) Se vuelve una cloaca”.
Luego, añade que el 75% del cuerpo humano está compuesto por agua. “Si no hacemos tratamiento de nuestras aguas… ¿Qué va a pasar? Nos vamos a enfermar, entonces lo que hace el dióxido de cloro es mantener un pH nivelado de 7,4 y oxigena las células”.
El pH, o potencial hidrógeno, es una medida para el nivel de acidez o basicidad de una solución, que va de una escala entre cero y 14: “Una solución con un pH menor a 7 se dice que es ácida, mientras que si es mayor a 7 se clasifica como básica. Una solución con pH 7 será neutra”.
Banny Zelada, toxicóloga clínica en Bolivia, dijo a la AFP que no se conocen evidencias sobre el dióxido de cloro como fármaco ni que modifique el pH del cuerpo. De hecho, explicó a la AFP que es una sustancia tóxica que irrita y daña la flora intestinal y que “existen casos clínicos que muestran un efecto irritativo, daños en la sangre y en la hemoglobina que es la responsable de transportar el oxígeno”. Por lo tanto, añadió, “esto podría traer una falla respiratoria”.
Marli Bettini, subdirectora del Centro de Información Toxicológica de la Universidad Católica de Chile (CITUC), aseguró que no se necesita de agentes externos como el dióxido de cloro para mantener un pH equilibrado: “El organismo no necesita un ‘tratamiento de aguas’ con sustancias químicas como el dióxido de cloro para mantener el pH nivelado, es el propio organismo el que se autorregula”.
“El pH de nuestra sangre y de nuestro organismo se mantiene siempre en sus valores gracias a la acción de sus propios mecanismos”, continuó Bettini, añadiendo que de esto último se encargan “los pulmones con sus ajustes ventilatorios, y los riñones con cambios en la excreción renal”.
En esta verificación, Juan Carballeda, investigador de la Asociación Argentina de Virología, explicó que el pH de nuestro organismo “es muy estable. Está siempre entre 7,35 y 7,42” y que nada puede modificarlo.
“El pH está finamente regulado y es imposible alterarlo. Si cambiara el pH de un organismo, aunque sea apenas, se produciría inmediatamente una condición patológica”, agregó Carballeda.
Con información de AFP Factual.